Sospechas de sobreprecios y excesos de horas cátedras en la Polícia
Hay muchas dudas por el manejo de plata en la Sección Automotores y en la Escuela de Policía de Rawson. El secretario de Seguridad, José Glinski, ordenó la realización de un sumario administrativo. En exclusiva, los datos comprometedores.
Pocos días antes que esta columna revelara serias irregularidades en la Sección Automotores de la Policía del Chubut, el secretario de Seguridad, José Glinski, ordenó la realización de un sumario administrativo “a efectos de deslindar la responsabilidad de los funcionarios intervinientes en la adquisición de los elementos y contratación de trabajos que originaron la deuda reconocida en la presente”.
Lo hizo a través de la resolución 00094, del 3 de septiembre de este año, en la cual se detallan también las deudas que la Policía debió reconocerle a proveedores y que provocaron la separación del cargo de algunos oficiales y el inicio de sumarios a otros, como el caso del comisario Demetrio Urrutia, cuya situación también fue revelada por Jornada en su edición del pasado 16 de septiembre.
Glinski quiere transparencia en la gestión y por eso en la resolución 00094 hace un detalle pormenorizado de las “deudas que se debieron reconocer” pese a las dudas y sospechas que existían respecto a las mismas.
Por ejemplo se reconoció una deuda contraída por adquisición de repuestos para la reparación de vehículos oficiales a una firma de Trelew por 82.150 pesos. Por otro expediente se pagaron 46.022 pesos por la adquisición de aceites, filtros y lubricantes a un comercio de Rawson.
Además, y por una deuda contraída por servicios de reparación de vehículos policiales, se abonaron 46.868 pesos a otra firma comercial también de Trelew. Un total de 21.200 pesos se debió abonar por la adquisición de llantas, cubiertas y trabajos de alineación de vehículos policiales a un local ubicado en el Pueblo de Luis y otras tantas que hacen un total de casi 200 mil pesos.
En el momento de la resolución se debieron autorizar las órdenes de compra de todos los elementos y trabajos, lo que generalmente se hace antes que la compra se realice.
En su edición del 16 de septiembre, esta columna publicó el malestar que existía respecto a hechos que sucedían en la Sección Automotores y nadie salió a desmentirlo. Esto fue porque Glinski ya había firmado la resolución para el sumario administrativo que está en curso y que según se comenta también podría haber generado una denuncia ante la justicia por parte de algunos efectivos.
Es que, como se publicó, la mencionada sección es “tierra de nadie” y de acuerdo a algunos testimonios, los responsables de ciertos desaguisados “están siendo protegidos hasta que las aguas se calmen”.
Ahora esto resultará difícil teniendo en cuenta que sería intención de la Secretaría de Seguridad “llegar al hueso” de la cuestión. Como informamos, en el lugar ubicado frente al Zoológico de la capital de la provincia hay patrulleros que están fuera de uso pero aparecen en facturas de algunos talleres mecánicos: le hicieron el motor nuevo.
Pero, además, los autos que se encuentran en el lugar están todos desmantelados. Se llevaron alternadores, arranques y hasta los caños de escape. Y se mencionó el caso del emblemático Renault Laguna verde, que alguna vez se usó para la Secretaría de Seguridad, que tenía cuatro gomas nuevas y ahora tiene cuatro gomas lisas.
En su momento también se detectó sobrefacturación de precios en la compra de repuestos y se pagaban facturas por trabajos que nunca se hicieron. En tanto las facturas seguían llegando pero las cosas que se compraban no estaban.
Así y todo y por lógica los proveedores hacían permanentes reclamos teniendo en cuenta que la mayoría estaba ajena a algunas cuestiones internas y por eso, la Secretaría de Seguridad debió elaborar la resolución para reconocer las deudas y así evitarle problemas al Estado. Ahora todo está en plena etapa de investigación aunque la Sección Automotores es un lugar “no deseado” por la tropa y allí donde en un tiempo había 35 empleados ahora hay sólo un puñado. La mayoría de ellos buscando un refugio (hay involucrados en los casos Antillanca y Aballay, el chico muerto y los hermanos golpeados por integrantes de la Seccional Cuarta de Trelew en 2010) o son enviados allí como una especie de castigo.
