Bashar Al Assad fue reelecto como presidente de Siria con casi el 90% de los votos en las polémicas elecciones celebradas ayer, anunciaron hoy autoridades sirias, en momentos en que el país árabe se adentra en el cuarto año de una sangrienta guerra civil que afecta ya a todo Medio Oriente.
Centenares de sirios salieron a las calles de Damasco para celebrar la victoria de Al Assad, que comienza un tercer mandato pese al terrrible conflicto que capea desde 2011 y al rechazo a su continuidad en el cargo por parte de la oposición, de naciones vecinas y potencias occidentales.
Observadores electorales de países aliados a Siria e invitados por Damasco defendieron hoy la transparencia de los comicios, cuya legitimidad, sin embargo, volvió a ser rechazada por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), en línea con la postura de la oposición en el exilio.
En un comunicado con sus primeras declaraciones desde los comicios, que fue difundido antes de anunciarse su victoria, Al Assad pidió hoy a los ciudadanos contención y en especial que evitaran lanzar disparos al aire como expresión de alegría o entusiasmo, para no poner en peligro ninguna vida.
Sin embargo, al menos tres personas murieron alcanzadas por balazos durante las celebraciones en la capital siria, según informó la agencia de noticias EFE, que citó a testigos.
Los seguidores del mandatario sirio entonaron canciones e hicieron sonar las bocinas de sus autos, mientras otros repartían remeras con la cara de Al Assad bajo la mirada de soldados y policías que vigilaban las calles.
Los resultados fueron anunciados por el presidente del Parlamento sirio, Mohamed Al Laham, quien precisó que Al Assad ganó con el 88,7% de los votos, seguido por el ex ministro Hasan Abdullah Al Nuri, con el 4,3% y el tercer candidato, el diputado de izquierda Maher Abdel Hafez Hayar, que obtuvo el 3,2%.
El Tribunal Constitucional Supremo dijo poco antes que el 73,47% de los electores registrados participó de los comicios, porcentaje que supone que votaron un total de 11.634.412 ciudadanos.
Los comicios se celebraron sólo en las zonas donde el gobierno todavía mantiene el control luego de más de tres años de combates con los grupos insurgentes, en su mayoría islamistas, que buscan derrocar a Al Assad con apoyo militar de países de la región, como Arabia Saudita, y respaldo político de Estados Unidos y la UE.
Más de 160.000 personas, según cifras extraoficiales, murieron ya en el conflicto, que comenzó en marzo de 2011 y que además dejó a más de seis millones de sirios, casi el 30% de la población, como desplazados o refugiados, de acuerdo a la ONU.
Al Assad -que llegó al poder en 2000 tras suceder a su padre, Hafez Al Assad, que gobernó durante 30 el país árabe-, obtuvo su tercer mandato en los primeros comicios sirios en los que participó más de un candidato en casi medio siglo.
Casi 16 millones de los 23,6 millones de sirios estaban llamados a concurrir a las urnas.
En conferencia de prensa en Damasco, observadores de varios países invitados por el gobierno sirio certificaron hoy el gran número de personas que fueron a votar, pese "a los grandes desafíos de seguridad presentados por grupos terroristas".
Las elecciones fueron "libres, limpias y transparentes", dijo el portavoz de los observadores, el diputado iraní Aladin Boruyardi.
El grupo estuvo integrado por parlamentarios, activistas y políticos de 32 estados, entre ellos Brasil, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Irán, Rusia, Zimbabue, Filipinas y la India, así como miembros de ONG de Estados Unidos y Canadá, entre otros.
La legitimidad de la elección fue fuertemente rechazada por la oposición siria en el exilio, que insiste en que la salida de Al Assad del poder es requisito indispensable para solucionar un conflicto que comenzó con una revuelta en exigencia de su renuncia y que escaló a una guerra con decenas de miles de muertos.
De visita en el vecino Líbano, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, cuyo país también exige la dimisión de Al Assad, dijo que la elección en Siria merece un "gran cero" como nota.
"No se puede tener una elección donde millones de personas ni siquiera tiene la capacidad de votar. Nada cambió (...) El conflicto es el mismo, el terror es el mismo, la matanza es la misma", señaló el jefe de la diplomacia estadounidense en Beirut.
La Unión Europea (UE) se sumó a Washinston en la condena a los comicios, a través de un comunicado en el que remarcó que "no se puede considerar una votación genuinamente democrática".
