Por unanimidad, un jurado popular declaró culpables a Daniel Napal y Carlos Peinepil por el homicidio agravado de José Crettón en El Maitén. En Chubut es la primera declaración de culpabilidad para un homicidio sin que el cuerpo haya sido aún hallado. Además es la segunda condena en la provincia por un crimen transversal: es decir, por haberlo cometido para provocar sufrimiento en una mujer.
Según el parte de prensa de Fiscalía, Napal es culpable de homicidio agravado transversal y Peinepil culpable del mismo delito por precio o promesa remuneratoria. Este martes 25 por la mañana se realizará la audiencia de cesura de pena aunque la única sentencia posible es la perpetua.
Minutos después del fallo y cuando los asesinos dejaban la sala esposados, el querellante por la familia de Crettón, Juan Zapata, le dijo a Cadena Tiempo que “estamos conmovidos porque logramos el objetivo de que se hiciera justicia”.
La deliberación del jurado duró poco más de dos horas.
El abogado consideró “burdas” las declaraciones de la madre de Napal y de otra testigo que intentó favorcerlo. “El imputado se hacía la víctima. Se notaban las mentiras ante el contrainterrogatorio –describió-. Y si había alguna pequeña duda, el jurado quedó convencido porque además había pruebas contundentes”.
El querellante explicó que en el debate “se demostró claramente el contexto de violencia de género” que la pareja de la víctima, Marcela González, sufría ante Napal. Y describió que la familia sostiene “un dolor muy grande” al no poder hallar el cuerpo para darle sepultura.
En los alegatos antes del fallo, el fiscal Carlos Díaz Mayer había dicho que “soy el primero en el día que no vino a mentir”, en relación a la declaración de la madre de Napal, la de una amiga de la familia de Napal, y las palabras finales del propio imputado.
“Con la declaración de los testigos pudimos saber lo que pasó ese 11 de agosto de 2022; sólo una cosa no pudimos saber, qué hicieron con el cuerpo”, indicó.
Hubo 114 rastrillajes en búsqueda del cuerpo, se siguió cada pista; sin embargo, no se halló el lugar donde fue abandonado. Díaz Mayer destacó que la búsqueda no termina y seguirá porque el objetivo es entregar el cuerpo de José a su familia.
Para el fiscal, Napal “era la única persona en El Maitén que tenía un motivo para hacerlo desaparecer”.
Uno de los testigos, amigo de Napal, declaró ante el jurado que el imputado le pidió que lo ayude a llevar a cabo el plan y él rechazó la propuesta. Peinepil aceptó por dinero, aunque Napal le pagó la mitad de lo acordado.
La hija mayor de Napal fue testigo directo. Con su vehículo llevó a Napal y Peinepil y los dejó a 900 metros de la casa de Crettón. Ella contó en el juicio que Napal se guardó el revólver en la cintura al salir esa noche y le dejó una instrucción: si su madre preguntaba por José, debía decirle que “se pudrió la fruta”.
Peinepil, en una conversación telefónica, dijo que le dispararon dos tiros, que luego él le cortó el cuello y que como habían comprado combustible, no se va a encontrar nada. Esta versión apareció corroborada por un testigo que dijo que esa noche se escucharon dos tiros.
En mayo de 2023 se encontró en un descampado una bolsa de harina y adentro una de plástico. En su interior, conservado en perfecto estado había un revólver calibre 32, apto para el disparo. Tenía cargados los proyectiles, menos dos, ya que había sido disparado.
En la misma bolsa había pelo de Marcela González, exmujer de Napal, por entonces pareja de José. Cerca de allí se encontró un cuchillo con la letra P, a la intemperie, y una balanza de precisión con la que Napal vendía marihuana, según los dichos de testigos. Ambos hallazgos ocurrieron a metros de la casa de la madre de Napal.
La noche en que desapareció José, salieron de su celular dos últimos mensajes: uno a su novia y otro a su madre. Una licenciada en Letras analizó la escritura, la sintaxis, las palabras empleadas y los errores, comparó estos mensajes con todos los mensajes previos de José y determinó con un altísimo porcentaje de certeza que esos mensajes habían sido escritos por Daniel Napal.
A su turno, el fiscal Fernando Rivarola, especializado en cibercrimen, explicó qué pasó con la vida digital y los rastros digitales de Crettón. Explicó cómo se desarrollaba y cómo de manera abrupta se cortó, explicando cuáles podrían ser las causas. En este caso, la acción violenta de un tercero.
