La visita de Cristina, los liderazgos compartidos y los falsos regionalismos

Leé La Columna del Domingo, la tradicional editorial de la edición dominical de Jornada, con la mejor información política de Chubut.

23 MAR 2013 - 21:49 | Actualizado

Por segunda vez en menos de cincuenta días, la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, pisará suelo chubutense el próximo 2 de abril. La excusa será el acto central por el 31º aniversario del desembarco argentino en las Islas Malvinas, que se realizará en Puerto Madryn, pero se sabe que, además, tiene pensado firmar convenios y realizar anuncios de importancia para la provincia.

La llegada de Cristina, sin dudas, volverá a demostrar que tiene una particular conexión con Chubut, inclusive, más allá del heterogéneo marco político que le ofrece el kirchnerismo local, con una inusual conducción de liderazgos compartidos.

Para el kirchnerismo chubutense siempre es importante que la Presidenta tenga tiempo para la provincia. Un poco molesta por los chispazos entre algunos dirigentes locales que opacaron su última visita a Comodoro –en febrero pasado-, Cristina ya se encargó de acomodar los tantos con algunos gestos propios y varios llamados a Chubut desde su entorno más cercano.

Gestos que dicen mucho

En ese esquema de liderazgos compartidos, sin embargo, nadie tiene dudas que hoy más que nunca el principal intérprete de la Presidenta en Chubut es el ministro de Agricultura de la Nación, Norberto Yauhar.

El fuerte gesto de apoyo que esta semana le expresó Cristina al hablar varios minutos en medio de un discurso del exitoso plan de maíz y sorgo en el Valle inferior del río Chubut, que impulsó Yauhar, no fue casual.

El que mejor parece entender esto es el gobernador Martín Buzzi. Sin prejuicios ni egos le dio el Ministerio de Coordinación a Carlos Eliceche y consiguió un equilibrio político que le faltaba. Y tira del mismo carro que Yauhar, que sigue bajando fondos a la Provincia sin tanta burocracia: esta semana, ambos anunciaron más de 3 millones de pesos para el tomógrafo de Trelew y ahora se viene la cámara hiperbárica para Puerto Madryn.

El mérito de la yunta entre Yauhar y Buzzi, de la que Eliceche no es para nada ajeno, se mide con hechos políticos constantes. Inclusive, sumando a intendentes como Ricardo Sastre y Máximo Pérez Catán, que si bien tienen pensamientos políticos propios, trascienden los internismos y priorizan los intereses de sus ciudades.

Comodoro sigue esperando

La crisis hospitalaria que estalló hace varias semanas en la ciudad petrolera terminó derivando en un duro enfrentamiento político entre las autoridades políticas de la ciudad y el Gobierno provincial.

Con argumentos atendibles, el intendente Néstor Di Pierro se puso al frente de los reclamos por el colapso en el Hospital Regional, derivado de un paro de cirujanos. A él se sumaron los concejales de todos los partidos, en una inédita causa común.

Sin embargo, el reclamo quedó en el medio –una vez más- de falsos regionalismos que empañaron la gesta. Un perimido discurso “anti-Valle” se coló por la puerta principal de un reclamo que además de justo, requiere de respuestas rápidas.

Las bravuconadas entre dirigentes comodorenses y funcionarios provinciales –muchos de los cuales son, paradójicamente, oriundos de Comodoro-, bajaron el necesario debate al quinto subsuelo.

Nadie puede creer que los problemas estructurales y las postergaciones acumuladas que tiene Comodoro se vayan a solucionar levantando la bandera del “comodorismo”, o acusando “al Valle” de sectario. El “Valle”, como lo miran desde el sur y a veces desde la zona cordillerana, es mucho más que su dirigencia política. Muchísimo más.

Sin dudas, los déficits que tiene Comodoro son responsabilidad de los cientos de dirigentes políticos que pasaron por Fontana 50 en los últimos veinte años. Muchos, hijos políticos dilectos del “Valle”, sin dudas. Pero también muchos otros, vicegobernadores, diputados provinciales y legisladores nacionales que son más comodorenses que el Chenque.

Los problemas de Comodoro son los problemas de Chubut. Mientras no se bajen del caballo los dirigentes provinciales que no le dan respuestas a los reclamos de los ciudadanos comodorenses, ni aquellos que desde la ciudad petrolera alientan el “comodorismo” con el único objetivo de combatir al Valle, la gente seguirá masticando bronca. Todos deberían saber que, más tarde o más temprano, esa gente les pasará facturas por sus ineficiencias y mezquindades.

