Editorial / Unidad y renovación, aunque duela

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Luque y Sastre, la semana pasada en Comodoro, reafirmando un proyecto de unidad dentro del PJ.
23 ABR 2022 - 20:39 | Actualizado 25 ABR 2022 - 9:40

Unidad, gobernabilidad y recambio. Son las tres patas sobre la que algunos dirigentes peronistas se han venido moviendo en los últimos meses y, pese a las dudas de muchos, siguen firmes en esa posición. Los gestos del intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque, el vicegobernador Ricardo Sastre y su hermano, el intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, por nombrar a los más decididos a jugar en 2023, son cada vez más elocuentes. No se proponen –dicen- unir a todo el peronismo sino a la mayor parte de la nueva dirigencia y sectores que pretenden lo mismo que ellos: jubilar a los padres de las sucesivas derrotas del peronismo en Chubut y llegar a 2023 con una propuesta electoral que seduzca al voto peronista que está disperso.
El camino no será sencillo pero el lenguaje corporal es clave. La última visita de los hermanos Sastre a Comodoro Rivadavia dejó en claro esta estrategia y también dejó con menos expectativas a los que balconean la situación y esperan que se rompa el equilibrio para sacar provecho, como vienen haciendo hace años.
“Con Juan Pablo lo acordamos hace un tiempo y lo venimos respetando tal cual lo hemos pactado. Con dos figuras como nosotros, sumados Gustavo y a algún otro intendente que llegue desde el seno del Partido Justicialista, hay un recambio posible que puede asegurar gobernabilidad en los próximos años”, dijo Sastre tras su paso por Comodoro Rivadavia, en donde quedó en claro que la relación entre ambos (y sobre todo de Luque con Gustavo, que se solían sacar chispas hasta hace un tiempo) marcha por el camino acordado.
“Con Ricardo hace tiempo venimos conversando, no de nombres personales, si somos nosotros o es otro compañero o compañera. Más allá de pertenecer al mismo espacio y de la ideología política, no sirve de nada armar proyectos individuales para satisfacer el ego de Ricardo o el mío”, señaló Luque.
Por separado, todos elogian los cambios de posturas personales del otro. Ser un poco más predecibles o bajar un poco el grado de desconfianza con el que se solían mover, los ha ayudado a construir esta idea de proyecto de unidad.
Tanto Luque como Sastre han venido todo este tiempo reuniéndose con varios sectores internos y gremiales con el objetivo de fortalecer el espacio. Un personaje de la política al que ambos vienen consultando y con el que mantienen reuniones públicas, es el líder de Luz y Fuerza, Héctor González. El dirigente gremial es de los pocos que hace tiempo viene reclamando un proyecto de unidad pero no sólo para gobernar sino para empezar a discutir los cambios que la provincia necesita.
González repite cada tanto, para que no queden dudas, que a esta altura del partido no tiene aspiraciones electorales. Su objetivo es ayudar al peronismo a recuperar el terreno que perdió y que las nuevas generaciones de dirigentes se preocupen por armar una agenda de discusión pública que siente las bases para cambiar el modelo de desarrollo productivo de Chubut.

Un mayo movido

El líder de Luz y Fuerza se llevó de las últimas dos reuniones con Luque y Sastre el compromiso de ambos de estar presentes en un encuentro político que se realizará a finales de mayo en la localidad de El Hoyo. Hasta allí llegarán también muchos intendentes para participar de la primera aparición fuerte en escena de Agenda Chubut, un espacio heterogéneo desde lo ideológico al que González y otros dirigentes vienen apoyando como centro de pensamiento político y económico, básicamente, cuyo objetivo es abrir espacios para debatir ideas pero también para establecer soluciones a muchos de los problemas que hoy tiene Chubut.
Agenda Chubut no es una agrupación peronista, aclaran. De hecho, a las habituales convocatorias asisten desde técnicos y dirigentes políticos, sindicales y empresarios pymes, hasta funcionarios y militantes de a pie, todos preocupados por discutir un nuevo escenario que ponga los intereses de la Provincia por delante de cualquier conveniencia personal, empresaria o foránea.
La soberanía energética de Chubut, por ejemplo, es un punto que vienen discutiendo hace tiempo con datos, ideas y proyectos. Y será un tema central en el encuentro de El Hoyo.

Maderna se desmarca

En medio de este proceso de intento de unidad, uno que cada vez se siente más animado a intentar su propio camino es el intendente de Trelew, Adrián Maderna. El acto político que organizó la semana pasada en el Salón San David sorprendió a propios y extraños. Es que la estrategia de su equipo de comunicación fue no hacer una convocatoria pública –ni siquiera le avisaron a la prensa- sino que el resultado se filtrara a través de las redes sociales, en donde circularon fotos de un salón colmado y se filtraron audios de discursos encendidos.
Lejos de las señales de unidad que se postulan desde Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn, Maderna mandó un mensaje de que está dispuesto a competir por la gobernación con un proyecto propio. Su relación con los Sastre y Luque es cada vez más distante. Y con el gobernador Arcioni (al que el madrynense y el comodorense piden ayudar para garantizar la gobernabilidad), la relación está rota. Ya ni disimulan y en cada aparición pública se dedican críticas.
A diferencia de Sastre y Luque, a Maderna todo le cuesta el doble porque la situación económica y social de Trelew es mucho más complicada que la de las otras dos ciudades. Pero el intendente confía en sus dotes para manejarse en aguas agitadas; acercó al Gabinete y a su estructura política a un viejo zorro de estas lides, como lo es Norberto Yauhar; y sigue creyendo que al votante peronista se lo conquista militando en la calle.
Por ahora, como en el Antón Pirulero, cada cual atiende su juego. Ya vendrá el tiempo de definiciones o de prendas.#

