Editorial / Operación balotaje

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Todos unidos. Massa, gobernador y dirigentes de UxP en Tucumán, apoyando la candidatura del ministro.
09 SEP 2023 - 20:59 | Actualizado 10 SEP 2023 - 13:39

A seis semanas de las elecciones generales que empezarán a definir el futuro del país, se empieza a configurar la idea de que el peronismo es el único que podría disputarle de igual a igual un balotaje a la ultraderecha que encarnan Javier Milei y su troupe de dolarizadores y negacionistas. No da la sensación que la que lidera Sergio Massa sea la mejor versión del peronismo, pero la urgencia de la hora ubica a la coalición que integran el PJ y el Frente Renovador como el camino más corto para intentar frenar el avance de la ultraderecha en un país en el que durante décadas los extremos estuvieron marcados por el peronismo y el radicalismo, y en el que más recientemente el límite parecía ser, como mucho, Mauricio Macri.

La irrupción de Milei confirmó el escenario de tres tercios que presagiaban algunos (la primera en marcarlo casi en tono profético fue la ahora silente Cristina Fernández de Kirchner), pero su triunfo en las PASO desconfiguró el poder del bicoalicionismo que desde hace dos turnos electorales venían monopolizando el Frente para la Victoria/Frente de Todos/Unión por la Patria y la alianza Cambiemos/Juntos por el Cambio.

Haber ido más a la derecha de la pared, inclusive, le sirvió a Milei para captar la bronca de muchos votantes que se cansaron de lo que ellos llaman “la casta”, ya sea por motu propio o por la inseminación artificial que les hicieron algunos medios de comunicación y las redes sociales.

La primera víctima de la construcción mediática de un movimiento aparentemente disruptivo como el que lidera Milei fue nada más y nada menos que la candidata natural de muchos de esos medios de comunicación: Patricia Bullrich, que quedó de cara a las elecciones generales casi como una Blancanieves a la que le crecieron los enanos y se quedó sola.

Parece inverosímil que el ministro de Economía de un gobierno que tiene 113,4% de inflación anualizada, el dólar por arriba de los 700 pesos y un frente externo complicadísimo gracias a la pésima gestión de Macri, pueda a 42 días de una elección clave ser el que aparece con mejores chances de enfrentar al libertario.

Argentina, no lo entenderías.

Cerrando filas

La estrategia lanzada en los últimos días por Sergio Massa para intentar llegar al balotaje incluye dos aspectos centrales: subir al mismo barco a la mayor parte de los gobernadores y dirigentes del peronismo; y anunciar medidas que causen impacto en el bolsillo de las trabajadoras y los trabajadores.
El apoyo de los gobernadores, muchos de los cuales ganaron en sus provincias pero cedieron terreno en las PASO a manos de Milei, será imprescindible. El encuentro de ayer en Tucumán con Massa, los gobernadores y varios dirigentes del kirchnerismo que hasta ahora venían imitando el mutismo de su jefa política (la reaparición de Máximo junto a Massa es toda una señal), parece terminar de darle forma a la “Operación Balotaje” que podría ser el primer paso.

La sensación que tienen Massa y sus estrategas de campaña es que muchos de los votantes del exFrente de Todos que se fugaron a la alternativa libertaria o que ni siquiera fueron a votar en las PASO debido la agotadora intrascendencia del gobierno de Alberto Fernández, podrían volver al redil si se les demuestra que a la tibieza de los últimos cuatro años le precederá un tiempo en el que los sectores populares dejarán de ser quienes sostengan con sus hombros las ganancias de los sectores más concentrados.

Mañana, el candidato presidencial se reunirá con la CGT y la CTA para avanzar cuanto antes con un proyecto de ley para eliminar el pago del Impuesto a las Ganancias por parte de los trabajadores. ¿Argentina año verde?

No se trata sólo de una puja ideológica, hay datos que confirman con preocupante claridad la enorme transferencia de ingresos que ha habido en los últimos años desde los sectores del trabajo hacia los del capital. Por ejemplo, un reciente informe de la prestigiosa Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) mostró que al comparar el salario efectivo con el que hipotéticamente habría habido si el salario medio hubiera variado con la productividad empresaria, la pérdida en el período 2018-2022 (es decir, la transferencia de ingresos del trabajo al capital) alcanzó aproximadamente a 87.800 millones de dólares al tipo de cambio oficial. Como es obvio, concluyen los especialistas de FLACSO, el mecanismo principal de transferencia fue el elevado proceso inflacionario.

