En julio, fueron talados 1.476 km2 de vegetación en la selva amazónica de Brasil, según datos del sistema de vigilancia satelital Deter, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
Eso representa una leve reducción respecto a los 1.498 km2 detectados en el mismo período de 2021, pero ubica el pasado mes de julio como el quinto peor mes desde el inicio de las mediciones, en 2015, consignó la agencia de noticias AFP.
Los cuatro peores meses hasta ahora fueron julio de 2019, 2020 y 2021, y agosto de 2019: todos por encima de los 1.400 km2 y todos durante la presidencia de Jair Bolsonaro.
Los críticos aseguran que el presidente alienta la deforestación debilitando a los organismos de control ambiental y respaldando a sectores de la agroindustria y la minería acusados de impulsar la tala ilegal.
Desde que Bolsonaro asumió en 2019, la deforestación anual promedio en la Amazonía aumentó un 75% respecto de la década anterior, a pesar de las constantes advertencias de especialistas sobre la importancia de preservar esta selva tropical, un enorme "sumidero de carbono" considerado vital para frenar el cambio climático.
"Es preocupante ver tasas de deforestación tan altas cuando ya estamos sintiendo los efectos del cambio climático, con sequías, temperaturas extremas o inundaciones", dijo Edegar de Oliveira, director de Conservación de la ONG ambientalista WWF Brasil.
"El gobierno llega a sus últimos meses con récords de destrucción ambiental", antes de las elecciones de octubre, cuando Bolsonaro buscará la reelección, agregó Oliveira.
En julio, fueron talados 1.476 km2 de vegetación en la selva amazónica de Brasil, según datos del sistema de vigilancia satelital Deter, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
Eso representa una leve reducción respecto a los 1.498 km2 detectados en el mismo período de 2021, pero ubica el pasado mes de julio como el quinto peor mes desde el inicio de las mediciones, en 2015, consignó la agencia de noticias AFP.
Los cuatro peores meses hasta ahora fueron julio de 2019, 2020 y 2021, y agosto de 2019: todos por encima de los 1.400 km2 y todos durante la presidencia de Jair Bolsonaro.
Los críticos aseguran que el presidente alienta la deforestación debilitando a los organismos de control ambiental y respaldando a sectores de la agroindustria y la minería acusados de impulsar la tala ilegal.
Desde que Bolsonaro asumió en 2019, la deforestación anual promedio en la Amazonía aumentó un 75% respecto de la década anterior, a pesar de las constantes advertencias de especialistas sobre la importancia de preservar esta selva tropical, un enorme "sumidero de carbono" considerado vital para frenar el cambio climático.
"Es preocupante ver tasas de deforestación tan altas cuando ya estamos sintiendo los efectos del cambio climático, con sequías, temperaturas extremas o inundaciones", dijo Edegar de Oliveira, director de Conservación de la ONG ambientalista WWF Brasil.
"El gobierno llega a sus últimos meses con récords de destrucción ambiental", antes de las elecciones de octubre, cuando Bolsonaro buscará la reelección, agregó Oliveira.