El Obispo Slaby advierte sobre la droga y el alcohol en exceso en Esquel

También habló de prostitución, espiritualidad y minería.

01 AGO 2013 - 22:02 | Actualizado

La Iglesia, desde su rol social y evangelización, está atenta a las distintas aristas de las comunidades. José Slaby es Obispo de Esquel hace cuatro años y habló con Jornada de una variedad de temas precisamente vinculados a la cuestión social, desde las vivencias en este tiempo en la cordillera. El acercamiento a la espiritualidad, la pobreza, la prostitución, el alcoholismo y la minería, fueron motivo del mano a mano con el prelado.

- ¿Qué observa en la sociedad de Esquel y la zona?

Como sacerdote he recorrido gran parte del país, principalmente el norte, y noto una gran diferencia con el sur en relación a la pobreza, porque en el norte es más acentuada. Además, en lo religioso esa zona es más fuerte que en la Patagonia, estimo que por la cultura religiosa y por el clima, ya que en el sur las familias por razones climáticas se encierra entre cuatro paredes, y les cuesta salir a comunicarse. Me parece que falta la experiencia de la vida comunitaria.

- ¿Cómo analiza ese aspecto?

En el sur cada uno vive en soledad sus necesidades espirituales, se arregla como puede, y además pienso que al norte del país la evangelización llego antes, y la mentalidad norteña es otra.

- ¿Qué problemas traen los vecinos a la Iglesia la gente?

Nos traen todas las dificultades que tienen en lo espiritual y lo material. Nos plantean que se quedaron sin alimentos, que necesitan viajar por razones de salud y no tienen recursos para hacerlo, como también se acercan con necesidades religiosas.

- ¿Y ustedes qué ayuda dan en esos casos?

En realidad tratamos de ayudar, pero no podemos con todos. Lo primero que hacemos es colaborar a través de Cáritas que es una institución de las que más trabajan para resolver las carencias de las familias, y además está de antes de la creación de la Prelatura de Esquel con una infraestructura para llegar más. Cáritas Diocesana es subsidiaria de las Cáritas Parroquiales, y trata de ayudar y organizar la manera de obtener los recursos para su funcionamiento y responder a la gente.

- ¿Llegan con problemas de violencia de género?

Si, hay casos, pero vienen a la Prelatura principalmente para pedir ayuda espiritual, porque aún no tenemos organizado un equipo interdisciplinario para atender estas situaciones. Nosotros escuchamos, incluso nos cuentan que sus hijos están entrando en mala junta.

- ¿Notan que en la sociedad de Esquel hay vicios como la droga?

Hay droga, y es lo que conocemos a través del diálogo con los jóvenes y sus padres. A veces hay droga incluso en familias bien organizadas. Se dice que llegó a los niveles más bajos de la sociedad, pero también está en las familias acomodadas. Pero me preocupa mucho también el alcoholismo que se está expandiendo entre los jóvenes y adolescentes. Y lo más triste que es un problema que está siendo ignorado por los adultos, porque los chicos arman fiestas en sus casas, y celebran con alcohol, con el permiso de los adultos.

Lamentablemente eso vemos en Esquel, y quienes quieran observarlo, que se levanten un domingo a las 7 de la mañana, y vean en las calles luego de la salida de boliches, en qué condiciones salen los jóvenes. ¿Dónde están sus padres? Yo no busco la culpabilidad en los políticos, sino responsabilidad en los padres y mayores. También noto cómo algunos comercios venden de manera camuflada bebidas alcohólicas a menores, y esto sí las autoridades deberían tener en cuenta que se les está vendiendo de una forma inescrupulosa a menores y adolescentes.

- ¿Y la prostitución?

Seguramente hay, y me consta que algunos locales dedicados a la prostitución se trasladaron del casco céntrico a la periferia. Hay prostitución, solamente que no es callejera. Pero las autoridades lo saben muy bien.

- ¿Qué opina de las autoridades municipales?

Considero que deberían ejercer más el poder con controles e inspecciones de los lugares públicos. Verificar que los boliches habilitados funcionen como tales, y que en negocios de barrios no vendan bebidas alcohólicas a menores. Asimismo observamos que cada vez hay más accidentes de tránsito en las madrugadas, casi todos como consecuencia del alcohol que se consume en las noches, y en esto me parece que el área de Tránsito de la municipalidad debe trabajar más en ese sentido, para no tener sólo que lamentarnos por lo ocurrido.

Mineria

- ¿Cómo ve a la sociedad esquelense que se enfrenta por el tema minero y no dialoga?

