Desde hace más de una década el diario Jornada venía organizando en casi todos los turnos electorales debates públicos de candidatos. En 2011, el año más prolífico, este diario –junto al entonces Canal 3 de Trelew- realizó antes de las elecciones de marzo de ese año –en las que se impuso la fórmula dasnevista Martín Buzzi-César Gustavo Mac Karthy- cinco debates distintos: a gobernador, y con los aspirantes a las intendencias de Trelew, Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn y Rawson.
Este año, a apenas tres semanas de las elecciones generales del 9 de junio, este diario, junto a Cadena Tiempo, tenía previsto juntar a los siete aspirantes a la Gobernación. No va a ser posible, principalmente, porque la dirigencia política que se llena la boca con los debates de ideas, que impulsó una ley que aprobó en la Legislatura y que se la pasa orinando agua bendita, enchastraron la cancha para evitar exponerse ante los ciudadanos.
Ayer, el intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, candidato del Frente Patriótico, redondeó otra performance vergonzosa al negarse a participar de un debate organizado por Jornada “porque el diario está alineado al Gobierno provincial.” Más allá de que resulta obvio que no es cierto (inclusive, el gobernador Mariano Arcioni fue invitado al debate y tampoco expresó su deseo de participar), Linares eligió el camino menos apropiado para alguien que dice que quiere llegar a la Gobernación: apretar públicamente a un medio de comunicación como Jornada, que tiene 65 años de historia, porque este diario osó –y seguirá “osando”- publicar detalles del escándalo de las obras de la emergencia de Comodoro en 2017, que ahora está siendo investigado por el Ministerio Públicos Fiscal, que ya adelantó que “hay facturas apócrifas e irregularidades múltiples”.
Linares optó por ensuciar a este diario porque el barro de las obras de la emergencia ya salpicó peligrosamente a su vice, Juan Pablo Luque, y amenaza con llegar hasta la suela de sus zapatos.
Linares no quiere debatir porque no está condiciones de sostener una discusión política con altura; Arcioni, posiblemente, porque sigue ese vieja máxima de la vieja política que indica que “el que va ganando, no debate”: y Gustavo Menna, que necesita votos como el agua para no quedar en un pálido tercer puesto, porque tiene agenda en la Cordillera, según explicó su equipo de campaña.
No habrá debate en serio en este turno electoral. Varios de los que el 9 de junio quedarán en el camino, posiblemente, tengan que marcharse de la política activa por su pobre desempeño en las urnas. Sería bueno que organizados por Jornada, por cualquier otro medio de comunicación o por los chicos de una escuela de cualquier pueblo del interior, los candidatos a cualquier cargo electivo tengan la obligación de dar la cara. Porque esconderse es para miedosos y lo que Chubut necesita hoy más que nunca es una dirigencia política que tenga argumentos, herramientas y el valor suficiente para enfrentar a los ciudadanos sin ser abucheados.
Desde hace más de una década el diario Jornada venía organizando en casi todos los turnos electorales debates públicos de candidatos. En 2011, el año más prolífico, este diario –junto al entonces Canal 3 de Trelew- realizó antes de las elecciones de marzo de ese año –en las que se impuso la fórmula dasnevista Martín Buzzi-César Gustavo Mac Karthy- cinco debates distintos: a gobernador, y con los aspirantes a las intendencias de Trelew, Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn y Rawson.
Este año, a apenas tres semanas de las elecciones generales del 9 de junio, este diario, junto a Cadena Tiempo, tenía previsto juntar a los siete aspirantes a la Gobernación. No va a ser posible, principalmente, porque la dirigencia política que se llena la boca con los debates de ideas, que impulsó una ley que aprobó en la Legislatura y que se la pasa orinando agua bendita, enchastraron la cancha para evitar exponerse ante los ciudadanos.
Ayer, el intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, candidato del Frente Patriótico, redondeó otra performance vergonzosa al negarse a participar de un debate organizado por Jornada “porque el diario está alineado al Gobierno provincial.” Más allá de que resulta obvio que no es cierto (inclusive, el gobernador Mariano Arcioni fue invitado al debate y tampoco expresó su deseo de participar), Linares eligió el camino menos apropiado para alguien que dice que quiere llegar a la Gobernación: apretar públicamente a un medio de comunicación como Jornada, que tiene 65 años de historia, porque este diario osó –y seguirá “osando”- publicar detalles del escándalo de las obras de la emergencia de Comodoro en 2017, que ahora está siendo investigado por el Ministerio Públicos Fiscal, que ya adelantó que “hay facturas apócrifas e irregularidades múltiples”.
Linares optó por ensuciar a este diario porque el barro de las obras de la emergencia ya salpicó peligrosamente a su vice, Juan Pablo Luque, y amenaza con llegar hasta la suela de sus zapatos.
Linares no quiere debatir porque no está condiciones de sostener una discusión política con altura; Arcioni, posiblemente, porque sigue ese vieja máxima de la vieja política que indica que “el que va ganando, no debate”: y Gustavo Menna, que necesita votos como el agua para no quedar en un pálido tercer puesto, porque tiene agenda en la Cordillera, según explicó su equipo de campaña.
No habrá debate en serio en este turno electoral. Varios de los que el 9 de junio quedarán en el camino, posiblemente, tengan que marcharse de la política activa por su pobre desempeño en las urnas. Sería bueno que organizados por Jornada, por cualquier otro medio de comunicación o por los chicos de una escuela de cualquier pueblo del interior, los candidatos a cualquier cargo electivo tengan la obligación de dar la cara. Porque esconderse es para miedosos y lo que Chubut necesita hoy más que nunca es una dirigencia política que tenga argumentos, herramientas y el valor suficiente para enfrentar a los ciudadanos sin ser abucheados.