Bashar Al Assad fue reelecto como presidente de Siria con casi el 90% de los votos en las polémicas elecciones celebradas ayer, anunciaron hoy autoridades sirias, en momentos en que el país árabe se adentra en el cuarto año de una sangrienta guerra civil que afecta ya a todo Medio Oriente.
Centenares de sirios salieron a las calles de Damasco para celebrar la victoria de Al Assad, que comienza un tercer mandato pese al terrrible conflicto que capea desde 2011 y al rechazo a su continuidad en el cargo por parte de la oposición, de naciones vecinas y potencias occidentales.
Observadores electorales de países aliados a Siria e invitados por Damasco defendieron hoy la transparencia de los comicios, cuya legitimidad, sin embargo, volvió a ser rechazada por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), en línea con la postura de la oposición en el exilio.
En un comunicado con sus primeras declaraciones desde los comicios, que fue difundido antes de anunciarse su victoria, Al Assad pidió hoy a los ciudadanos contención y en especial que evitaran lanzar disparos al aire como expresión de alegría o entusiasmo, para no poner en peligro ninguna vida.
Sin embargo, al menos tres personas murieron alcanzadas por balazos durante las celebraciones en la capital siria, según informó la agencia de noticias EFE, que citó a testigos.
Los seguidores del mandatario sirio entonaron canciones e hicieron sonar las bocinas de sus autos, mientras otros repartían remeras con la cara de Al Assad bajo la mirada de soldados y policías que vigilaban las calles.
Los resultados fueron anunciados por el presidente del Parlamento sirio, Mohamed Al Laham, quien precisó que Al Assad ganó con el 88,7% de los votos, seguido por el ex ministro Hasan Abdullah Al Nuri, con el 4,3% y el tercer candidato, el diputado de izquierda Maher Abdel Hafez Hayar, que obtuvo el 3,2%.
El Tribunal Constitucional Supremo dijo poco antes que el 73,47% de los electores registrados participó de los comicios, porcentaje que supone que votaron un total de 11.634.412 ciudadanos.
Los comicios se celebraron sólo en las zonas donde el gobierno todavía mantiene el control luego de más de tres años de combates con los grupos insurgentes, en su mayoría islamistas, que buscan derrocar a Al Assad con apoyo militar de países de la región, como Arabia Saudita, y respaldo político de Estados Unidos y la UE.
Más de 160.000 personas, según cifras extraoficiales, murieron ya en el conflicto, que comenzó en marzo de 2011 y que además dejó a más de seis millones de sirios, casi el 30% de la población, como desplazados o refugiados, de acuerdo a la ONU.
Al Assad -que llegó al poder en 2000 tras suceder a su padre, Hafez Al Assad, que gobernó durante 30 el país árabe-, obtuvo su tercer mandato en los primeros comicios sirios en los que participó más de un candidato en casi medio siglo.
Casi 16 millones de los 23,6 millones de sirios estaban llamados a concurrir a las urnas.
En conferencia de prensa en Damasco, observadores de varios países invitados por el gobierno sirio certificaron hoy el gran número de personas que fueron a votar, pese "a los grandes desafíos de seguridad presentados por grupos terroristas".
Las elecciones fueron "libres, limpias y transparentes", dijo el portavoz de los observadores, el diputado iraní Aladin Boruyardi.
El grupo estuvo integrado por parlamentarios, activistas y políticos de 32 estados, entre ellos Brasil, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Irán, Rusia, Zimbabue, Filipinas y la India, así como miembros de ONG de Estados Unidos y Canadá, entre otros.
La legitimidad de la elección fue fuertemente rechazada por la oposición siria en el exilio, que insiste en que la salida de Al Assad del poder es requisito indispensable para solucionar un conflicto que comenzó con una revuelta en exigencia de su renuncia y que escaló a una guerra con decenas de miles de muertos.
De visita en el vecino Líbano, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, cuyo país también exige la dimisión de Al Assad, dijo que la elección en Siria merece un "gran cero" como nota.
"No se puede tener una elección donde millones de personas ni siquiera tiene la capacidad de votar. Nada cambió (...) El conflicto es el mismo, el terror es el mismo, la matanza es la misma", señaló el jefe de la diplomacia estadounidense en Beirut.
La Unión Europea (UE) se sumó a Washinston en la condena a los comicios, a través de un comunicado en el que remarcó que "no se puede considerar una votación genuinamente democrática".