Los vecinos tienen que dialogar, lo dice el Papa Francisco; hay que acercarse y mirar al otro como el prójimo, porque cada uno debe expresar su opinión. El otro me debe escuchar, y yo escucharlo a él.

Me preocupa que el diálogo que hay en Esquel no es frontal, sino a través de graffitis o mediante las redes sociales, principalmente Facebook, escondidos en el anonimato de una máquina con acusaciones, y eso no me gusta. Las escrituras en paredes de viviendas por el Si o el No a la mina, no va. Hay que atender lo que dijo Francisco en Brasil: hay que dialogar buscando soluciones, acuerdos y consensos.

- ¿Ustedes desde la Iglesia llamarían al diálogo a los vecinos por la minería?

En el 2011 la Pastoral Social llamó al diálogo, pero no pudo ser. Entonces, el diálogo debe ser propiciado por cada uno, y no únicamente para el tema del Si o No a la minería, sino para otros asuntos también que faciliten la organización de la convivencia de la comunidad. Se debe dialogar para ver la manera de que los hijos no caigan en la droga, por ejemplo, porque mucha gente viene a Esquel a descansar y observas las bellezas naturales, pero también a hacer sus negocios, porque consume estupefacientes y convida.

- Acá siempre se tuvo, o pareció, como que la Iglesia está por el No a la minería.

Yo tengo mi posición personal en el tema, y pienso que la minería bien hecha tiene sus beneficios. Pero no puede ser que nos perjudique a nosotros mismos en lo ambiental, o sea minería para unos pocos. Además, si destruimos una montaña y dejamos un pasivo ambiental a la comunidad, esa minería no sirve.

- Pero se debe controlar la actividad.

Bueno, pero todos sabemos cómo son los controles en Argentina. A veces no controlamos ni las cosas más simples, cómo podríamos con cuestiones más complejas.

- Entonces ahí volvemos al diálogo para que sea posible.

Volvemos al diálogo y discutir qué tipo de minería se quiere propiciar, porque la megaminería tiene costo beneficio para unos pocos, y perjuicio para la mayoría. Se deben discutir lo ambiental, lo económico y la conveniencia para el país, porque hablamos de minería como si estuviéramos solos y pensando en el presente, sin tener en cuenta lo que queremos dejar a las futuras generaciones.

01 AGO 2013 - 22:02

La Iglesia, desde su rol social y evangelización, está atenta a las distintas aristas de las comunidades. José Slaby es Obispo de Esquel hace cuatro años y habló con Jornada de una variedad de temas precisamente vinculados a la cuestión social, desde las vivencias en este tiempo en la cordillera. El acercamiento a la espiritualidad, la pobreza, la prostitución, el alcoholismo y la minería, fueron motivo del mano a mano con el prelado.

- ¿Qué observa en la sociedad de Esquel y la zona?

Como sacerdote he recorrido gran parte del país, principalmente el norte, y noto una gran diferencia con el sur en relación a la pobreza, porque en el norte es más acentuada. Además, en lo religioso esa zona es más fuerte que en la Patagonia, estimo que por la cultura religiosa y por el clima, ya que en el sur las familias por razones climáticas se encierra entre cuatro paredes, y les cuesta salir a comunicarse. Me parece que falta la experiencia de la vida comunitaria.

- ¿Cómo analiza ese aspecto?

En el sur cada uno vive en soledad sus necesidades espirituales, se arregla como puede, y además pienso que al norte del país la evangelización llego antes, y la mentalidad norteña es otra.

- ¿Qué problemas traen los vecinos a la Iglesia la gente?

Nos traen todas las dificultades que tienen en lo espiritual y lo material. Nos plantean que se quedaron sin alimentos, que necesitan viajar por razones de salud y no tienen recursos para hacerlo, como también se acercan con necesidades religiosas.

- ¿Y ustedes qué ayuda dan en esos casos?

En realidad tratamos de ayudar, pero no podemos con todos. Lo primero que hacemos es colaborar a través de Cáritas que es una institución de las que más trabajan para resolver las carencias de las familias, y además está de antes de la creación de la Prelatura de Esquel con una infraestructura para llegar más. Cáritas Diocesana es subsidiaria de las Cáritas Parroquiales, y trata de ayudar y organizar la manera de obtener los recursos para su funcionamiento y responder a la gente.

- ¿Llegan con problemas de violencia de género?