Por unanimidad, un jurado popular declaró culpables a Daniel Napal y Carlos Peinepil por el homicidio agravado de José Crettón en El Maitén. En Chubut es la primera declaración de culpabilidad para un homicidio sin que el cuerpo haya sido aún hallado. Además es la segunda condena en la provincia por un crimen transversal: es decir, por haberlo cometido para provocar sufrimiento en una mujer.
Según el parte de prensa de Fiscalía, Napal es culpable de homicidio agravado transversal y Peinepil culpable del mismo delito por precio o promesa remuneratoria. Este martes 25 por la mañana se realizará la audiencia de cesura de pena aunque la única sentencia posible es la perpetua.
Minutos después del fallo y cuando los asesinos dejaban la sala esposados, el querellante por la familia de Crettón, Juan Zapata, le dijo a Cadena Tiempo que “estamos conmovidos porque logramos el objetivo de que se hiciera justicia”.
La deliberación del jurado duró poco más de dos horas.
El abogado consideró “burdas” las declaraciones de la madre de Napal y de otra testigo que intentó favorcerlo. “El imputado se hacía la víctima. Se notaban las mentiras ante el contrainterrogatorio –describió-. Y si había alguna pequeña duda, el jurado quedó convencido porque además había pruebas contundentes”.
El querellante explicó que en el debate “se demostró claramente el contexto de violencia de género” que la pareja de la víctima, Marcela González, sufría ante Napal. Y describió que la familia sostiene “un dolor muy grande” al no poder hallar el cuerpo para darle sepultura.
En los alegatos antes del fallo, el fiscal Carlos Díaz Mayer había dicho que “soy el primero en el día que no vino a mentir”, en relación a la declaración de la madre de Napal, la de una amiga de la familia de Napal, y las palabras finales del propio imputado.
“Con la declaración de los testigos pudimos saber lo que pasó ese 11 de agosto de 2022; sólo una cosa no pudimos saber, qué hicieron con el cuerpo”, indicó.
Hubo 114 rastrillajes en búsqueda del cuerpo, se siguió cada pista; sin embargo, no se halló el lugar donde fue abandonado. Díaz Mayer destacó que la búsqueda no termina y seguirá porque el objetivo es entregar el cuerpo de José a su familia.
Para el fiscal, Napal “era la única persona en El Maitén que tenía un motivo para hacerlo desaparecer”.
Uno de los testigos, amigo de Napal, declaró ante el jurado que el imputado le pidió que lo ayude a llevar a cabo el plan y él rechazó la propuesta. Peinepil aceptó por dinero, aunque Napal le pagó la mitad de lo acordado.
La hija mayor de Napal fue testigo directo. Con su vehículo llevó a Napal y Peinepil y los dejó a 900 metros de la casa de Crettón. Ella contó en el juicio que Napal se guardó el revólver en la cintura al salir esa noche y le dejó una instrucción: si su madre preguntaba por José, debía decirle que “se pudrió la fruta”.
Peinepil, en una conversación telefónica, dijo que le dispararon dos tiros, que luego él le cortó el cuello y que como habían comprado combustible, no se va a encontrar nada. Esta versión apareció corroborada por un testigo que dijo que esa noche se escucharon dos tiros.
En mayo de 2023 se encontró en un descampado una bolsa de harina y adentro una de plástico. En su interior, conservado en perfecto estado había un revólver calibre 32, apto para el disparo. Tenía cargados los proyectiles, menos dos, ya que había sido disparado.
En la misma bolsa había pelo de Marcela González, exmujer de Napal, por entonces pareja de José. Cerca de allí se encontró un cuchillo con la letra P, a la intemperie, y una balanza de precisión con la que Napal vendía marihuana, según los dichos de testigos. Ambos hallazgos ocurrieron a metros de la casa de la madre de Napal.
La noche en que desapareció José, salieron de su celular dos últimos mensajes: uno a su novia y otro a su madre. Una licenciada en Letras analizó la escritura, la sintaxis, las palabras empleadas y los errores, comparó estos mensajes con todos los mensajes previos de José y determinó con un altísimo porcentaje de certeza que esos mensajes habían sido escritos por Daniel Napal.
A su turno, el fiscal Fernando Rivarola, especializado en cibercrimen, explicó qué pasó con la vida digital y los rastros digitales de Crettón. Explicó cómo se desarrollaba y cómo de manera abrupta se cortó, explicando cuáles podrían ser las causas. En este caso, la acción violenta de un tercero.