En 1975, la película "Tiburón" del Steven Spielberg marcó a toda una generación de personas que tras ver aquella cinta comenzó a mirar con temor al mar y en especial a los tiburones. El público se enteraba que bajo las aguas vivía un monstruo devorador de hombres: el tiburón blanco. La película mostraba cómo este gigantesco escualo de más de 6 metros de largo y descomunales dientes, engullía uno a uno a cada bañista de Playa Amity. Pero en honor a la verdad, Hollywood exageró algunas cosas, por ejemplo, el Gran Blanco rara vez ataca al hombre, ni siquiera está en su dieta. Pero lo malo de esta película fue que instaló una imagen negativa de estos magníficos animales que llevan viviendo en este planeta más de 400 millones de años. Pero si el gran tiburón blanco le causó temor, tiene que dar gracias a Dios de no haber nadado en los mares del Pleistoceno, hace más de dos millones de años, porque la criatura que dominaba esos antiguos océanos hubiese hecho ver al tiburón de Spielberg como un hermoso matungo pescado en Santa Isabel. El Carcharodón Megalodón, era el rey supremo de los mares, su gran boca hubiera tragado un "fitito" entero por dar un burdo ejemplo. Con más de tres hileras de afilados dientes y de hasta 16 centímetros de largo, este monstruo era el bravucón del vecindario. A su gran tamaño le correspondía una gran presa, es por ello que Megalodón se alimentaba de ballenas y otros mamíferos de menor tamaño.
Las bardas que hoy conocemos en el Valle, no siempre estuvieron resecas y polvorientas, hace millones de años, la costa patagónica estuvo bajo el mar y en ellas se pueden encontrar evidencias de aquellos tiempos. Restos fósiles de la fauna marina y entre ellas los dientes de diversos tiburones, nos cuentan que nadar en la "Playa Unión" de esa época hubiera sido la peor de todas las ideas. El Megalón, también megalodonte, tiburón megadiente y tiburón blanco gigante fue un animal prehistórico de la especie de los tiburones gigantes que vivieron probablemente entre hace 20 y 1,5 millones de años, aunque se han llegado a sugerir fechas de extinción más tardías.
El Carcharodon Megalodon dominó los océanos durante setenta millones de años, y era como un gran tiburón blanco de veinte metros y treinta toneladas (como una gran ballena Franca que vemos en El Doradillo), y estaba dotado de células sensoriales capaces de detectar el leve campo eléctrico del movimiento de los músculos de su presa a varios kilómetros de distancia.
La mordedura para un Megalodón de unos 18 metros de largo y unas 30 toneladas, se estima en 18 toneladas de presión y una capacidad destructora muy considerable. Indicar que aunque la presión de la mordedura del Megalodón es superior al Tiranosaurio Rex (unas 5 toneladas) es prácticamente la mitad que el Dunkleosteus (un pez acorazado gigante del Devónico) que conseguía una presión de 36.000 kg. Posiblemente el animal prehistórico con la mordedura más potente.
El Megalodón es considerado como uno de los mayores y más poderosos depredadores en la historia de los vertebrados. Probablemente tuvo un profundo impacto en la estructura de las comunidades marinas de su época. Restos fósiles indican que este tiburón gigante alcanzaba una longitud total de más de 16 metros, y también confirma su distribución cosmopolita (habitaba prácticamente todos los mares antiguos). Los científicos sugieren que Megalodon lucía en vida como una versión corpulenta del gran tiburón blanco, Carcharodon carcharias.
Recordemos que el Gran Blanco tiene un tamaño medio entre 4 y 7 metros en los machos, aunque hay indicios de que podrían llegar a los 10 metros, algunos fósiles de Megalodon (únicamente se conservan sus dientes) indica que podrían haber medido hasta 24 metros y 50 toneladas.
Los dientes de Megalodon se han descubierto en muchas partes del mundo, incluyendo Europa, América del Norte, América del Sur, Patagonia, Puerto Rico, Cuba, Jamaica, Australia, Nueva Zelanda, Japón, África, Malta, e India. Dientes de megalodon también se han descubierto en regiones profundas como la Fosa de las Marianas en el Océano Pacífico.
¿Existe el megalodón?
