Editorial / La Libertad Atrasa

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Enigma. Según los analistas políticos, si crece la cifra de votantes, decrecen las chances para Javier Milei.
19 AGO 2023 - 20:35 | Actualizado 19 AGO 2023 - 21:23

El fenómeno electoral de Javier Milei tiene muchas lecturas y ninguna de ellas tranquiliza. Nadie puede estar en contra del legítimo acto democrático que significa votar a quien uno quiera, pero tampoco nadie puede ofenderse con quienes analizan ese comportamiento y advierten de sus peligros.

El voto a Milei fue tan transversal que unió en las urnas las voluntades de jóvenes y viejos de clase alta, media y desclasados; militantes radicales, del PRO y peronistas; y también fascistas, antiderechos y negacionistas de la dictadura militar. Un cóctel muy fuerte. ¿La Libertad Avanza? ¿O Atrasa?

Como nunca, el papel de muchos medios de comunicación, sobre todo de cobertura nacional, fue esencial para instalar a un personaje como Milei. No inventaron al “monstruo” pero ayudaron a propagarlo. Ahora esconden la mano y lo relativizan. También las redes sociales actuaron con efecto multiplicador. Sólo así se explica que la boleta de La Libertad Avanza haya ganado en casi todas las ciudades y pueblos de Chubut, en la Puna, en Nordelta o en las villas de emergencia del conurbano.

El problema no es votar a Milei. El problema es Milei, lo que dice, cómo lo dice, lo que representa y lo que él mismo asegura que hará si llegara a la presidencia. El enojo de mucha gente con la clase política no parece ser suficiente argumento para justificar el apoyo a un mesiánico antiderechos que promete desde la dolarización de la economía, la eliminación de la indemnización por despido, el arancelamiento de la salud y la educación y la modificación de las leyes de seguridad y defensa, hasta el acceso libre a las armas, la privatización del sistema penitenciario o un mercado libre de órganos. Todo esto y apagar las llamas con nafta representan el mismo peligro.

Contagio o escarmiento

En exactamente nueve semanas, los argentinos volveremos a las urnas a confirmar o modificar el resultado de las PASO. ¿Ese 30% será el techo o el piso de Milei? ¿Es un voto sostenible o sólo un escarmiento colectivo al resto de las fuerzas políticas? No hay dudas de que gran parte de los que votaron al líder libertario lo volverán a hacer. La duda es si eso generará un “voto contagio” que lleve a Milei a un claro triunfo en primera vuelta –inclusive evitando un balotaje, como se entusiasman algunos-; o, por el contrario, si el temor que genera su crecimiento despertará a los millones de argentinos que, aunque enojados, eligieron no ir a votar el 13 de agosto para expresar su descontento o apatía. Si hay más gente votando, dicen los analistas, las chances de Milei decrecerían.

De eso dependerá, y mucho, la configuración de un escenario de balotaje en donde las dos fuerzas más votadas definirán en noviembre al próximo presidente. La ganadora de la interna de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, parece ser la que tiene el mayor desafío por delante. Aún en el caso de que la totalidad de los votos que fueron hacia Horacio Rodríguez Larreta en las PASO la apoyen en octubre, se le hará muy difícil competir con Milei en demostrar quién está más a la derecha, quién propone la mano más dura. En cambio, atenuar su discurso la entibiaría, justamente lo que ella tanto le cuestionó a HRL en la campaña.

Con 114% de inflación interanual y con el dólar rozando los $ 800, Sergio Massa todavía tiene serias chances de llegar al balotaje. No por su desempeño como ministro de Economía sino porque el tablero parece necesitar un equilibrio que sólo el peronismo puede darle. Inclusive, apoyando a un candidato que no es peronista, pero al que Milei y Bullrich hacen quedar como una reencarnación de Arturo Jauretche.

Derrota cultural

Tras los durísimos golpes sufridos en la elección adelantada del 16 de abril en Trelew y en la del 30 de julio en todo Chubut, el peronismo sufrió otro duro revés en las PASO del domingo pasado. Siempre se puede caer un poco más bajo, parecen indicar los números. Esta vez, hasta el tercer lugar.

