El “Guayra”, el hotel flotante que tuvo Pirámides

Había sido botado en 1930. Su trayecto corría desde Buenos Aires a Iguazú. Terminó sus días como hotel flotante en Puerto Pirámides donde un incendio lo destruyó por completo en 1984.

01 NOV 2014 - 22:21 | Actualizado

El Guayra fue un buque de pasajeros fluvial, construido en el astillero A & J Inglis, ubicado en Pointhouse, Escocia y botado en el año 1930, con el número de casco 877, tenía 56 metros de eslora y 11 de manga, estaba dotado de dos motores diesel Burmeister & Wain de 6 cilindros, lo que le daba una potencia de 880 CV, y con dos hélices, alcanzaba una velocidad de 13 nudos.

Fue incorporado por la Compañía Argentina de Navegación de Mihanovich Ltda. En 1930 para realizar la línea por el Alto Paraná, de Buenos Aires-Corrientes-Posadas, con pasajeros, incluso hasta Paraguay y Brasil.

El Guayra pasó a Dodero en 1942, al Gobierno argentino en 1949 cuando Perón nacionalizó la flota de Dodero, a Flota Argentina de Navegación Fluvial en 1951, a Empresa Flota Fluvial del Estado Argentino en 1958 y en los 60 a Líneas Oceánicas Americanas.

En 1972 fue adquirido por Secundino Álvarez junto con otra embarcación, el Victoria.

El Guayra fue trasladado a Puerto Pirámides en 1975 y al llegar, al dejar de funcionar, quedó varado hasta que una marea extraordinaria permitió moverlo hasta un piletón construido para que la embarcación fuera convertida en Hotel Flotante.

Hotel e incendio

En 1982 fue inaugurado y resultó una fiesta para la pequeña población que tenía la villa balnearia por aquel entonces. La inversión realizada buscaba que siguiera siendo una embarcación de lujo, como lo era, pero en este caso, un lujoso hotel flotante.

El Guayra tenía una capacidad para 107 pasajeros, disponía de 63 camarotes divididos en habitaciones simples, dobles, triples y cuádruples. Donde fuera la sala de máquinas se había dado forma a la amplia pista de baile, poseía sala de proyección de películas, confitería, boite y solarium, además de dos comedores y sala de estar. Los propietarios habían tratado de respetar el estilo original de la nave, y por eso habían comprado ropa de cama similar a la que se utilizaba en la década del ‘30.

Al hogar de las ballenas

Entre los servicios que ofrecía el Guayra se destacan las clases de surf y surf a vela, además de una importante red de comunicaciones por BLU, a través de la cual podían conectarse Trelew, Buenos Aires, Esquel, Bariloche, El Bolsón, San Luis y Salta, entre sí, según señalan reportes de aquellos tiempos. Se había diseñado un recorrido turístico por la península, que visitaba Punta Norte, Caleta Valdés, Punta Delgada y las Salinas Grandes.

El Guayra poseía sólo dos baños, y apenas tenían luz eléctrica desde las siete de la mañana hasta las doce del mediodía y desde las cinco de la tarde hasta la medianoche. A raíz de la falta de energía, los propietarios tuvieron que invertir en un generador, el que quedaba funcionando en la noche.

En la noche del 16 de mayo de 1984, se produjo un corto circuito en el generador, dando inicio a un incendio que resultaría fatal.

El hotel estaba cerrado, ya que en esa época del año no había turismo.Los vecinos de la villa turística trataron de apagar las llamas con lo que podían mientras esperaban la llegada de los bomberos de la ciudad de Puerto Madryn. Pero cuando llegaron todo estaba destruido y nada era recuperable.

Hoy sólo quedan unas pocas huellas del playón que se había construido para que quede apoyado el Barco-hotel.

El contramaestre del Guayra fue Venancio Báez quien había construido una pequeña réplica de la embarcación. Vicente Arzamendia, Bernardo Florindo y Enrique García, fueron tripulantes.

Vicente Arzamendia de Villa Blosett, fue “pela papas” con 16 años, después ascendió a ayudante de cocina, freía empanadas, milanesas, hacía asado al horno.

A los 17 años pasó a ser marinero, a los 18, timonel y a los 23 baqueano.

Vicente Arzamendia, Bernardo Florindo y Enrique García se reunieron el 6 de mayo de 2002 a recordar un nuevo aniversario de su histórico encallamiento, que derivaría al traslado al puerto de Buenos Aires, donde lo adquiriría Secundino Álvarez.

