Nacida en Tucumán, Sottoli tiene una carrera de 20 años en ONU, ocupando cargos en diferentes países, y esta semana estuvo en Argentina desarrollando una extensa agenda junto al equipo de la oficina local que dirige Mariana Isasi, con reuniones en Gobierno, con representantes de la Unión Europea, la sociedad civil y empresas.
El acceso libre e informado a servicios de salud sexual y reproductivos para que "ninguna persona en esta región los tenga denegados o limitados, incluyendo la anticoncepción, lo cual sugiere la posibilidad de que la persona decida y opte por lo que es mejor para ella" y, estrategias para terminar con la mortalidad materna y las violencias de género, son las prioridades de su gestión.
"Si se mira la región de Latinoamérica y el Caribe vemos que esta región no es pobre, sino desigual", dijo en una entrevista.
Y profundiza: "La mortalidad materna, el embarazo adolescente, la violencia de género no afectan por igual a todas las mujeres, adolescentes y jóvenes de esta región. Hay una focalización en mujeres de comunidades afrodescendientes, indígenas, pobres, todas las interseccionalidades, todas las variables de la vulnerabilidad se conjugan, y entonces se puede determinar el perfil de esa mujer que muere por parto, aquella joven que ve truncada su vida por un embarazo prematuro no intencional, son esas desigualdades las que hay que revertir".
Insiste en la necesidad de cada país "tenga datos desagregados" para saber dónde están esas mujeres lo que permite "llegar ahí con una política pública mucho más focalizada".
- Argentina redujo en un 55% la fecundidad adolescente, y usted estuvo reunida con el equipo del Ministerio de Salud que lleva adelante el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA) que logró esos resultados. ¿Hay otros países con experiencias similares?
Trabajar para reducir el embarazo adolescente es una prioridad absoluta de Unfpa y de nuestros aliados porque es un indicador inaceptablemente alto. Somos la segunda región con tasas de fertilidad adolescente altas después de África Subsahariana, y esto no se ha movido significativamente en los últimos 20 o 25 años. Por eso el ejemplo de Argentina es novedoso, innovador e inspirador. Seguimos visibilizando el ejemplo de Argentina porque hay una combinación muy interesante de estrategias, que ya se conocen y que se aplican en otros países, pero que por dos o tres factores específicos han dado mejor resultado en Argentina.
- ¿Cuáles son esos factores?
-SS: Se ha dado una decisión política y una continuidad política a través de gestiones de gobierno incluso de signo político diferente, lo cual refuerza algo que raramente tenemos en Latinoamérica y es que las políticas de Estado deben ser continuadas cuando se demuestra que funcionan. Estamos en periodo preelectoral en Argentina, vamos a tener una serie de países que están también en un proceso electoral, y es clave que como organismo internacional asumamos la responsabilidad de documentar lo que funciona, lo que ha tenido éxito y abogar por su continuidad. Rescato también cómo se ha ejecutado el plan en un país federal, con una inversión de estímulo, pero también en un esfuerzo gigantesco de coordinación y alineación entre Nación y provincias. Y Unfpa ha tenido un rol importante acá, y me da mucho orgullo decirlo, y yo quisiera extenderlo a otros países.
- En Argentina, la oficina local de Unfpa junto a Cedes impulsa el reconocimiento profesional de las obstétricas. ¿Qué opina de la iniciativa?
Es una iniciativa de Unfpa a nivel global y regional. Es muy importante el trabajo y la profesionalización de las obstétricas o parteras, porque se necesita diversificar la atención, que no sólo el médico o la médica sea la autoridad, las parteras pueden estar disponibles para control prenatal, para poner un DIU o un implante subdérmico anticonceptivo, o aconsejar previo a una decisión de interrupción de embarazo.
Necesitamos más profesionales y en general las parteras están más cerca de las comunidades, han demostrado tener una afinidad cultural,, una empatía de género. Es una profesión mayormente de mujeres que permite incrementar la calidad y también la calidez de la atención. Hay que apoyarlas en su aspiración de ser reconocidas profesionalmente.
Sottoli destaca "todo el desarrollo normativo último en Argentina en términos de derechos sexuales y reproductivos que habla también de una intención, no solo como gobierno, sino como sociedad de plantearse una agenda del país que se quiere tener".