Aunque la gran mayoría de los expertos consideran que la evidencia disponible indica claramente que el megalodon está extinto, la idea de que una población superviviente pudiese seguir existiendo en la realidad parece haberse asentado en el imaginario público, a pesar de que la mayor parte de las evidencias en favor de esta idea es escasa. Oficialmente, el Carcharodon megalodon está extinto, sin embargo rumores de su existencia abundan. Si estos resultan ser verdad, no sería el primer "fósil viviente" por descubrir. Ha habido numerosos avistamientos de tiburones gigantes, posiblemente megalodones. También hay muchas globsters (cadáveres marinos no identificados) que dan peso a la idea. Sin embargo no se han confirmado avistamientos del Megalodon.
Los avistamientos de Megalodon más famosos fueron recogidos por el naturalista australiano David Stead. En el siglo 20, recogió informes de un tiburón gigante que había aterrorizado a los pescadores de Port Stephens. Dado que la mayoría de estos testigos son anónimos, sus historias son descartadas por los escépticos. Sin embargo estos informes - si bien no demuestran la existencia del Megalodon - hacen de este misterio un área de interés para muchos criptozoólogos. No hace mucho, en los mares del Japón, una cámara submarina que filmaba tiburones de las profundidades comiendo, captó en uno de sus cuadros la imagen de un enorme escualo, tan grande que espantó a los otros tiburones y su tamaño total no fue tomado por las imágenes. Si visitan esta página en Youtube podrán ver ustedes mismos las imágenes y sacar sus propias conclusiones: http://www.youtube.com/watch?v=j7tR6E2Mm0w
Recreaciones computarizadas, artísticas y de maquetas nos muestran cómo fue la vida de este magnífico animal que recorrió los mares del planeta y que desapareció en las brumas del tiempo. Pero si algo se encargó de demostrar la naturaleza, es que algunas de sus creaciones saben jugar muy bien a las escondidas. Oculto en las profundidades del mar, se descubrió en 1938 un ejemplar vivo de Celacanto, un pez que se creía extinto hacía más de 65 millones de años. Hoy esta especie prospera para asombro de la ciencia. En la actualidad, el gran tiburón blanco es el amo y señor de los mares, pero no demos por hecho su reinado ya que los océanos del mundo son enormes y profundos y un día, por que no imaginarlo, el Megalodón regrese a reclamar lo que es suyo. #
En 1975, la película "Tiburón" del Steven Spielberg marcó a toda una generación de personas que tras ver aquella cinta comenzó a mirar con temor al mar y en especial a los tiburones. El público se enteraba que bajo las aguas vivía un monstruo devorador de hombres: el tiburón blanco. La película mostraba cómo este gigantesco escualo de más de 6 metros de largo y descomunales dientes, engullía uno a uno a cada bañista de Playa Amity. Pero en honor a la verdad, Hollywood exageró algunas cosas, por ejemplo, el Gran Blanco rara vez ataca al hombre, ni siquiera está en su dieta. Pero lo malo de esta película fue que instaló una imagen negativa de estos magníficos animales que llevan viviendo en este planeta más de 400 millones de años. Pero si el gran tiburón blanco le causó temor, tiene que dar gracias a Dios de no haber nadado en los mares del Pleistoceno, hace más de dos millones de años, porque la criatura que dominaba esos antiguos océanos hubiese hecho ver al tiburón de Spielberg como un hermoso matungo pescado en Santa Isabel. El Carcharodón Megalodón, era el rey supremo de los mares, su gran boca hubiera tragado un "fitito" entero por dar un burdo ejemplo. Con más de tres hileras de afilados dientes y de hasta 16 centímetros de largo, este monstruo era el bravucón del vecindario. A su gran tamaño le correspondía una gran presa, es por ello que Megalodón se alimentaba de ballenas y otros mamíferos de menor tamaño.
Las bardas que hoy conocemos en el Valle, no siempre estuvieron resecas y polvorientas, hace millones de años, la costa patagónica estuvo bajo el mar y en ellas se pueden encontrar evidencias de aquellos tiempos. Restos fósiles de la fauna marina y entre ellas los dientes de diversos tiburones, nos cuentan que nadar en la "Playa Unión" de esa época hubiera sido la peor de todas las ideas. El Megalón, también megalodonte, tiburón megadiente y tiburón blanco gigante fue un animal prehistórico de la especie de los tiburones gigantes que vivieron probablemente entre hace 20 y 1,5 millones de años, aunque se han llegado a sugerir fechas de extinción más tardías.
