Sigue la purga en Turquía contra religiosos, militares y jueces

Turquía continúa profundizando la purga en el Estado que hoy ha alcanzado a religiosos, militares y jueces acusados de pertenecer o tener vínculos con la red del clérigo Fethullah Gülen, señalado como el cerebro detrás del fallido golpe de Estado del 15 de julio pasado.

05 OCT 2016 - 19:05 | Actualizado

La Fiscalía turca ha dado hoy la orden de detener a 101 imames que prestan servicio en las Fuerzas Armadas y los servicios secretos, mientras que 66 jueces y fiscales han sido expulsados por el Alto Consejo del Poder Judicial de Turquía (HSYK), y 540 militares han sido suspendidos temporalmente de sus cargos, informó hoy la cadena NTV.

Los militares han sido apartados de su cargo mientras se analiza si mantienen vínculos con este predicador islamista exiliado en Estados Unidos, al igual que los 12.800 policías suspendidos ayer por el gobierno, también de forma cautelar.

En el caso de los jueces y fiscales, que se suman a los 3.456 que ya habían sido expulsados, ya estaban suspendidos de sus funciones mientras se llevaba a cabo una investigación para determinar si existían vínculos con la red de Gülen, antiguo socio del presidente Recep Tayyip Erdogan.

En tanto, 55 imanes que prestaban servicio en las Fuerzas Armadas y los servicios secretos han sido detenidos mientras continúa la búsqueda de otros 46 sobre los cuales se ha librado orden de captura pero aun no han sido hallados, informó el diario Hürriyet.

El diario, que cita fuentes de seguridad, agrega que los imames del Ejército y de los servicios secretos habitualmente eran los responsables de mantener las relaciones entre los miembros de la red gülenista en Turquía con los que estaban en el extranjero.

Desde la asonada del 15 de julio pasado, las autoridades turcas han abierto diligencias contra 70.000 personas por posibles relaciones con la red gülenista, y 32.000 se hallan en prisión preventiva, esperando juicio, según la agencia de noticias EFE.

Los miembros de la cofradía, que propugna una ideología de un islam político muy similar a la del partido AKP, en el gobierno desde 2002, habían ido ocupando posiciones clave en la Judicatura, la Policía y la administración pública durante la década pasada.

Sin embargo, una lucha de poder desatada en de 2013 llevó a grandes purgas en el poder judicial y en la Policía, que se intensificaron tras el fallido golpe de Estado.

05 OCT 2016 - 19:05

La Fiscalía turca ha dado hoy la orden de detener a 101 imames que prestan servicio en las Fuerzas Armadas y los servicios secretos, mientras que 66 jueces y fiscales han sido expulsados por el Alto Consejo del Poder Judicial de Turquía (HSYK), y 540 militares han sido suspendidos temporalmente de sus cargos, informó hoy la cadena NTV.

Los militares han sido apartados de su cargo mientras se analiza si mantienen vínculos con este predicador islamista exiliado en Estados Unidos, al igual que los 12.800 policías suspendidos ayer por el gobierno, también de forma cautelar.

En el caso de los jueces y fiscales, que se suman a los 3.456 que ya habían sido expulsados, ya estaban suspendidos de sus funciones mientras se llevaba a cabo una investigación para determinar si existían vínculos con la red de Gülen, antiguo socio del presidente Recep Tayyip Erdogan.

En tanto, 55 imanes que prestaban servicio en las Fuerzas Armadas y los servicios secretos han sido detenidos mientras continúa la búsqueda de otros 46 sobre los cuales se ha librado orden de captura pero aun no han sido hallados, informó el diario Hürriyet.

El diario, que cita fuentes de seguridad, agrega que los imames del Ejército y de los servicios secretos habitualmente eran los responsables de mantener las relaciones entre los miembros de la red gülenista en Turquía con los que estaban en el extranjero.

Desde la asonada del 15 de julio pasado, las autoridades turcas han abierto diligencias contra 70.000 personas por posibles relaciones con la red gülenista, y 32.000 se hallan en prisión preventiva, esperando juicio, según la agencia de noticias EFE.

Los miembros de la cofradía, que propugna una ideología de un islam político muy similar a la del partido AKP, en el gobierno desde 2002, habían ido ocupando posiciones clave en la Judicatura, la Policía y la administración pública durante la década pasada.

Sin embargo, una lucha de poder desatada en de 2013 llevó a grandes purgas en el poder judicial y en la Policía, que se intensificaron tras el fallido golpe de Estado.