A.A. Trelew: viaje de vuelta

Carlos y Andrés, integrantes de Alcohólicos Anónimos de Trelew, se acercaron a la redacción de Jornada para contar parte de su experiencia en el grupo de rehabilitación. Alcohólicos Anónimos funciona en Trelew desde 1975.

12 SEP 2016 - 19:37 | Actualizado

A lo largo del extenso lapso el grupo  ha  atravesado distintas etapas de convocatoria y de asistencia. Actualmente, muchos son lo que integran el grupo  que se reúne en la  Capilla María Auxiliadora de Trelew, aunque Carlos y Andrés reconocen que muchos han dejado de asistir a las reuniones.
 “Yo llevo  once año sin beber y ser parte del grupo ha sido de enorme ayuda”, dice Carlos.
“La gente pasamos por distintas situaciones pero la enfermedad y lo que tenemos que perder es lo mismo  en todos los casos. Perdemos  la familia, el trabajo, el respeto por uno  mismo. Yo al grupo  lo  considero  mi otra familia. Siempre voy porque siempre encentro una palabra de apoyo que me ayuda a mantenerme sobrio”, comentó Andrés.
Carlos asegura que “actualmente, las reuniones del grupo se mantienen abiertas a todos los que necesiten asistir. Sabemos que hay mucha gente que necesita ayuda, y ellos tiene que saber que somos  parte de Alcohólicos Anónimos, estamos para ayudar. Y a la vez ayudar a otros nos ayuda a nosotros mismos. Los servidores del grupo  somos Andrés, Armando y Carlos y las reuniones se realizan diariamente de 19 a 21 hs. en la Parroquia María Auxiliadora”.
   Acerca de A. A. 

Alcohólicos Anónimos es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo. El único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. A.A. no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias; no respalda ni se opone a ninguna causa. 
Objetivos del grupo

Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad. El alcoholismo no diferencia sexo, raza ni edad. Es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona. No creemos tener la única solución al problema del alcoholismo. Sabemos que el programa de A.A. da resultado, y hemos visto que también los da a todos los principiantes, casi sin excepción, que deseen sinceramente dejar la bebida.
Por medio de A.A., hemos aprendido algunas cosas acerca del alcoholismo y acerca de nosotros mismos. Nos esforzamos por mantener estas cosas frescas en la mente, porque parecen ser la clave de nuestra sobriedad. Para nosotros, la sobriedad siempre tiene que ser lo primero.
Lo primero que hemos aprendido acerca del alcoholismo es que se cuenta entre los problemas más antiguos de la historia humana. Hace muy poco tiempo que hemos empezado a beneficiarnos de nuevas maneras de abordar este problema. Hoy día, por ejemplo, los médicos saben mucho más acerca del alcoholismo que sus predecesores de hace solamente dos generaciones. Están comenzando a definir el problema y a estudiarlo en detalle.
Alcoholismo y enfermedad

Hoy estamos dispuestos a aceptar la idea de que, en lo que a nosotros concierne, el alcoholismo es una enfermedad, una enfermedad progresiva que nunca puede “curarse” pero, al igual que algunas otras enfermedades, puede ser detenida. Estamos de acuerdo en que padecer una enfermedad no tiene nada de vergonzoso, con tal que nos enfrentemos al problema honestamente y tratemos de hacer algo para solucionarlo. 
Estamos perfectamente dispuestos a admitir que somos alérgicos al alcohol y que es simplemente de sentido común el alejarnos de lo que produce nuestra alergia.
Los doce pasos

Al comienzo de nuestra asociación con A.A. oímos hablar de los “Doce Pasos” de recuperación del alcoholismo. 
Aprendimos que estos Pasos representaban un intento por parte de los primeros miembros de dejar constancia por escrito de su progreso desde una forma de beber descontrolada hasta la sobriedad. Descubrimos que un factor clave de este progreso parecía ser la humildad, junto con la dependencia de un Poder Superior a nosotros mismos. Aunque algunos miembros prefieren dar a este Poder el nombre de “Dios”, nos decían que eso era una cuestión de interpretación personal; podíamos formarnos un concepto del Poder Superior en los términos que más nos convinieran. Ya que el alcohol había sido sin duda alguna un poder superior a nosotros mismos en nuestros días de bebedores, teníamos que admitir la posibilidad de que no pudiéramos manejarlo todo por nosotros mismos, y tenía sentido recurrir a otra parte en busca de ayuda. Según nos hemos ido desarrollando en A.A., nuestro concepto de un Poder superior ha llegado a ser más duro. Pero siempre ha sido nuestro concepto personal; nadie nos lo ha impuesto.
Finalmente, hemos observado que del Paso Doce y de la experiencia de los miembros veteranos, se desprendía que el trabajo con otros alcohólicos era una forma eficaz de fortalecer nuestra propia sobriedad.#