En el interior de la fuerza todos esperan que estas cuestiones se aclaren y ven con buenos ojos la iniciación del sumario. Además en el interior de la tropa dicen que “todos saben todo” pero que algunos prefieren el silencio. Que para ellos, es salud.
Las 12 mil horas
Pero por si esto fuera poco lo que también sería en el futuro motivo de una investigación es la cantidad de horas cátedra que se la asignaron a los comisarios que ofician de docentes en la Escuela de Policía que funciona en Rawson.
De acuerdo a la información que se maneja en la Dirección de Recursos Materiales del Área Finanzas de la Policía del Chubut, para los cursos de este año se destinaron 12.160 horas cátedra por un total de 42.890.564 pesos. El dato tal vez pasaría inadvertido si no fuera porque en el año anterior (es decir para los cursos de 2012) la cantidad de horas cátedra asignadas fue de apenas 1.200 por un total de 4.200.000 pesos.
El aumento es tan considerable y hasta sideral que, según fuentes consultadas por esta columna, las 12 mil horas servirían para poner en marcha al menos 11 escuelas de cadetes iguales que la que funciona ahora.
Es de hacer notar que la cantidad de “profesores” no llega a 40 y que además no dan clases todos los días. Si tenemos en cuenta que un año calendario tiene 365 días y cada día 24 horas, se llegaría a un total de 8.560 horas. Por lo cual ni trabajando las 24 horas de todos los días del año se llegaría a semejante cantidad.
Estas cifras que figuran en el costeo de horas cátedra, nivel superior, ejercicio 2013, programa 24, formación y capacitación, actividad 1, benefician sólo al personal jerárquico y para muchos representan un “aumento de sueldo” teniendo en cuenta que para algunos de ellos significan cifras adicionales que rondan los 8 mil y hasta 10 mil pesos.
Y una más: este presupuesto, con esta cantidad de horas y dinero asignado, fue aprobado por los diputados de la provincia. Al parecer a ninguno le llamó la atención. O simplemente no lo leyeron.
Pocos días antes que esta columna revelara serias irregularidades en la Sección Automotores de la Policía del Chubut, el secretario de Seguridad, José Glinski, ordenó la realización de un sumario administrativo “a efectos de deslindar la responsabilidad de los funcionarios intervinientes en la adquisición de los elementos y contratación de trabajos que originaron la deuda reconocida en la presente”.
Lo hizo a través de la resolución 00094, del 3 de septiembre de este año, en la cual se detallan también las deudas que la Policía debió reconocerle a proveedores y que provocaron la separación del cargo de algunos oficiales y el inicio de sumarios a otros, como el caso del comisario Demetrio Urrutia, cuya situación también fue revelada por Jornada en su edición del pasado 16 de septiembre.
Glinski quiere transparencia en la gestión y por eso en la resolución 00094 hace un detalle pormenorizado de las “deudas que se debieron reconocer” pese a las dudas y sospechas que existían respecto a las mismas.
Por ejemplo se reconoció una deuda contraída por adquisición de repuestos para la reparación de vehículos oficiales a una firma de Trelew por 82.150 pesos. Por otro expediente se pagaron 46.022 pesos por la adquisición de aceites, filtros y lubricantes a un comercio de Rawson.
Además, y por una deuda contraída por servicios de reparación de vehículos policiales, se abonaron 46.868 pesos a otra firma comercial también de Trelew. Un total de 21.200 pesos se debió abonar por la adquisición de llantas, cubiertas y trabajos de alineación de vehículos policiales a un local ubicado en el Pueblo de Luis y otras tantas que hacen un total de casi 200 mil pesos.
En el momento de la resolución se debieron autorizar las órdenes de compra de todos los elementos y trabajos, lo que generalmente se hace antes que la compra se realice.