Por supuesto, el presidente del PJ, el senador Carlos Linares, no esbozó ni una mueca de autocrítica. Sigue atornillado a su sillón mientras sigue apilando derrotas en su placard. Solamente Ana Amato, una de las vicepresidentas del partido, se animó a dar un paso al costado pero sin levantar demasiada polvareda.

Por si fuera poco, el próximo martes se reunirá la mesa de conducción partidaria para avanzar con sanciones a dirigentes que hayan ido por afuera de la estructura partidaria en las últimas elecciones, adelantó la dirigente Nancy González. ¿Otra vez sancionarán a Adrián Maderna y César Gustavo Mac Karthy? ¿Le tocará el turno esta vez a César Salamín, el intendente electo de El Hoyo? Creer que las derrotas electorales y culturales del peronismo se revierten con sanciones a dirigentes es seguir orinando cada vez más afuera del tarro.

Arrasados por el fenómeno Milei, ni el peronismo ni Juntos por el Cambio pudieron salvar la ropa. Entre el 30 de julio y el 13 de agosto, ambas fuerzas perdieron unos 80 mil votos, justamente la misma cantidad que sumó La Libertad Avanza a lo conseguido a finales de julio por el su pata local, el partido Por la Libertad Independiente Chubutense (PLICh). Su líder, el enigmático empresario financiero César Treffinger, ya colocó a tres libertarios en la próxima Legislatura de Chubut y, seguramente, va a ser electo diputado nacional en octubre gracias al arrastre de Milei. Debería saberlo para no seguir cometiendo actos de soberbia e intolerancia como el que cometió el mismo domingo del triunfo de La Libertad Avanza, destratando a una periodista de Cadena Tiempo que le preguntó por algunas de las posiciones públicas de Milei. Llegar a la Cámara de Diputados gracias a él pero no hacerse cargo de las posturas extremas de su socio electoral no es una “operación de prensa”, es un gesto de miserabilidad política.#

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Enigma. Según los analistas políticos, si crece la cifra de votantes, decrecen las chances para Javier Milei.
19 AGO 2023 - 20:35

El fenómeno electoral de Javier Milei tiene muchas lecturas y ninguna de ellas tranquiliza. Nadie puede estar en contra del legítimo acto democrático que significa votar a quien uno quiera, pero tampoco nadie puede ofenderse con quienes analizan ese comportamiento y advierten de sus peligros.

El voto a Milei fue tan transversal que unió en las urnas las voluntades de jóvenes y viejos de clase alta, media y desclasados; militantes radicales, del PRO y peronistas; y también fascistas, antiderechos y negacionistas de la dictadura militar. Un cóctel muy fuerte. ¿La Libertad Avanza? ¿O Atrasa?

Como nunca, el papel de muchos medios de comunicación, sobre todo de cobertura nacional, fue esencial para instalar a un personaje como Milei. No inventaron al “monstruo” pero ayudaron a propagarlo. Ahora esconden la mano y lo relativizan. También las redes sociales actuaron con efecto multiplicador. Sólo así se explica que la boleta de La Libertad Avanza haya ganado en casi todas las ciudades y pueblos de Chubut, en la Puna, en Nordelta o en las villas de emergencia del conurbano.

El problema no es votar a Milei. El problema es Milei, lo que dice, cómo lo dice, lo que representa y lo que él mismo asegura que hará si llegara a la presidencia. El enojo de mucha gente con la clase política no parece ser suficiente argumento para justificar el apoyo a un mesiánico antiderechos que promete desde la dolarización de la economía, la eliminación de la indemnización por despido, el arancelamiento de la salud y la educación y la modificación de las leyes de seguridad y defensa, hasta el acceso libre a las armas, la privatización del sistema penitenciario o un mercado libre de órganos. Todo esto y apagar las llamas con nafta representan el mismo peligro.

