Schierloh: “Soy el pato de la boda, me siento un pelotudo y un perejil”

Declaró el imputado en Rawson y proclamó su inocencia. El miembro de la Asociación de Trabajadores de la Educación aseguró que “no estaba de acuerdo con quemar nada” e insistió con que esa noche de 2019 hubo “infiltrados”.

Licenciado. El acusado aseguró que es inocente y describió los desbordes generados en aquella movilización de los docentes en Rawson.
04 JUL 2023 - 21:13 | Actualizado 05 JUL 2023 - 10:19

Antes del veredicto por el incendio en Legislatura el 19 de septiembre de 2019, declaró ante el juez Fabio Monti el único imputado, Matías Schierloh. Es licenciado en Ciencias Políticas, profesor en escuelas secundarias de Rawson y miembro de la Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut. El veredicto se conocerá el viernes 7 de julio a las 12.

“Me siento muy mal, me siento un pelotudo, un perejil, el pato de la boda por los hechos que se me achacan”, graficó.

Recordó los reclamos salariales y cómo llegó a ser delegado escolar, función que “no quería cumplir” pero que aceptó por la complejidad de la situación y la necesidad de acompañar a los otros docentes. Se refirió “a la desidia del Estado” y la situación general de conflictividad. “Nunca tuve aspiraciones, era un simple cuatro de copas, un delegado de base”, destacó.

También atacó la presunta estigmatización periodística que “tilda de vagos a los docentes” y a las decisiones que se toman sobre la base de la democracia sindical. “Yo no podía dejar de estar en los reclamos, porque represento a las escuelas para las que trabajo”.

Dijo que el día de los incidentes, en el marco de un plenario provincial, “entró gente que no era docente. Tomamos la decisión de marchar por el Ministerio de Economía y luego a Casa de Gobierno. Había rumores de una contramarcha, se decía promovida por el ministro de Seguridad (Federico) Massoni. Teníamos miedo de un posible choque y por eso se hicieron cambios en el recorrido. Yo soy de Rawson y ese día había gente rara, que se ocultaba el rostro con capuchas y filmaban”, reiteró, según el parte de prensa de Fiscalía.

Respecto del momento de los incidentes, dijo que en el plenario se decidió que estaría a cargo de los docentes de Comodoro Rivadavia con un acampe frente a Legislatura. Cuando se enteró de la muerte de una docente de Comodoro “me puse muy nervioso, intentando tranquilizarme decidí ir a la movilización. A llegar el escenario era desolador, impotencia y llantos; allí nos enteramos de la muerte de la otra docente”.

Vio cómo tiraban las vallas y el repliegue de la Policía. Intentó contenerlos porque “no estaba de acuerdo con ingresar a la Legislatura” y que además “intenté defender a dos policías que comenzaron a ser golpeados”.

Agregó que desconocidos “trajeron los palets de madera, fueron muchas personas que decían ‘acá hay que quemar todo’ y yo no estaba de acuerdo con quemar nada”. Con el avance de la noche se congregaron unas 1.500 personas: “Estaba todo Rawson”.

Vio llegar una camioneta Ford Eco Sport gris, con jóvenes “encapuchados que bajaron cubiertas. Claramente, no eran docentes, los podemos llamar infiltrados”. Los ayudó a bajar cubiertas, “pero ni siquiera los arrojé al fuego, porque había mucha gente alrededor”. Luego regresó a su casa de Playa Unión. Al día siguiente, antes de partir hacia una marcha de silencio, fue observado desde un auto por personas conocidas.

“Le quiero decir, señor juez, que me declaro inocente”, concluyó.

Por su parte, el defensor Javier Romero explicó que el incidente se produjo “en el contexto de un estallido social”. Y lo comparó con otros hechos en América Latina, las manifestaciones antimineras en Chubut, los acontecimientos en Chile en 2021 luego de un aumento en el precio de viajar en subterráneo, y en los últimos días en Francia.

Mencionó las características de este tipo de fenómeno social a manera de explicación de los incidentes en la Legislatura.

“En nuestro país se judicializó la protesta social”, destacó el abogado referido a las protestas sociales “manejadas por el Estado de manera represiva. El Estado falla y el mismo Estado es el que a la vez reprime”, destacó.

