La novela del dragado y el riesgo de jugar para la tribuna

26 JUL 2023 - 11:03 | Actualizado 26 JUL 2023 - 11:10

Por Esteban Gallo

La paralización de la obra del dragado del puerto de Rawson genera una profunda preocupación en los sectores productivos de la capital provincial.

La medida fue adoptada por la Jueza Amorina Testino que hizo lugar a un pedido del municipio de Rawson ante la posibilidad de que se esté incurriendo en un daño ambiental.

Sin embargo, el gobierno provincial salió al cruce de esta decisión con declaraciones apodícticas. El ministro de infraestructura, Gustavo Aguilera, dijo categóricamente que no hay contaminación y que el sedimento vertido en el mar es seguro. Agregó que la obra cuenta con la aprobación de un Estudio de Impacto Ambiental y que, a partir de la implementación de un Programa de Gestión, se hicieron algunas observaciones y como respuesta a ese pedido se efectuaron las modificaciones correspondientes.

Accedimos a información que ratifica los dichos del funcionario provincial y demuestra que desde el principio y en todas las etapas de su realización, la obra siempre estuvo apropiadamente controlada.
El primer estudio de impacto ambiental data de 2007. Fue el CENPAT el que analizó los sedimentos y el agua. Ese estudio fue Aprobado por Resolución del Ministerio de Medio Ambiente en el año 2008.
En el año 2021 se ratificó la vigencia de aquel estudio inicial y se pidió al CONICET – CENPAT un diagnóstico de la calidad del agua y de los sedimentos a dragar del Puerto de Rawson. También se efectuó una comparación con el muestreo realizado en 2008, concluyendo en al año 2021, que los niveles medidos de metales e hidrocarburos en ningún caso excedieron los niveles de riesgo para la biota.

La obra se licitó en 2021, y la remoción de los sedimentos y la disposición al mar de los mismos también contó con su respectivo Estudio de Impacto Ambiental aprobado y el aval del CONICET.
Además, el Ministerio de Ambiente de la Provincia aprobó en junio de 2023 una adenda que se hizo al estudio de impacto ambiental de 2008. Todo lo referente a aprobaciones ambientales fue exclusiva carga y responsabilidad del Ministerio de Infraestructura, Energía y Planificación, a través de la Dirección de Infraestructura Portuaria.

Es importante individualizar a las instituciones que trabajaron en la elaboración de los estudios ambientales. Lo dijo Aguilera y está en los papeles.

Intervinieron técnicos de la Universidad Nacional de la Patagonia y las muestras de sedimento, ese líquido oscuro que salía de un caño e iba al mar, que tanto preocupaba a los vecinos y que hoy parece ser el centro de la discusión, fueron tomadas por los científicos del Centro Nacional Patagónico.

No hablamos de neófitos en la materia, mucho menos de improvisados. Los especialistas del CENPAT gozan de un prestigio internacional que ni el municipio de Rawson ni la jueza Testino pueden soslayar. Difícilmente alguna vez la magistrada consiga un ápice de la reputación que tienen en el mundo los expertos del Centro Nacional Patagónico.

La cuestión es que la jueza, muy suelta de cuerpo, arrebatada por el reclamo de un grupo de vecinos y a instancias de la Municipalidad, pero ignorando los estudios ambientales pertinentes, ordenó el cese de las tareas de dragado.

Como resultado de esa acción, tenemos el problemón que tenemos.

La paralización de la obra le significará un costo millonario a la provincia que la vamos a terminar pagando todos los chubutenses. Una reformulación del contrato implicaría para la provincia un desbarajuste económico muy importante y una demora en la realización de la obra, si es que se puede reiniciar en el corto o mediano plazo.

Estamos hablando de una obra clave para la terminal portuaria de Rawson que no tiene mantenimiento desde hace casi 20 años.

Lo explicó muy bien el ministro Aguilera cuando advirtió que “el riesgo de que el dragado no se haga es, por ejemplo, que encalle un barco con35 mil litros de gasoil, y ahí si vamos a tener un problema ambiental y de contaminación”.

Veremos qué sucede en los próximos días, con posterioridad a las elecciones. En tiempos electorales, es fácil perder el equilibrio y jugar para la tribuna. Hasta los jueces suelen caer en la tentación.

