“No vamos a parar hasta extraditar a Bravo”

Más testimonios en el medio siglo de la Masacre.

Hoy y siempre. Las familias de las víctimas y una ceremonia habitual en cada acto de conmemoración.
22 AGO 2022 - 20:42 | Actualizado 22 AGO 2022 - 20:45

También dijo presente fue Raquel Camps, hija de Alberto Camps, sobreviviente de la Masacre pero luego secuestrado. “Es una pelea incansable de la memoria, la verdad y la justicia; en estos abrazos y encuentros nos vamos acomodando un poquito para seguir”, le dijo a Jornada.

“Trelew me marcó mucho porque mi papá cuando sobrevive y denuncia todo el tiempo de lo que había pasado y yo tomé ese grito que pasó a mi garganta y dije: `No voy a parar hasta que ese pedido de justicia de mi viejo se haga tangible y podamos estar en paz. La sensación de entrar al penal donde se conocen y de estar donde deponen las armas –ilustró-, da cuenta de la lucha incansable que tenían sin nada a cambio y del amor que ponían; le da sentido a su ausencia y a todo lo que tuvimos que atravesar los hijos de reconstrucción para llegar acá en el abrazo contundente de los compañeros”.

Raquel hizo referencia a su presencia en el juicio civil contra Roberto Bravo, en Estados Unidos. Es una de las cuatro familias demandantes. Su padre recibió un disparo en su estómago a quemarropa de Bravo cuando el marino le pidió declarar que había sido un intento de fuga y Camps se negó. “Aprendí mucho de la lucha de los familiares que arrancaron por el 72, de mi padre que denunció constantemente la masacre. Me llevé todo eso en la valija y no fui sola, es una lucha colectiva; que la causa se caratulara Camps y otros contra Bravo fue ganar y poder decirle a los ojos: `Tenés que pagar por lo que le hiciste sufrir a mi viejo y a los 18 compañeros´. Fue un triunfo salir de la corte, festejar con nuestros familiares y que dos miembros del jurado nos aplaudan. No vamos a parar hasta la extradición, esta demanda civil fue una estrategia para poder abrir esa puerta. No vamos a parar hasta que Bravo dé cuenta del crimen que cometió acá donde lo cometió”.

Héctor Agustín Tosco, hijo de Agustín, también estuvo en el acto. “Hay asistencia de muchos compañeros de otras provincias y es el momento de muchísimos encuentros muy emotivos. Hay compañeros que han estado presos en el penal en las diferentes dictaduras y se encuentran acá después de tanto tiempo”.

“A partir de la denuncia que hizo Alicia Bonet, la esposa de Rubén Bonet, en 1972 ante la brutalidad de la dictadura; se fueron generando pruebas, el trabajo incansable de todos hasta que sentaron a Bravo en un Tribunal de la Justicia norteamericana, país que lo protegió y lo acogió tantos años”.

“Justicia a 50 años no es justicia, es impunidad, y quienes le hacen la vista gorda son cómplices”, acotó. “Tenemos a medias la satisfacción de conseguir que Bravo finalmente haya confesado en un tribunal civil en EE.UU. ante un juicio por jurados, conformado por trabajadores que no conocen nuestra realidad. El genocida cuando tenía 30 años se presenta ahora como ancianos, débiles y generan una imagen de buenitos. Fueron criminales comunes y cometieron hechos de lesa humanidad”. #

Hoy y siempre. Las familias de las víctimas y una ceremonia habitual en cada acto de conmemoración.
22 AGO 2022 - 20:42

También dijo presente fue Raquel Camps, hija de Alberto Camps, sobreviviente de la Masacre pero luego secuestrado. “Es una pelea incansable de la memoria, la verdad y la justicia; en estos abrazos y encuentros nos vamos acomodando un poquito para seguir”, le dijo a Jornada.

“Trelew me marcó mucho porque mi papá cuando sobrevive y denuncia todo el tiempo de lo que había pasado y yo tomé ese grito que pasó a mi garganta y dije: `No voy a parar hasta que ese pedido de justicia de mi viejo se haga tangible y podamos estar en paz. La sensación de entrar al penal donde se conocen y de estar donde deponen las armas –ilustró-, da cuenta de la lucha incansable que tenían sin nada a cambio y del amor que ponían; le da sentido a su ausencia y a todo lo que tuvimos que atravesar los hijos de reconstrucción para llegar acá en el abrazo contundente de los compañeros”.

Raquel hizo referencia a su presencia en el juicio civil contra Roberto Bravo, en Estados Unidos. Es una de las cuatro familias demandantes. Su padre recibió un disparo en su estómago a quemarropa de Bravo cuando el marino le pidió declarar que había sido un intento de fuga y Camps se negó. “Aprendí mucho de la lucha de los familiares que arrancaron por el 72, de mi padre que denunció constantemente la masacre. Me llevé todo eso en la valija y no fui sola, es una lucha colectiva; que la causa se caratulara Camps y otros contra Bravo fue ganar y poder decirle a los ojos: `Tenés que pagar por lo que le hiciste sufrir a mi viejo y a los 18 compañeros´. Fue un triunfo salir de la corte, festejar con nuestros familiares y que dos miembros del jurado nos aplaudan. No vamos a parar hasta la extradición, esta demanda civil fue una estrategia para poder abrir esa puerta. No vamos a parar hasta que Bravo dé cuenta del crimen que cometió acá donde lo cometió”.

Héctor Agustín Tosco, hijo de Agustín, también estuvo en el acto. “Hay asistencia de muchos compañeros de otras provincias y es el momento de muchísimos encuentros muy emotivos. Hay compañeros que han estado presos en el penal en las diferentes dictaduras y se encuentran acá después de tanto tiempo”.

“A partir de la denuncia que hizo Alicia Bonet, la esposa de Rubén Bonet, en 1972 ante la brutalidad de la dictadura; se fueron generando pruebas, el trabajo incansable de todos hasta que sentaron a Bravo en un Tribunal de la Justicia norteamericana, país que lo protegió y lo acogió tantos años”.

“Justicia a 50 años no es justicia, es impunidad, y quienes le hacen la vista gorda son cómplices”, acotó. “Tenemos a medias la satisfacción de conseguir que Bravo finalmente haya confesado en un tribunal civil en EE.UU. ante un juicio por jurados, conformado por trabajadores que no conocen nuestra realidad. El genocida cuando tenía 30 años se presenta ahora como ancianos, débiles y generan una imagen de buenitos. Fueron criminales comunes y cometieron hechos de lesa humanidad”. #


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