En su edición del 16 de septiembre, esta columna publicó el malestar que existía respecto a hechos que sucedían en la Sección Automotores y nadie salió a desmentirlo. Esto fue porque Glinski ya había firmado la resolución para el sumario administrativo que está en curso y que según se comenta también podría haber generado una denuncia ante la justicia por parte de algunos efectivos.
Es que, como se publicó, la mencionada sección es “tierra de nadie” y de acuerdo a algunos testimonios, los responsables de ciertos desaguisados “están siendo protegidos hasta que las aguas se calmen”.
Ahora esto resultará difícil teniendo en cuenta que sería intención de la Secretaría de Seguridad “llegar al hueso” de la cuestión. Como informamos, en el lugar ubicado frente al Zoológico de la capital de la provincia hay patrulleros que están fuera de uso pero aparecen en facturas de algunos talleres mecánicos: le hicieron el motor nuevo.
Pero, además, los autos que se encuentran en el lugar están todos desmantelados. Se llevaron alternadores, arranques y hasta los caños de escape. Y se mencionó el caso del emblemático Renault Laguna verde, que alguna vez se usó para la Secretaría de Seguridad, que tenía cuatro gomas nuevas y ahora tiene cuatro gomas lisas.
En su momento también se detectó sobrefacturación de precios en la compra de repuestos y se pagaban facturas por trabajos que nunca se hicieron. En tanto las facturas seguían llegando pero las cosas que se compraban no estaban.
Así y todo y por lógica los proveedores hacían permanentes reclamos teniendo en cuenta que la mayoría estaba ajena a algunas cuestiones internas y por eso, la Secretaría de Seguridad debió elaborar la resolución para reconocer las deudas y así evitarle problemas al Estado. Ahora todo está en plena etapa de investigación aunque la Sección Automotores es un lugar “no deseado” por la tropa y allí donde en un tiempo había 35 empleados ahora hay sólo un puñado. La mayoría de ellos buscando un refugio (hay involucrados en los casos Antillanca y Aballay, el chico muerto y los hermanos golpeados por integrantes de la Seccional Cuarta de Trelew en 2010) o son enviados allí como una especie de castigo.
En el interior de la fuerza todos esperan que estas cuestiones se aclaren y ven con buenos ojos la iniciación del sumario. Además en el interior de la tropa dicen que “todos saben todo” pero que algunos prefieren el silencio. Que para ellos, es salud.
Las 12 mil horas
Pero por si esto fuera poco lo que también sería en el futuro motivo de una investigación es la cantidad de horas cátedra que se la asignaron a los comisarios que ofician de docentes en la Escuela de Policía que funciona en Rawson.
De acuerdo a la información que se maneja en la Dirección de Recursos Materiales del Área Finanzas de la Policía del Chubut, para los cursos de este año se destinaron 12.160 horas cátedra por un total de 42.890.564 pesos. El dato tal vez pasaría inadvertido si no fuera porque en el año anterior (es decir para los cursos de 2012) la cantidad de horas cátedra asignadas fue de apenas 1.200 por un total de 4.200.000 pesos.
El aumento es tan considerable y hasta sideral que, según fuentes consultadas por esta columna, las 12 mil horas servirían para poner en marcha al menos 11 escuelas de cadetes iguales que la que funciona ahora.
Es de hacer notar que la cantidad de “profesores” no llega a 40 y que además no dan clases todos los días. Si tenemos en cuenta que un año calendario tiene 365 días y cada día 24 horas, se llegaría a un total de 8.560 horas. Por lo cual ni trabajando las 24 horas de todos los días del año se llegaría a semejante cantidad.
Estas cifras que figuran en el costeo de horas cátedra, nivel superior, ejercicio 2013, programa 24, formación y capacitación, actividad 1, benefician sólo al personal jerárquico y para muchos representan un “aumento de sueldo” teniendo en cuenta que para algunos de ellos significan cifras adicionales que rondan los 8 mil y hasta 10 mil pesos.
Y una más: este presupuesto, con esta cantidad de horas y dinero asignado, fue aprobado por los diputados de la provincia. Al parecer a ninguno le llamó la atención. O simplemente no lo leyeron.