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26 JUL 2023 - 11:03

Por Esteban Gallo

La paralización de la obra del dragado del puerto de Rawson genera una profunda preocupación en los sectores productivos de la capital provincial.

La medida fue adoptada por la Jueza Amorina Testino que hizo lugar a un pedido del municipio de Rawson ante la posibilidad de que se esté incurriendo en un daño ambiental.

Sin embargo, el gobierno provincial salió al cruce de esta decisión con declaraciones apodícticas. El ministro de infraestructura, Gustavo Aguilera, dijo categóricamente que no hay contaminación y que el sedimento vertido en el mar es seguro. Agregó que la obra cuenta con la aprobación de un Estudio de Impacto Ambiental y que, a partir de la implementación de un Programa de Gestión, se hicieron algunas observaciones y como respuesta a ese pedido se efectuaron las modificaciones correspondientes.

Accedimos a información que ratifica los dichos del funcionario provincial y demuestra que desde el principio y en todas las etapas de su realización, la obra siempre estuvo apropiadamente controlada.
El primer estudio de impacto ambiental data de 2007. Fue el CENPAT el que analizó los sedimentos y el agua. Ese estudio fue Aprobado por Resolución del Ministerio de Medio Ambiente en el año 2008.
En el año 2021 se ratificó la vigencia de aquel estudio inicial y se pidió al CONICET – CENPAT un diagnóstico de la calidad del agua y de los sedimentos a dragar del Puerto de Rawson. También se efectuó una comparación con el muestreo realizado en 2008, concluyendo en al año 2021, que los niveles medidos de metales e hidrocarburos en ningún caso excedieron los niveles de riesgo para la biota.

La obra se licitó en 2021, y la remoción de los sedimentos y la disposición al mar de los mismos también contó con su respectivo Estudio de Impacto Ambiental aprobado y el aval del CONICET.
Además, el Ministerio de Ambiente de la Provincia aprobó en junio de 2023 una adenda que se hizo al estudio de impacto ambiental de 2008. Todo lo referente a aprobaciones ambientales fue exclusiva carga y responsabilidad del Ministerio de Infraestructura, Energía y Planificación, a través de la Dirección de Infraestructura Portuaria.

Es importante individualizar a las instituciones que trabajaron en la elaboración de los estudios ambientales. Lo dijo Aguilera y está en los papeles.

Intervinieron técnicos de la Universidad Nacional de la Patagonia y las muestras de sedimento, ese líquido oscuro que salía de un caño e iba al mar, que tanto preocupaba a los vecinos y que hoy parece ser el centro de la discusión, fueron tomadas por los científicos del Centro Nacional Patagónico.

No hablamos de neófitos en la materia, mucho menos de improvisados. Los especialistas del CENPAT gozan de un prestigio internacional que ni el municipio de Rawson ni la jueza Testino pueden soslayar. Difícilmente alguna vez la magistrada consiga un ápice de la reputación que tienen en el mundo los expertos del Centro Nacional Patagónico.

La cuestión es que la jueza, muy suelta de cuerpo, arrebatada por el reclamo de un grupo de vecinos y a instancias de la Municipalidad, pero ignorando los estudios ambientales pertinentes, ordenó el cese de las tareas de dragado.

Como resultado de esa acción, tenemos el problemón que tenemos.

La paralización de la obra le significará un costo millonario a la provincia que la vamos a terminar pagando todos los chubutenses. Una reformulación del contrato implicaría para la provincia un desbarajuste económico muy importante y una demora en la realización de la obra, si es que se puede reiniciar en el corto o mediano plazo.

Estamos hablando de una obra clave para la terminal portuaria de Rawson que no tiene mantenimiento desde hace casi 20 años.

Lo explicó muy bien el ministro Aguilera cuando advirtió que “el riesgo de que el dragado no se haga es, por ejemplo, que encalle un barco con35 mil litros de gasoil, y ahí si vamos a tener un problema ambiental y de contaminación”.

Veremos qué sucede en los próximos días, con posterioridad a las elecciones. En tiempos electorales, es fácil perder el equilibrio y jugar para la tribuna. Hasta los jueces suelen caer en la tentación.


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