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Luque y Sastre, la semana pasada en Comodoro, reafirmando un proyecto de unidad dentro del PJ.
23 ABR 2022 - 20:39

Unidad, gobernabilidad y recambio. Son las tres patas sobre la que algunos dirigentes peronistas se han venido moviendo en los últimos meses y, pese a las dudas de muchos, siguen firmes en esa posición. Los gestos del intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque, el vicegobernador Ricardo Sastre y su hermano, el intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, por nombrar a los más decididos a jugar en 2023, son cada vez más elocuentes. No se proponen –dicen- unir a todo el peronismo sino a la mayor parte de la nueva dirigencia y sectores que pretenden lo mismo que ellos: jubilar a los padres de las sucesivas derrotas del peronismo en Chubut y llegar a 2023 con una propuesta electoral que seduzca al voto peronista que está disperso.
El camino no será sencillo pero el lenguaje corporal es clave. La última visita de los hermanos Sastre a Comodoro Rivadavia dejó en claro esta estrategia y también dejó con menos expectativas a los que balconean la situación y esperan que se rompa el equilibrio para sacar provecho, como vienen haciendo hace años.
“Con Juan Pablo lo acordamos hace un tiempo y lo venimos respetando tal cual lo hemos pactado. Con dos figuras como nosotros, sumados Gustavo y a algún otro intendente que llegue desde el seno del Partido Justicialista, hay un recambio posible que puede asegurar gobernabilidad en los próximos años”, dijo Sastre tras su paso por Comodoro Rivadavia, en donde quedó en claro que la relación entre ambos (y sobre todo de Luque con Gustavo, que se solían sacar chispas hasta hace un tiempo) marcha por el camino acordado.
“Con Ricardo hace tiempo venimos conversando, no de nombres personales, si somos nosotros o es otro compañero o compañera. Más allá de pertenecer al mismo espacio y de la ideología política, no sirve de nada armar proyectos individuales para satisfacer el ego de Ricardo o el mío”, señaló Luque.
Por separado, todos elogian los cambios de posturas personales del otro. Ser un poco más predecibles o bajar un poco el grado de desconfianza con el que se solían mover, los ha ayudado a construir esta idea de proyecto de unidad.
Tanto Luque como Sastre han venido todo este tiempo reuniéndose con varios sectores internos y gremiales con el objetivo de fortalecer el espacio. Un personaje de la política al que ambos vienen consultando y con el que mantienen reuniones públicas, es el líder de Luz y Fuerza, Héctor González. El dirigente gremial es de los pocos que hace tiempo viene reclamando un proyecto de unidad pero no sólo para gobernar sino para empezar a discutir los cambios que la provincia necesita.
González repite cada tanto, para que no queden dudas, que a esta altura del partido no tiene aspiraciones electorales. Su objetivo es ayudar al peronismo a recuperar el terreno que perdió y que las nuevas generaciones de dirigentes se preocupen por armar una agenda de discusión pública que siente las bases para cambiar el modelo de desarrollo productivo de Chubut.

Un mayo movido

El líder de Luz y Fuerza se llevó de las últimas dos reuniones con Luque y Sastre el compromiso de ambos de estar presentes en un encuentro político que se realizará a finales de mayo en la localidad de El Hoyo. Hasta allí llegarán también muchos intendentes para participar de la primera aparición fuerte en escena de Agenda Chubut, un espacio heterogéneo desde lo ideológico al que González y otros dirigentes vienen apoyando como centro de pensamiento político y económico, básicamente, cuyo objetivo es abrir espacios para debatir ideas pero también para establecer soluciones a muchos de los problemas que hoy tiene Chubut.
Agenda Chubut no es una agrupación peronista, aclaran. De hecho, a las habituales convocatorias asisten desde técnicos y dirigentes políticos, sindicales y empresarios pymes, hasta funcionarios y militantes de a pie, todos preocupados por discutir un nuevo escenario que ponga los intereses de la Provincia por delante de cualquier conveniencia personal, empresaria o foránea.
La soberanía energética de Chubut, por ejemplo, es un punto que vienen discutiendo hace tiempo con datos, ideas y proyectos. Y será un tema central en el encuentro de El Hoyo.

Maderna se desmarca

En medio de este proceso de intento de unidad, uno que cada vez se siente más animado a intentar su propio camino es el intendente de Trelew, Adrián Maderna. El acto político que organizó la semana pasada en el Salón San David sorprendió a propios y extraños. Es que la estrategia de su equipo de comunicación fue no hacer una convocatoria pública –ni siquiera le avisaron a la prensa- sino que el resultado se filtrara a través de las redes sociales, en donde circularon fotos de un salón colmado y se filtraron audios de discursos encendidos.
Lejos de las señales de unidad que se postulan desde Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn, Maderna mandó un mensaje de que está dispuesto a competir por la gobernación con un proyecto propio. Su relación con los Sastre y Luque es cada vez más distante. Y con el gobernador Arcioni (al que el madrynense y el comodorense piden ayudar para garantizar la gobernabilidad), la relación está rota. Ya ni disimulan y en cada aparición pública se dedican críticas.
A diferencia de Sastre y Luque, a Maderna todo le cuesta el doble porque la situación económica y social de Trelew es mucho más complicada que la de las otras dos ciudades. Pero el intendente confía en sus dotes para manejarse en aguas agitadas; acercó al Gabinete y a su estructura política a un viejo zorro de estas lides, como lo es Norberto Yauhar; y sigue creyendo que al votante peronista se lo conquista militando en la calle.
Por ahora, como en el Antón Pirulero, cada cual atiende su juego. Ya vendrá el tiempo de definiciones o de prendas.#


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