"Obviamente está la brecha entre el marco normativo y la implementación, es algo que hay que trabajar, pero ahí de vuelta las enseñanzas del plan ENIA son valiosísimas", añade.
Además valora "la persistencia incansable" de la sociedad civil del país que "es una como una fuente de esperanza para abogar por la continuidad de hacer políticas a pesar de los cambios de gobierno y creo que ese es también un elemento que es muy específico de Argentina".
- ¿Unfpa es un eslabón que une al Estado y las organizaciones sociales?
Totalmente. Es parte de nuestro rol como Naciones Unidas, tenemos una responsabilidad y es agilizar ese nexo, esa comunicación y no quisiera dejar de mencionar otro actor importante con el que he tenido reunión en esta visita y es el empresarial. Estuve en YPF, y como argentina me siento orgullosa de haber encontrado allí gente súper comprometida en el tema de inclusión, género y no discriminación.
Tenemos una posición si se quiere privilegiada como organismos internacionales, podemos estar en relación con todos, y es el poder de convocatoria, el abrir espacios lo que también caracteriza nuestro rol, así que yo la verdad ni me puedo quejar de la agenda que tuve en Argentina, me encantó porque estaba bien completa, intensa y y yo quería venir ahora antes de noviembre, que vamos a tener la celebración de Montevideo + 10 que es justamente para alentar a Argentina, a la sociedad civil, al gobierno para que muestre la posición fuerte del liderazgo en estos temas.
Sottoli se refiere al Consenso de Montevideo, un acuerdo firmado en 2013 por 38 países que se comprometieron a eliminar las desigualdades sociales, económicas y de género, proteger los derechos humanos y asegurar la salud y los derechos sexuales y reproductivos sin discriminación, a través de más de 120 medidas.
Los temas prioritarios son derechos, necesidades y demandas de niños, niñas, adolescentes y jóvenes; envejecimiento; acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva; igualdad de género; protección de los derechos de las personas migrantes; la desigualdad territorial, movilidad espacial y vulnerabilidad ambiental; derechos de los pueblos indígenas y de las personas afrodescendientes.
El acuerdo cumple una década y será la oportunidad de Argentina de mostrar sus avances.
Nacida en Tucumán, Sottoli tiene una carrera de 20 años en ONU, ocupando cargos en diferentes países, y esta semana estuvo en Argentina desarrollando una extensa agenda junto al equipo de la oficina local que dirige Mariana Isasi, con reuniones en Gobierno, con representantes de la Unión Europea, la sociedad civil y empresas.
El acceso libre e informado a servicios de salud sexual y reproductivos para que "ninguna persona en esta región los tenga denegados o limitados, incluyendo la anticoncepción, lo cual sugiere la posibilidad de que la persona decida y opte por lo que es mejor para ella" y, estrategias para terminar con la mortalidad materna y las violencias de género, son las prioridades de su gestión.
"Si se mira la región de Latinoamérica y el Caribe vemos que esta región no es pobre, sino desigual", dijo en una entrevista.
Y profundiza: "La mortalidad materna, el embarazo adolescente, la violencia de género no afectan por igual a todas las mujeres, adolescentes y jóvenes de esta región. Hay una focalización en mujeres de comunidades afrodescendientes, indígenas, pobres, todas las interseccionalidades, todas las variables de la vulnerabilidad se conjugan, y entonces se puede determinar el perfil de esa mujer que muere por parto, aquella joven que ve truncada su vida por un embarazo prematuro no intencional, son esas desigualdades las que hay que revertir".
Insiste en la necesidad de cada país "tenga datos desagregados" para saber dónde están esas mujeres lo que permite "llegar ahí con una política pública mucho más focalizada".
- Argentina redujo en un 55% la fecundidad adolescente, y usted estuvo reunida con el equipo del Ministerio de Salud que lleva adelante el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA) que logró esos resultados. ¿Hay otros países con experiencias similares?
Trabajar para reducir el embarazo adolescente es una prioridad absoluta de Unfpa y de nuestros aliados porque es un indicador inaceptablemente alto. Somos la segunda región con tasas de fertilidad adolescente altas después de África Subsahariana, y esto no se ha movido significativamente en los últimos 20 o 25 años. Por eso el ejemplo de Argentina es novedoso, innovador e inspirador. Seguimos visibilizando el ejemplo de Argentina porque hay una combinación muy interesante de estrategias, que ya se conocen y que se aplican en otros países, pero que por dos o tres factores específicos han dado mejor resultado en Argentina.