Si, hay casos, pero vienen a la Prelatura principalmente para pedir ayuda espiritual, porque aún no tenemos organizado un equipo interdisciplinario para atender estas situaciones. Nosotros escuchamos, incluso nos cuentan que sus hijos están entrando en mala junta.

- ¿Notan que en la sociedad de Esquel hay vicios como la droga?

Hay droga, y es lo que conocemos a través del diálogo con los jóvenes y sus padres. A veces hay droga incluso en familias bien organizadas. Se dice que llegó a los niveles más bajos de la sociedad, pero también está en las familias acomodadas. Pero me preocupa mucho también el alcoholismo que se está expandiendo entre los jóvenes y adolescentes. Y lo más triste que es un problema que está siendo ignorado por los adultos, porque los chicos arman fiestas en sus casas, y celebran con alcohol, con el permiso de los adultos.

Lamentablemente eso vemos en Esquel, y quienes quieran observarlo, que se levanten un domingo a las 7 de la mañana, y vean en las calles luego de la salida de boliches, en qué condiciones salen los jóvenes. ¿Dónde están sus padres? Yo no busco la culpabilidad en los políticos, sino responsabilidad en los padres y mayores. También noto cómo algunos comercios venden de manera camuflada bebidas alcohólicas a menores, y esto sí las autoridades deberían tener en cuenta que se les está vendiendo de una forma inescrupulosa a menores y adolescentes.

- ¿Y la prostitución?

Seguramente hay, y me consta que algunos locales dedicados a la prostitución se trasladaron del casco céntrico a la periferia. Hay prostitución, solamente que no es callejera. Pero las autoridades lo saben muy bien.

- ¿Qué opina de las autoridades municipales?

Considero que deberían ejercer más el poder con controles e inspecciones de los lugares públicos. Verificar que los boliches habilitados funcionen como tales, y que en negocios de barrios no vendan bebidas alcohólicas a menores. Asimismo observamos que cada vez hay más accidentes de tránsito en las madrugadas, casi todos como consecuencia del alcohol que se consume en las noches, y en esto me parece que el área de Tránsito de la municipalidad debe trabajar más en ese sentido, para no tener sólo que lamentarnos por lo ocurrido.

Mineria

- ¿Cómo ve a la sociedad esquelense que se enfrenta por el tema minero y no dialoga?

Los vecinos tienen que dialogar, lo dice el Papa Francisco; hay que acercarse y mirar al otro como el prójimo, porque cada uno debe expresar su opinión. El otro me debe escuchar, y yo escucharlo a él.

Me preocupa que el diálogo que hay en Esquel no es frontal, sino a través de graffitis o mediante las redes sociales, principalmente Facebook, escondidos en el anonimato de una máquina con acusaciones, y eso no me gusta. Las escrituras en paredes de viviendas por el Si o el No a la mina, no va. Hay que atender lo que dijo Francisco en Brasil: hay que dialogar buscando soluciones, acuerdos y consensos.

- ¿Ustedes desde la Iglesia llamarían al diálogo a los vecinos por la minería?

En el 2011 la Pastoral Social llamó al diálogo, pero no pudo ser. Entonces, el diálogo debe ser propiciado por cada uno, y no únicamente para el tema del Si o No a la minería, sino para otros asuntos también que faciliten la organización de la convivencia de la comunidad. Se debe dialogar para ver la manera de que los hijos no caigan en la droga, por ejemplo, porque mucha gente viene a Esquel a descansar y observas las bellezas naturales, pero también a hacer sus negocios, porque consume estupefacientes y convida.

- Acá siempre se tuvo, o pareció, como que la Iglesia está por el No a la minería.

Yo tengo mi posición personal en el tema, y pienso que la minería bien hecha tiene sus beneficios. Pero no puede ser que nos perjudique a nosotros mismos en lo ambiental, o sea minería para unos pocos. Además, si destruimos una montaña y dejamos un pasivo ambiental a la comunidad, esa minería no sirve.

- Pero se debe controlar la actividad.

Bueno, pero todos sabemos cómo son los controles en Argentina. A veces no controlamos ni las cosas más simples, cómo podríamos con cuestiones más complejas.

- Entonces ahí volvemos al diálogo para que sea posible.

Volvemos al diálogo y discutir qué tipo de minería se quiere propiciar, porque la megaminería tiene costo beneficio para unos pocos, y perjuicio para la mayoría. Se deben discutir lo ambiental, lo económico y la conveniencia para el país, porque hablamos de minería como si estuviéramos solos y pensando en el presente, sin tener en cuenta lo que queremos dejar a las futuras generaciones.


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