El té galés en Gaiman es una tradición que se disfruta a lo largo de todo el año, pero a los sabores y aromas habituales se le sumó ayer un pedacito de historia por la conmemoración de los 156 años del Desembarco de los colonos.
Casas de té colmadas
Muchas familias se dirigieron a las distintas casas de té de la localidad valletana y de toda la region para disfrutar de sus exquisiteces: las tortas, el pan casero con manteca, los dulces, los scons y las teteras vestidas de crochet sobre las mesas inmaculadas y perfectamente servidas. Todo es parte del espíritu galés y la magia que persiste en la ceremonia que se inicia a la hora del té.
La torta galesa, tal como la conocemos, no existe en Gales. Es una invención de los colonos galeses que llegaron a esta parte de la Patagonia. Con el tiempo echó raíces en la colonia y se convirtió en una férrea tradición que atrae año tras a años a los turistas y visitantes.
El té galés en Gaiman es una tradición que se disfruta a lo largo de todo el año, pero a los sabores y aromas habituales se le sumó ayer un pedacito de historia por la conmemoración de los 156 años del Desembarco de los colonos.
Casas de té colmadas
Muchas familias se dirigieron a las distintas casas de té de la localidad valletana y de toda la region para disfrutar de sus exquisiteces: las tortas, el pan casero con manteca, los dulces, los scons y las teteras vestidas de crochet sobre las mesas inmaculadas y perfectamente servidas. Todo es parte del espíritu galés y la magia que persiste en la ceremonia que se inicia a la hora del té.
La torta galesa, tal como la conocemos, no existe en Gales. Es una invención de los colonos galeses que llegaron a esta parte de la Patagonia. Con el tiempo echó raíces en la colonia y se convirtió en una férrea tradición que atrae año tras a años a los turistas y visitantes.