Contagio o escarmiento

En exactamente nueve semanas, los argentinos volveremos a las urnas a confirmar o modificar el resultado de las PASO. ¿Ese 30% será el techo o el piso de Milei? ¿Es un voto sostenible o sólo un escarmiento colectivo al resto de las fuerzas políticas? No hay dudas de que gran parte de los que votaron al líder libertario lo volverán a hacer. La duda es si eso generará un “voto contagio” que lleve a Milei a un claro triunfo en primera vuelta –inclusive evitando un balotaje, como se entusiasman algunos-; o, por el contrario, si el temor que genera su crecimiento despertará a los millones de argentinos que, aunque enojados, eligieron no ir a votar el 13 de agosto para expresar su descontento o apatía. Si hay más gente votando, dicen los analistas, las chances de Milei decrecerían.

De eso dependerá, y mucho, la configuración de un escenario de balotaje en donde las dos fuerzas más votadas definirán en noviembre al próximo presidente. La ganadora de la interna de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, parece ser la que tiene el mayor desafío por delante. Aún en el caso de que la totalidad de los votos que fueron hacia Horacio Rodríguez Larreta en las PASO la apoyen en octubre, se le hará muy difícil competir con Milei en demostrar quién está más a la derecha, quién propone la mano más dura. En cambio, atenuar su discurso la entibiaría, justamente lo que ella tanto le cuestionó a HRL en la campaña.

Con 114% de inflación interanual y con el dólar rozando los $ 800, Sergio Massa todavía tiene serias chances de llegar al balotaje. No por su desempeño como ministro de Economía sino porque el tablero parece necesitar un equilibrio que sólo el peronismo puede darle. Inclusive, apoyando a un candidato que no es peronista, pero al que Milei y Bullrich hacen quedar como una reencarnación de Arturo Jauretche.

Derrota cultural

Tras los durísimos golpes sufridos en la elección adelantada del 16 de abril en Trelew y en la del 30 de julio en todo Chubut, el peronismo sufrió otro duro revés en las PASO del domingo pasado. Siempre se puede caer un poco más bajo, parecen indicar los números. Esta vez, hasta el tercer lugar.

Por supuesto, el presidente del PJ, el senador Carlos Linares, no esbozó ni una mueca de autocrítica. Sigue atornillado a su sillón mientras sigue apilando derrotas en su placard. Solamente Ana Amato, una de las vicepresidentas del partido, se animó a dar un paso al costado pero sin levantar demasiada polvareda.

Por si fuera poco, el próximo martes se reunirá la mesa de conducción partidaria para avanzar con sanciones a dirigentes que hayan ido por afuera de la estructura partidaria en las últimas elecciones, adelantó la dirigente Nancy González. ¿Otra vez sancionarán a Adrián Maderna y César Gustavo Mac Karthy? ¿Le tocará el turno esta vez a César Salamín, el intendente electo de El Hoyo? Creer que las derrotas electorales y culturales del peronismo se revierten con sanciones a dirigentes es seguir orinando cada vez más afuera del tarro.

Arrasados por el fenómeno Milei, ni el peronismo ni Juntos por el Cambio pudieron salvar la ropa. Entre el 30 de julio y el 13 de agosto, ambas fuerzas perdieron unos 80 mil votos, justamente la misma cantidad que sumó La Libertad Avanza a lo conseguido a finales de julio por el su pata local, el partido Por la Libertad Independiente Chubutense (PLICh). Su líder, el enigmático empresario financiero César Treffinger, ya colocó a tres libertarios en la próxima Legislatura de Chubut y, seguramente, va a ser electo diputado nacional en octubre gracias al arrastre de Milei. Debería saberlo para no seguir cometiendo actos de soberbia e intolerancia como el que cometió el mismo domingo del triunfo de La Libertad Avanza, destratando a una periodista de Cadena Tiempo que le preguntó por algunas de las posiciones públicas de Milei. Llegar a la Cámara de Diputados gracias a él pero no hacerse cargo de las posturas extremas de su socio electoral no es una “operación de prensa”, es un gesto de miserabilidad política.#


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