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12 SEP 2016 - 19:37

A lo largo del extenso lapso el grupo  ha  atravesado distintas etapas de convocatoria y de asistencia. Actualmente, muchos son lo que integran el grupo  que se reúne en la  Capilla María Auxiliadora de Trelew, aunque Carlos y Andrés reconocen que muchos han dejado de asistir a las reuniones.
 “Yo llevo  once año sin beber y ser parte del grupo ha sido de enorme ayuda”, dice Carlos.
“La gente pasamos por distintas situaciones pero la enfermedad y lo que tenemos que perder es lo mismo  en todos los casos. Perdemos  la familia, el trabajo, el respeto por uno  mismo. Yo al grupo  lo  considero  mi otra familia. Siempre voy porque siempre encentro una palabra de apoyo que me ayuda a mantenerme sobrio”, comentó Andrés.
Carlos asegura que “actualmente, las reuniones del grupo se mantienen abiertas a todos los que necesiten asistir. Sabemos que hay mucha gente que necesita ayuda, y ellos tiene que saber que somos  parte de Alcohólicos Anónimos, estamos para ayudar. Y a la vez ayudar a otros nos ayuda a nosotros mismos. Los servidores del grupo  somos Andrés, Armando y Carlos y las reuniones se realizan diariamente de 19 a 21 hs. en la Parroquia María Auxiliadora”.
   Acerca de A. A. 

Alcohólicos Anónimos es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo. El único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. A.A. no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias; no respalda ni se opone a ninguna causa. 
Objetivos del grupo

Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad. El alcoholismo no diferencia sexo, raza ni edad. Es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona. No creemos tener la única solución al problema del alcoholismo. Sabemos que el programa de A.A. da resultado, y hemos visto que también los da a todos los principiantes, casi sin excepción, que deseen sinceramente dejar la bebida.
Por medio de A.A., hemos aprendido algunas cosas acerca del alcoholismo y acerca de nosotros mismos. Nos esforzamos por mantener estas cosas frescas en la mente, porque parecen ser la clave de nuestra sobriedad. Para nosotros, la sobriedad siempre tiene que ser lo primero.
Lo primero que hemos aprendido acerca del alcoholismo es que se cuenta entre los problemas más antiguos de la historia humana. Hace muy poco tiempo que hemos empezado a beneficiarnos de nuevas maneras de abordar este problema. Hoy día, por ejemplo, los médicos saben mucho más acerca del alcoholismo que sus predecesores de hace solamente dos generaciones. Están comenzando a definir el problema y a estudiarlo en detalle.
Alcoholismo y enfermedad

Hoy estamos dispuestos a aceptar la idea de que, en lo que a nosotros concierne, el alcoholismo es una enfermedad, una enfermedad progresiva que nunca puede “curarse” pero, al igual que algunas otras enfermedades, puede ser detenida. Estamos de acuerdo en que padecer una enfermedad no tiene nada de vergonzoso, con tal que nos enfrentemos al problema honestamente y tratemos de hacer algo para solucionarlo. 
Estamos perfectamente dispuestos a admitir que somos alérgicos al alcohol y que es simplemente de sentido común el alejarnos de lo que produce nuestra alergia.
Los doce pasos

Al comienzo de nuestra asociación con A.A. oímos hablar de los “Doce Pasos” de recuperación del alcoholismo. 
Aprendimos que estos Pasos representaban un intento por parte de los primeros miembros de dejar constancia por escrito de su progreso desde una forma de beber descontrolada hasta la sobriedad. Descubrimos que un factor clave de este progreso parecía ser la humildad, junto con la dependencia de un Poder Superior a nosotros mismos. Aunque algunos miembros prefieren dar a este Poder el nombre de “Dios”, nos decían que eso era una cuestión de interpretación personal; podíamos formarnos un concepto del Poder Superior en los términos que más nos convinieran. Ya que el alcohol había sido sin duda alguna un poder superior a nosotros mismos en nuestros días de bebedores, teníamos que admitir la posibilidad de que no pudiéramos manejarlo todo por nosotros mismos, y tenía sentido recurrir a otra parte en busca de ayuda. Según nos hemos ido desarrollando en A.A., nuestro concepto de un Poder superior ha llegado a ser más duro. Pero siempre ha sido nuestro concepto personal; nadie nos lo ha impuesto.
Finalmente, hemos observado que del Paso Doce y de la experiencia de los miembros veteranos, se desprendía que el trabajo con otros alcohólicos era una forma eficaz de fortalecer nuestra propia sobriedad.#


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