La tropa dasnevista

Mientras tanto Mario Das Neves reunió a una multitud en el Golfo. Tanto que el acto, programado inicialmente en el interior de la sede del club Madryn, debió trasladarse al exterior. Allí el exgobernador le habló a su gente y después respondió preguntas. Hubo, claro, muchas críticas al gobierno de Buzzi y una especial mención partidaria: “parece que tengo que rendir cuenta de que soy peronista, como si durante mi mandato no hubiese demostrado cuán peronista soy” dijo, tras lo cual ensayó un tiro por elevación porque, señaló, “hemos recibido calumnias e injurias de los mismos que hasta hace poco tiempo decían que yo había sido el mejor gobernador de la historia”.

Das Neves llevó al acto números de su gestión para compararlos con el proceso actual y reclamó mayor trabajo de campo porque, criticó, “creen que se gobierna con una gacetilla”.

El dato más destacado, sin embargo, está emparentado con el año electoral. Como nunca Das Neves habló posicionado de lleno en la candidatura al Congreso Nacional pues sostuvo que quiere llegar para “defender los intereses de los chubutenses con la camiseta puesta”.

Lesa humanidad

Esta semana comenzó en Rawson el juicio por la muerte de Mario Abel Amaya y las torturas a Hipólito Solari Yrigoyen, dos dirigentes radicales que sufrieron en carne propia la prepotencia del Estado en su rol más sanguinario. El caso mereció una mención de la propia presidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner, durante un acto que se desarrolló este viernes. Y no fue la única que hizo referencia al tema. El también radical Leopoldo Moreau cuestionó la falta de información sobre ello en los diarios La Nación y Clarín. Lo hizo en la red social Facebook y allí mismo pidió a los dirigentes de su partido que se expidan sobre la cuestión. El exministro de Alfonsín, que supo candidatearse para presidente, no profundizó en esto último pero bien podría haberlo hecho: en Chubut resultó llamativa la ausencia de dirigentes de peso de ese partido durante las jornadas que lleva el caso. La UCR llegó a gobernar durante 12 años la provincia y, debe reconocerse, hoy su protagonismo político está en el peor momento desde el retorno de la democracia, pero ni siquiera los diputados que tiene en la Legislatura –dos- hicieron acto de presencia. El impacto no puede ser menos que negativo toda vez que se habla de dos correligionarios emblemáticos en esa lucha contra el Estado represor. Guste o no. Si no había interés genuino –cosa difícil de creer- por lo menos les faltó cintura para tomar posición en un tema del que no pueden quedar excluidos.

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23 MAR 2013 - 21:49

Por segunda vez en menos de cincuenta días, la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, pisará suelo chubutense el próximo 2 de abril. La excusa será el acto central por el 31º aniversario del desembarco argentino en las Islas Malvinas, que se realizará en Puerto Madryn, pero se sabe que, además, tiene pensado firmar convenios y realizar anuncios de importancia para la provincia.

La llegada de Cristina, sin dudas, volverá a demostrar que tiene una particular conexión con Chubut, inclusive, más allá del heterogéneo marco político que le ofrece el kirchnerismo local, con una inusual conducción de liderazgos compartidos.

Para el kirchnerismo chubutense siempre es importante que la Presidenta tenga tiempo para la provincia. Un poco molesta por los chispazos entre algunos dirigentes locales que opacaron su última visita a Comodoro –en febrero pasado-, Cristina ya se encargó de acomodar los tantos con algunos gestos propios y varios llamados a Chubut desde su entorno más cercano.

Gestos que dicen mucho

En ese esquema de liderazgos compartidos, sin embargo, nadie tiene dudas que hoy más que nunca el principal intérprete de la Presidenta en Chubut es el ministro de Agricultura de la Nación, Norberto Yauhar.

El fuerte gesto de apoyo que esta semana le expresó Cristina al hablar varios minutos en medio de un discurso del exitoso plan de maíz y sorgo en el Valle inferior del río Chubut, que impulsó Yauhar, no fue casual.

El que mejor parece entender esto es el gobernador Martín Buzzi. Sin prejuicios ni egos le dio el Ministerio de Coordinación a Carlos Eliceche y consiguió un equilibrio político que le faltaba. Y tira del mismo carro que Yauhar, que sigue bajando fondos a la Provincia sin tanta burocracia: esta semana, ambos anunciaron más de 3 millones de pesos para el tomógrafo de Trelew y ahora se viene la cámara hiperbárica para Puerto Madryn.

El mérito de la yunta entre Yauhar y Buzzi, de la que Eliceche no es para nada ajeno, se mide con hechos políticos constantes. Inclusive, sumando a intendentes como Ricardo Sastre y Máximo Pérez Catán, que si bien tienen pensamientos políticos propios, trascienden los internismos y priorizan los intereses de sus ciudades.