- ¿Cuáles son esos factores?
-SS: Se ha dado una decisión política y una continuidad política a través de gestiones de gobierno incluso de signo político diferente, lo cual refuerza algo que raramente tenemos en Latinoamérica y es que las políticas de Estado deben ser continuadas cuando se demuestra que funcionan. Estamos en periodo preelectoral en Argentina, vamos a tener una serie de países que están también en un proceso electoral, y es clave que como organismo internacional asumamos la responsabilidad de documentar lo que funciona, lo que ha tenido éxito y abogar por su continuidad. Rescato también cómo se ha ejecutado el plan en un país federal, con una inversión de estímulo, pero también en un esfuerzo gigantesco de coordinación y alineación entre Nación y provincias. Y Unfpa ha tenido un rol importante acá, y me da mucho orgullo decirlo, y yo quisiera extenderlo a otros países.
- En Argentina, la oficina local de Unfpa junto a Cedes impulsa el reconocimiento profesional de las obstétricas. ¿Qué opina de la iniciativa?
Es una iniciativa de Unfpa a nivel global y regional. Es muy importante el trabajo y la profesionalización de las obstétricas o parteras, porque se necesita diversificar la atención, que no sólo el médico o la médica sea la autoridad, las parteras pueden estar disponibles para control prenatal, para poner un DIU o un implante subdérmico anticonceptivo, o aconsejar previo a una decisión de interrupción de embarazo.
Necesitamos más profesionales y en general las parteras están más cerca de las comunidades, han demostrado tener una afinidad cultural,, una empatía de género. Es una profesión mayormente de mujeres que permite incrementar la calidad y también la calidez de la atención. Hay que apoyarlas en su aspiración de ser reconocidas profesionalmente.
Sottoli destaca "todo el desarrollo normativo último en Argentina en términos de derechos sexuales y reproductivos que habla también de una intención, no solo como gobierno, sino como sociedad de plantearse una agenda del país que se quiere tener".
"Obviamente está la brecha entre el marco normativo y la implementación, es algo que hay que trabajar, pero ahí de vuelta las enseñanzas del plan ENIA son valiosísimas", añade.
Además valora "la persistencia incansable" de la sociedad civil del país que "es una como una fuente de esperanza para abogar por la continuidad de hacer políticas a pesar de los cambios de gobierno y creo que ese es también un elemento que es muy específico de Argentina".
- ¿Unfpa es un eslabón que une al Estado y las organizaciones sociales?
Totalmente. Es parte de nuestro rol como Naciones Unidas, tenemos una responsabilidad y es agilizar ese nexo, esa comunicación y no quisiera dejar de mencionar otro actor importante con el que he tenido reunión en esta visita y es el empresarial. Estuve en YPF, y como argentina me siento orgullosa de haber encontrado allí gente súper comprometida en el tema de inclusión, género y no discriminación.
Tenemos una posición si se quiere privilegiada como organismos internacionales, podemos estar en relación con todos, y es el poder de convocatoria, el abrir espacios lo que también caracteriza nuestro rol, así que yo la verdad ni me puedo quejar de la agenda que tuve en Argentina, me encantó porque estaba bien completa, intensa y y yo quería venir ahora antes de noviembre, que vamos a tener la celebración de Montevideo + 10 que es justamente para alentar a Argentina, a la sociedad civil, al gobierno para que muestre la posición fuerte del liderazgo en estos temas.
Sottoli se refiere al Consenso de Montevideo, un acuerdo firmado en 2013 por 38 países que se comprometieron a eliminar las desigualdades sociales, económicas y de género, proteger los derechos humanos y asegurar la salud y los derechos sexuales y reproductivos sin discriminación, a través de más de 120 medidas.
Los temas prioritarios son derechos, necesidades y demandas de niños, niñas, adolescentes y jóvenes; envejecimiento; acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva; igualdad de género; protección de los derechos de las personas migrantes; la desigualdad territorial, movilidad espacial y vulnerabilidad ambiental; derechos de los pueblos indígenas y de las personas afrodescendientes.
El acuerdo cumple una década y será la oportunidad de Argentina de mostrar sus avances.