Cuentan que en la madrugada del 3 de mayo del 49, el Guayra encalló a la altura de Mboirusú después de hacer escala en el puerto de Caraguatay para alzar correspondencia y pasajeros.#

01 NOV 2014 - 22:21

El Guayra fue un buque de pasajeros fluvial, construido en el astillero A & J Inglis, ubicado en Pointhouse, Escocia y botado en el año 1930, con el número de casco 877, tenía 56 metros de eslora y 11 de manga, estaba dotado de dos motores diesel Burmeister & Wain de 6 cilindros, lo que le daba una potencia de 880 CV, y con dos hélices, alcanzaba una velocidad de 13 nudos.

Fue incorporado por la Compañía Argentina de Navegación de Mihanovich Ltda. En 1930 para realizar la línea por el Alto Paraná, de Buenos Aires-Corrientes-Posadas, con pasajeros, incluso hasta Paraguay y Brasil.

El Guayra pasó a Dodero en 1942, al Gobierno argentino en 1949 cuando Perón nacionalizó la flota de Dodero, a Flota Argentina de Navegación Fluvial en 1951, a Empresa Flota Fluvial del Estado Argentino en 1958 y en los 60 a Líneas Oceánicas Americanas.

En 1972 fue adquirido por Secundino Álvarez junto con otra embarcación, el Victoria.

El Guayra fue trasladado a Puerto Pirámides en 1975 y al llegar, al dejar de funcionar, quedó varado hasta que una marea extraordinaria permitió moverlo hasta un piletón construido para que la embarcación fuera convertida en Hotel Flotante.

Hotel e incendio

En 1982 fue inaugurado y resultó una fiesta para la pequeña población que tenía la villa balnearia por aquel entonces. La inversión realizada buscaba que siguiera siendo una embarcación de lujo, como lo era, pero en este caso, un lujoso hotel flotante.

El Guayra tenía una capacidad para 107 pasajeros, disponía de 63 camarotes divididos en habitaciones simples, dobles, triples y cuádruples. Donde fuera la sala de máquinas se había dado forma a la amplia pista de baile, poseía sala de proyección de películas, confitería, boite y solarium, además de dos comedores y sala de estar. Los propietarios habían tratado de respetar el estilo original de la nave, y por eso habían comprado ropa de cama similar a la que se utilizaba en la década del ‘30.

Al hogar de las ballenas

Entre los servicios que ofrecía el Guayra se destacan las clases de surf y surf a vela, además de una importante red de comunicaciones por BLU, a través de la cual podían conectarse Trelew, Buenos Aires, Esquel, Bariloche, El Bolsón, San Luis y Salta, entre sí, según señalan reportes de aquellos tiempos. Se había diseñado un recorrido turístico por la península, que visitaba Punta Norte, Caleta Valdés, Punta Delgada y las Salinas Grandes.

El Guayra poseía sólo dos baños, y apenas tenían luz eléctrica desde las siete de la mañana hasta las doce del mediodía y desde las cinco de la tarde hasta la medianoche. A raíz de la falta de energía, los propietarios tuvieron que invertir en un generador, el que quedaba funcionando en la noche.

En la noche del 16 de mayo de 1984, se produjo un corto circuito en el generador, dando inicio a un incendio que resultaría fatal.

El hotel estaba cerrado, ya que en esa época del año no había turismo.Los vecinos de la villa turística trataron de apagar las llamas con lo que podían mientras esperaban la llegada de los bomberos de la ciudad de Puerto Madryn. Pero cuando llegaron todo estaba destruido y nada era recuperable.

Hoy sólo quedan unas pocas huellas del playón que se había construido para que quede apoyado el Barco-hotel.

El contramaestre del Guayra fue Venancio Báez quien había construido una pequeña réplica de la embarcación. Vicente Arzamendia, Bernardo Florindo y Enrique García, fueron tripulantes.

Vicente Arzamendia de Villa Blosett, fue “pela papas” con 16 años, después ascendió a ayudante de cocina, freía empanadas, milanesas, hacía asado al horno.

A los 17 años pasó a ser marinero, a los 18, timonel y a los 23 baqueano.

Vicente Arzamendia, Bernardo Florindo y Enrique García se reunieron el 6 de mayo de 2002 a recordar un nuevo aniversario de su histórico encallamiento, que derivaría al traslado al puerto de Buenos Aires, donde lo adquiriría Secundino Álvarez.

Cuentan que en la madrugada del 3 de mayo del 49, el Guayra encalló a la altura de Mboirusú después de hacer escala en el puerto de Caraguatay para alzar correspondencia y pasajeros.#