Es más, según este mismo trabajo, entre 2016 y 2022, los salarios reales se redujeron 12,1% mientras que los precios de las ramas industriales altamente concentradas aumentaron 21,3% por encima del índice de los precios al consumidor. Y en el caso de las ramas oligopólicas en la que predominan los poderosos grupos económicos, los precios crecieron 34,9% arriba del IPC. Es decir, la crisis de la que hablan muchos la siguen pagando siempre los mismos.#

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Todos unidos. Massa, gobernador y dirigentes de UxP en Tucumán, apoyando la candidatura del ministro.
09 SEP 2023 - 20:59

A seis semanas de las elecciones generales que empezarán a definir el futuro del país, se empieza a configurar la idea de que el peronismo es el único que podría disputarle de igual a igual un balotaje a la ultraderecha que encarnan Javier Milei y su troupe de dolarizadores y negacionistas. No da la sensación que la que lidera Sergio Massa sea la mejor versión del peronismo, pero la urgencia de la hora ubica a la coalición que integran el PJ y el Frente Renovador como el camino más corto para intentar frenar el avance de la ultraderecha en un país en el que durante décadas los extremos estuvieron marcados por el peronismo y el radicalismo, y en el que más recientemente el límite parecía ser, como mucho, Mauricio Macri.

La irrupción de Milei confirmó el escenario de tres tercios que presagiaban algunos (la primera en marcarlo casi en tono profético fue la ahora silente Cristina Fernández de Kirchner), pero su triunfo en las PASO desconfiguró el poder del bicoalicionismo que desde hace dos turnos electorales venían monopolizando el Frente para la Victoria/Frente de Todos/Unión por la Patria y la alianza Cambiemos/Juntos por el Cambio.

Haber ido más a la derecha de la pared, inclusive, le sirvió a Milei para captar la bronca de muchos votantes que se cansaron de lo que ellos llaman “la casta”, ya sea por motu propio o por la inseminación artificial que les hicieron algunos medios de comunicación y las redes sociales.

La primera víctima de la construcción mediática de un movimiento aparentemente disruptivo como el que lidera Milei fue nada más y nada menos que la candidata natural de muchos de esos medios de comunicación: Patricia Bullrich, que quedó de cara a las elecciones generales casi como una Blancanieves a la que le crecieron los enanos y se quedó sola.

Parece inverosímil que el ministro de Economía de un gobierno que tiene 113,4% de inflación anualizada, el dólar por arriba de los 700 pesos y un frente externo complicadísimo gracias a la pésima gestión de Macri, pueda a 42 días de una elección clave ser el que aparece con mejores chances de enfrentar al libertario.

Argentina, no lo entenderías.

Cerrando filas

La estrategia lanzada en los últimos días por Sergio Massa para intentar llegar al balotaje incluye dos aspectos centrales: subir al mismo barco a la mayor parte de los gobernadores y dirigentes del peronismo; y anunciar medidas que causen impacto en el bolsillo de las trabajadoras y los trabajadores.
El apoyo de los gobernadores, muchos de los cuales ganaron en sus provincias pero cedieron terreno en las PASO a manos de Milei, será imprescindible. El encuentro de ayer en Tucumán con Massa, los gobernadores y varios dirigentes del kirchnerismo que hasta ahora venían imitando el mutismo de su jefa política (la reaparición de Máximo junto a Massa es toda una señal), parece terminar de darle forma a la “Operación Balotaje” que podría ser el primer paso.

La sensación que tienen Massa y sus estrategas de campaña es que muchos de los votantes del exFrente de Todos que se fugaron a la alternativa libertaria o que ni siquiera fueron a votar en las PASO debido la agotadora intrascendencia del gobierno de Alberto Fernández, podrían volver al redil si se les demuestra que a la tibieza de los últimos cuatro años le precederá un tiempo en el que los sectores populares dejarán de ser quienes sostengan con sus hombros las ganancias de los sectores más concentrados.

Mañana, el candidato presidencial se reunirá con la CGT y la CTA para avanzar cuanto antes con un proyecto de ley para eliminar el pago del Impuesto a las Ganancias por parte de los trabajadores. ¿Argentina año verde?

No se trata sólo de una puja ideológica, hay datos que confirman con preocupante claridad la enorme transferencia de ingresos que ha habido en los últimos años desde los sectores del trabajo hacia los del capital. Por ejemplo, un reciente informe de la prestigiosa Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) mostró que al comparar el salario efectivo con el que hipotéticamente habría habido si el salario medio hubiera variado con la productividad empresaria, la pérdida en el período 2018-2022 (es decir, la transferencia de ingresos del trabajo al capital) alcanzó aproximadamente a 87.800 millones de dólares al tipo de cambio oficial. Como es obvio, concluyen los especialistas de FLACSO, el mecanismo principal de transferencia fue el elevado proceso inflacionario.

Es más, según este mismo trabajo, entre 2016 y 2022, los salarios reales se redujeron 12,1% mientras que los precios de las ramas industriales altamente concentradas aumentaron 21,3% por encima del índice de los precios al consumidor. Y en el caso de las ramas oligopólicas en la que predominan los poderosos grupos económicos, los precios crecieron 34,9% arriba del IPC. Es decir, la crisis de la que hablan muchos la siguen pagando siempre los mismos.#


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