Aclaró que en Rawson “la Legislatura no se incendió” y que no se exhibieron certificados médicos de los policías afectados “que al otro día fueron a trabajar”. Sobre el síndrome del edificio enfermo, expresó que “no se mostró ningún certificado médico de empleados legislativos que dicen no poder trabajar; no hubo un riesgo real concreta como lo quiere instalar el Ministerio Público Fiscal. En el edificio no existieron daños estructurales ni corrió riesgo de colapso”.

Además cuestionó la veracidad de testigos claves para la Fiscalía como el comisario Juan Benigno García, e incongruencias en los tiempos de testigos que manifestaron haber visto a Schierloh arrojar una cubierta al fuego.

Concluyó que en todo caso, su acción no fue determinante para el desarrollo del fuego: “¿Si no arrojaba esa única cubierta, el fuego se hubiese apagado?”, se preguntó antes de pedir la absolución.
En tanto, en su alegato el procurador fiscal Leonardo Cheuquemán consideró probado que Schierloh arrojó cubiertas para avivar el fuego que además lesionó a varios policías. Recordó las observaciones de los policías, a los testimonios de cómo fueron afectados en su salud, el riesgo que corrieron al inhalar el humo de las cubiertas, los daños en el lugar, todo registrado con fotos.

También refirieron a los videos de los medios y los testimonios de los periodistas presentes, vecinos, docentes y fotógrafos. Sumaron los testimonios de bomberos, “testigos imparciales que dieron cuenta sobre cómo los manifestantes arrojaban maderas y cubiertas, para que el fuego ingrese en la puerta principal. Era imposible mirar hacia el interior por la densidad del humo negro”, con posibilidades de que las llamas “se extendieran hacia el interior del edificio”.

El bombero Franco Mesina reconoció a Schierloh, al que describió como “muy exaltado”.
Según Cheuquemán, a Schierloh se lo observa arrojando cubiertas que fueron a dar a uno de los focos incendiarios. Se lo observa al lado del fuego. “Se le ve el brazo derecho arrojando la cubierta. Se le ve la cara y es el señor Schierloh”, dijo.

Destacó a una “imagen amplia, en la que se ve a una sola persona y es Schierloh. No hay duda que arrojó una cubierta con el objetivo de alimentar el fuego”.

A Schierloh le imputan “incendio en carácter de coautor y partícipe necesario” y de no poder probarse esta figura, “daño agravado en carácter de coautor y partícipe necesario”. #

Enterate de las noticias de POLITICA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
Licenciado. El acusado aseguró que es inocente y describió los desbordes generados en aquella movilización de los docentes en Rawson.
04 JUL 2023 - 21:13

Antes del veredicto por el incendio en Legislatura el 19 de septiembre de 2019, declaró ante el juez Fabio Monti el único imputado, Matías Schierloh. Es licenciado en Ciencias Políticas, profesor en escuelas secundarias de Rawson y miembro de la Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut. El veredicto se conocerá el viernes 7 de julio a las 12.

“Me siento muy mal, me siento un pelotudo, un perejil, el pato de la boda por los hechos que se me achacan”, graficó.

Recordó los reclamos salariales y cómo llegó a ser delegado escolar, función que “no quería cumplir” pero que aceptó por la complejidad de la situación y la necesidad de acompañar a los otros docentes. Se refirió “a la desidia del Estado” y la situación general de conflictividad. “Nunca tuve aspiraciones, era un simple cuatro de copas, un delegado de base”, destacó.

También atacó la presunta estigmatización periodística que “tilda de vagos a los docentes” y a las decisiones que se toman sobre la base de la democracia sindical. “Yo no podía dejar de estar en los reclamos, porque represento a las escuelas para las que trabajo”.

Dijo que el día de los incidentes, en el marco de un plenario provincial, “entró gente que no era docente. Tomamos la decisión de marchar por el Ministerio de Economía y luego a Casa de Gobierno. Había rumores de una contramarcha, se decía promovida por el ministro de Seguridad (Federico) Massoni. Teníamos miedo de un posible choque y por eso se hicieron cambios en el recorrido. Yo soy de Rawson y ese día había gente rara, que se ocultaba el rostro con capuchas y filmaban”, reiteró, según el parte de prensa de Fiscalía.

Respecto del momento de los incidentes, dijo que en el plenario se decidió que estaría a cargo de los docentes de Comodoro Rivadavia con un acampe frente a Legislatura. Cuando se enteró de la muerte de una docente de Comodoro “me puse muy nervioso, intentando tranquilizarme decidí ir a la movilización. A llegar el escenario era desolador, impotencia y llantos; allí nos enteramos de la muerte de la otra docente”.