Comodoro sigue esperando

La crisis hospitalaria que estalló hace varias semanas en la ciudad petrolera terminó derivando en un duro enfrentamiento político entre las autoridades políticas de la ciudad y el Gobierno provincial.

Con argumentos atendibles, el intendente Néstor Di Pierro se puso al frente de los reclamos por el colapso en el Hospital Regional, derivado de un paro de cirujanos. A él se sumaron los concejales de todos los partidos, en una inédita causa común.

Sin embargo, el reclamo quedó en el medio –una vez más- de falsos regionalismos que empañaron la gesta. Un perimido discurso “anti-Valle” se coló por la puerta principal de un reclamo que además de justo, requiere de respuestas rápidas.

Las bravuconadas entre dirigentes comodorenses y funcionarios provinciales –muchos de los cuales son, paradójicamente, oriundos de Comodoro-, bajaron el necesario debate al quinto subsuelo.

Nadie puede creer que los problemas estructurales y las postergaciones acumuladas que tiene Comodoro se vayan a solucionar levantando la bandera del “comodorismo”, o acusando “al Valle” de sectario. El “Valle”, como lo miran desde el sur y a veces desde la zona cordillerana, es mucho más que su dirigencia política. Muchísimo más.

Sin dudas, los déficits que tiene Comodoro son responsabilidad de los cientos de dirigentes políticos que pasaron por Fontana 50 en los últimos veinte años. Muchos, hijos políticos dilectos del “Valle”, sin dudas. Pero también muchos otros, vicegobernadores, diputados provinciales y legisladores nacionales que son más comodorenses que el Chenque.

Los problemas de Comodoro son los problemas de Chubut. Mientras no se bajen del caballo los dirigentes provinciales que no le dan respuestas a los reclamos de los ciudadanos comodorenses, ni aquellos que desde la ciudad petrolera alientan el “comodorismo” con el único objetivo de combatir al Valle, la gente seguirá masticando bronca. Todos deberían saber que, más tarde o más temprano, esa gente les pasará facturas por sus ineficiencias y mezquindades.

La tropa dasnevista

Mientras tanto Mario Das Neves reunió a una multitud en el Golfo. Tanto que el acto, programado inicialmente en el interior de la sede del club Madryn, debió trasladarse al exterior. Allí el exgobernador le habló a su gente y después respondió preguntas. Hubo, claro, muchas críticas al gobierno de Buzzi y una especial mención partidaria: “parece que tengo que rendir cuenta de que soy peronista, como si durante mi mandato no hubiese demostrado cuán peronista soy” dijo, tras lo cual ensayó un tiro por elevación porque, señaló, “hemos recibido calumnias e injurias de los mismos que hasta hace poco tiempo decían que yo había sido el mejor gobernador de la historia”.

Das Neves llevó al acto números de su gestión para compararlos con el proceso actual y reclamó mayor trabajo de campo porque, criticó, “creen que se gobierna con una gacetilla”.

El dato más destacado, sin embargo, está emparentado con el año electoral. Como nunca Das Neves habló posicionado de lleno en la candidatura al Congreso Nacional pues sostuvo que quiere llegar para “defender los intereses de los chubutenses con la camiseta puesta”.

Lesa humanidad

Esta semana comenzó en Rawson el juicio por la muerte de Mario Abel Amaya y las torturas a Hipólito Solari Yrigoyen, dos dirigentes radicales que sufrieron en carne propia la prepotencia del Estado en su rol más sanguinario. El caso mereció una mención de la propia presidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner, durante un acto que se desarrolló este viernes. Y no fue la única que hizo referencia al tema. El también radical Leopoldo Moreau cuestionó la falta de información sobre ello en los diarios La Nación y Clarín. Lo hizo en la red social Facebook y allí mismo pidió a los dirigentes de su partido que se expidan sobre la cuestión. El exministro de Alfonsín, que supo candidatearse para presidente, no profundizó en esto último pero bien podría haberlo hecho: en Chubut resultó llamativa la ausencia de dirigentes de peso de ese partido durante las jornadas que lleva el caso. La UCR llegó a gobernar durante 12 años la provincia y, debe reconocerse, hoy su protagonismo político está en el peor momento desde el retorno de la democracia, pero ni siquiera los diputados que tiene en la Legislatura –dos- hicieron acto de presencia. El impacto no puede ser menos que negativo toda vez que se habla de dos correligionarios emblemáticos en esa lucha contra el Estado represor. Guste o no. Si no había interés genuino –cosa difícil de creer- por lo menos les faltó cintura para tomar posición en un tema del que no pueden quedar excluidos.


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