El Carcharodon Megalodon dominó los océanos durante setenta millones de años, y era como un gran tiburón blanco de veinte metros y treinta toneladas (como una gran ballena Franca que vemos en El Doradillo), y estaba dotado de células sensoriales capaces de detectar el leve campo eléctrico del movimiento de los músculos de su presa a varios kilómetros de distancia.
La mordedura para un Megalodón de unos 18 metros de largo y unas 30 toneladas, se estima en 18 toneladas de presión y una capacidad destructora muy considerable. Indicar que aunque la presión de la mordedura del Megalodón es superior al Tiranosaurio Rex (unas 5 toneladas) es prácticamente la mitad que el Dunkleosteus (un pez acorazado gigante del Devónico) que conseguía una presión de 36.000 kg. Posiblemente el animal prehistórico con la mordedura más potente.
El Megalodón es considerado como uno de los mayores y más poderosos depredadores en la historia de los vertebrados. Probablemente tuvo un profundo impacto en la estructura de las comunidades marinas de su época. Restos fósiles indican que este tiburón gigante alcanzaba una longitud total de más de 16 metros, y también confirma su distribución cosmopolita (habitaba prácticamente todos los mares antiguos). Los científicos sugieren que Megalodon lucía en vida como una versión corpulenta del gran tiburón blanco, Carcharodon carcharias.
Recordemos que el Gran Blanco tiene un tamaño medio entre 4 y 7 metros en los machos, aunque hay indicios de que podrían llegar a los 10 metros, algunos fósiles de Megalodon (únicamente se conservan sus dientes) indica que podrían haber medido hasta 24 metros y 50 toneladas.
Los dientes de Megalodon se han descubierto en muchas partes del mundo, incluyendo Europa, América del Norte, América del Sur, Patagonia, Puerto Rico, Cuba, Jamaica, Australia, Nueva Zelanda, Japón, África, Malta, e India. Dientes de megalodon también se han descubierto en regiones profundas como la Fosa de las Marianas en el Océano Pacífico.
¿Existe el megalodón?
Aunque la gran mayoría de los expertos consideran que la evidencia disponible indica claramente que el megalodon está extinto, la idea de que una población superviviente pudiese seguir existiendo en la realidad parece haberse asentado en el imaginario público, a pesar de que la mayor parte de las evidencias en favor de esta idea es escasa. Oficialmente, el Carcharodon megalodon está extinto, sin embargo rumores de su existencia abundan. Si estos resultan ser verdad, no sería el primer "fósil viviente" por descubrir. Ha habido numerosos avistamientos de tiburones gigantes, posiblemente megalodones. También hay muchas globsters (cadáveres marinos no identificados) que dan peso a la idea. Sin embargo no se han confirmado avistamientos del Megalodon.
Los avistamientos de Megalodon más famosos fueron recogidos por el naturalista australiano David Stead. En el siglo 20, recogió informes de un tiburón gigante que había aterrorizado a los pescadores de Port Stephens. Dado que la mayoría de estos testigos son anónimos, sus historias son descartadas por los escépticos. Sin embargo estos informes - si bien no demuestran la existencia del Megalodon - hacen de este misterio un área de interés para muchos criptozoólogos. No hace mucho, en los mares del Japón, una cámara submarina que filmaba tiburones de las profundidades comiendo, captó en uno de sus cuadros la imagen de un enorme escualo, tan grande que espantó a los otros tiburones y su tamaño total no fue tomado por las imágenes. Si visitan esta página en Youtube podrán ver ustedes mismos las imágenes y sacar sus propias conclusiones: http://www.youtube.com/watch?v=j7tR6E2Mm0w
Recreaciones computarizadas, artísticas y de maquetas nos muestran cómo fue la vida de este magnífico animal que recorrió los mares del planeta y que desapareció en las brumas del tiempo. Pero si algo se encargó de demostrar la naturaleza, es que algunas de sus creaciones saben jugar muy bien a las escondidas. Oculto en las profundidades del mar, se descubrió en 1938 un ejemplar vivo de Celacanto, un pez que se creía extinto hacía más de 65 millones de años. Hoy esta especie prospera para asombro de la ciencia. En la actualidad, el gran tiburón blanco es el amo y señor de los mares, pero no demos por hecho su reinado ya que los océanos del mundo son enormes y profundos y un día, por que no imaginarlo, el Megalodón regrese a reclamar lo que es suyo. #