Vio cómo tiraban las vallas y el repliegue de la Policía. Intentó contenerlos porque “no estaba de acuerdo con ingresar a la Legislatura” y que además “intenté defender a dos policías que comenzaron a ser golpeados”.

Agregó que desconocidos “trajeron los palets de madera, fueron muchas personas que decían ‘acá hay que quemar todo’ y yo no estaba de acuerdo con quemar nada”. Con el avance de la noche se congregaron unas 1.500 personas: “Estaba todo Rawson”.

Vio llegar una camioneta Ford Eco Sport gris, con jóvenes “encapuchados que bajaron cubiertas. Claramente, no eran docentes, los podemos llamar infiltrados”. Los ayudó a bajar cubiertas, “pero ni siquiera los arrojé al fuego, porque había mucha gente alrededor”. Luego regresó a su casa de Playa Unión. Al día siguiente, antes de partir hacia una marcha de silencio, fue observado desde un auto por personas conocidas.

“Le quiero decir, señor juez, que me declaro inocente”, concluyó.

Por su parte, el defensor Javier Romero explicó que el incidente se produjo “en el contexto de un estallido social”. Y lo comparó con otros hechos en América Latina, las manifestaciones antimineras en Chubut, los acontecimientos en Chile en 2021 luego de un aumento en el precio de viajar en subterráneo, y en los últimos días en Francia.

Mencionó las características de este tipo de fenómeno social a manera de explicación de los incidentes en la Legislatura.

“En nuestro país se judicializó la protesta social”, destacó el abogado referido a las protestas sociales “manejadas por el Estado de manera represiva. El Estado falla y el mismo Estado es el que a la vez reprime”, destacó.

Aclaró que en Rawson “la Legislatura no se incendió” y que no se exhibieron certificados médicos de los policías afectados “que al otro día fueron a trabajar”. Sobre el síndrome del edificio enfermo, expresó que “no se mostró ningún certificado médico de empleados legislativos que dicen no poder trabajar; no hubo un riesgo real concreta como lo quiere instalar el Ministerio Público Fiscal. En el edificio no existieron daños estructurales ni corrió riesgo de colapso”.

Además cuestionó la veracidad de testigos claves para la Fiscalía como el comisario Juan Benigno García, e incongruencias en los tiempos de testigos que manifestaron haber visto a Schierloh arrojar una cubierta al fuego.

Concluyó que en todo caso, su acción no fue determinante para el desarrollo del fuego: “¿Si no arrojaba esa única cubierta, el fuego se hubiese apagado?”, se preguntó antes de pedir la absolución.
En tanto, en su alegato el procurador fiscal Leonardo Cheuquemán consideró probado que Schierloh arrojó cubiertas para avivar el fuego que además lesionó a varios policías. Recordó las observaciones de los policías, a los testimonios de cómo fueron afectados en su salud, el riesgo que corrieron al inhalar el humo de las cubiertas, los daños en el lugar, todo registrado con fotos.

También refirieron a los videos de los medios y los testimonios de los periodistas presentes, vecinos, docentes y fotógrafos. Sumaron los testimonios de bomberos, “testigos imparciales que dieron cuenta sobre cómo los manifestantes arrojaban maderas y cubiertas, para que el fuego ingrese en la puerta principal. Era imposible mirar hacia el interior por la densidad del humo negro”, con posibilidades de que las llamas “se extendieran hacia el interior del edificio”.

El bombero Franco Mesina reconoció a Schierloh, al que describió como “muy exaltado”.
Según Cheuquemán, a Schierloh se lo observa arrojando cubiertas que fueron a dar a uno de los focos incendiarios. Se lo observa al lado del fuego. “Se le ve el brazo derecho arrojando la cubierta. Se le ve la cara y es el señor Schierloh”, dijo.

Destacó a una “imagen amplia, en la que se ve a una sola persona y es Schierloh. No hay duda que arrojó una cubierta con el objetivo de alimentar el fuego”.

A Schierloh le imputan “incendio en carácter de coautor y partícipe necesario” y de no poder probarse esta figura, “daño agravado en carácter de coautor y partícipe necesario”. #


NOTICIAS RELACIONADAS