NOTA COMPLETA
Blas Ezequiel Sosa. 32 años. Formado en Germinal desde infantiles. Nació en Buenos Aires, pero a los tres años toda la familia de su madre se vino a vivir a Rawson y a los 4 mamá Gabriela intentó neutralizar la hiperactividad de su nene y lo llevó a Germinal.
“Fue y vine y dos veces. En la primera estaba Walter (Dencor) de entrenador, nos fue mal, ni siquiera clasificamos a la fase final del torneo. Y después para el ascenso al Federal “A”: jugué todo el torneo hasta Huracán de Comodoro, porque ya había arreglado irme a El Porvenir”, recordó sobre sus etapas en el Verde de Rawson.
“La tuve que remar, no encontraba una estabilidad en el fútbol, iba de un club a otro, tuve contrato un año en El Porvenir, después jugué en una Liga de Mar del Plata, fui a Jujuy y recién después de la segunda vuelta a Germinal se me abrió un poco más el camino y empecé a tener la posibilidad de crecer”, admitió en diálogo con Tiempo Deportivo.
“Debuté con Pepe Castro en Primera, en 2007, tenía 14 años. Siempre dije que me sentía más cómodo de centro delantero, pero en ese tiempo la tiraba larga y corría, tiraba centros y hacía un despliegue importante en lo físico, por eso muchos entrenadores me utilizaban por la derecha. Pero fueron pasando los años, y me fui sintiendo mejor por adentro y hoy estoy definido como nueve de área”, fundamentó sobre su metamorfosis como futbolista.
“Seguí a Germinal, cuando no me tocaba jugar veía los partidos, creo que hicieron una gran campaña, un equipo sólido de atrás hacia adelante, con defensores de jerarquía, un cinco muy bueno, el arquero que daba tranquilidad, hasta que estuvo Dichiara tenía una columna vertebral perfecta. Alcancé a jugar con Ricardo en ese torneo que ascendimos, y digo ascendimos porque en ese torneo hice goles. Vi que ahora se está desmantelando el plantel, lo que es normal, porque cuando uno mete una campaña importante, a los jugadores lo seducen y es muy complicado competir con el presupuesto de los clubes de Buenos Aires”, analizó.
El punto de inflexión
“Donde encuentré el quiebre de mi carrera fue en El Porvenir, nos tocó descender, pero hice 10 goles y ahí pegué el salto a San Martín de Burzaco, también hice 10 goles, fui goleador del torneo, ascendimos y me salió la posibilidad de irme a Aguilas de El Salvador. Ahí encontré la estabilidad de mi carrera”, sostuvo.
“Siempre en los clubes que estuve, estuve bien, pero he tenido compañeros que tenían que hacían otra actividad a la tarde porque en los clubes del ascenso es mínimo, y es una de las cosas que hay que rever. Es lo que pasa ahora con la Copa Potreros, no es que al jugador vaya porque le gusta, sino porque le pagan, si habría más seriedad el jugador estaría de vacaciones y no jugando esos torneos. Hoy también se habla de las apuestas, pero es lo mismo, el jugador lo hace por necesidad”, consideró respecto de ser jugador del ascenso en Argentina.
Su posibilidad de El Salvador se cristalizó de la mano del entrenador Daniel Mecina: “él había dirigido a San Martín unos años atrás, pero siempre iba a la cancha. Justo en uno de los partidos hice dos goles, me empezó a seguir y cuando asumió en Las Aguilas se contactó conmigo para que pudiera llegar, y estoy muy agradecido porque no sólo me solucionó muchas cuestiones no sólo en lo deportivo, sino en lo personal”, valoró.
Vida de profesional
“Ahora soy un jugador de fútbol, se terminó el renegar, de llegar con lo justo a fin de mes, tenés otras posibilidades, nunca me había podido ir de vacaciones, en mi carrera no me había podido proyectar, hoy tengo mi terreno, voy a empezar a hacerme mi casa. Estás en un buen hotel, viajás en avión, tenés todas las comodidades, hay mucha gente encima. Para mí es totalmente nuevo, de acá no me quiero ir más”, ponderó.
“La Liga de El Salvador tiene 12 equipos, es chica, pero todos se arman fuerte. Fijate que el equipo que salió campeón nunca lo había sido. El país no llega a los 8 millones de habitantes”, describió.
“En esta temporada también hice 10 goles. Me reinventé como jugador, tenía una manera y hoy juego mucho más de espalda, cumplo otra función, y eso me pasó después de la segunda operación de la rodilla, aumenté de peso, me costó un poco más y hasta que me puse bien físicamente tuve que mejorar técnicamente, en el cabezazo, en los pivoteos, los controles. El ascenso te enseña cosas como los choques previos, el desestabilizar a un defensor, el amagar y quedarse, he hecho muchos goles así. Son cosas que fui aprendiendo sobre la marcha”, destacó.
Sentido de pertenencia
“Soy soltero, no tengo hijos, pero siempre que puedo vengo a disfrutar de mi familia, soy de acá, mi vida la voy a terminar acá y todos mis proyectos están vinculados acá”, aseguró Sosa.
“Tengo contrato hasta junio, se está trabajando para extender el vínculo, pero como quedan seis meses todavía estamos tranquilos”, reconoció.
“Terminamos primeros, de punta a punta la fase regular, y quedamos afuera en cuartos de final en el cruce con el octavo. Empatamos 0 a 0 de visitante y perdimos 1-0 con un gol a los 50 minutos en nuestra cancha. Parecíamos imparables, pero también jugamos la Copa Centro Americana y llegamos sin combustible”, lamentó.
“La temporada fue histórica porque en la Copa nunca habían avanzado de fase y ahora llegamos a cuartos de final, pero los hinchas ya querían ganarla. Se vive con mucha más pasión que el argentino, por lo menos en el sentido de exigencia, es tremendo, no lo había vivido en ningún lado”, aseveró.
“Sufro mucho el clima porque llegué a entrenar con temperaturas promedios de 36 a 38 grados, 40 grados. Ahora en invierno y el día más fresco era de 32 grados, invierno porque llueve cada tres días, ahora se viene lo picante, que no llueve y llega a hacer 45, 46 grados de calor”, expuso.
Un país ordenado
El fenómeno (Nayib) Bukele -el presidente de ascendencia árabe palestina- hace que hablen de El Salvador: “noto un país ordenado, en el que la gente tiene posibilidades. Generalmente trabajan de 8 a 12 y de 2 a 6 de la tarde, en las dos horas de descanso el centro se congestiona, y estamos hablando de San Miguel, que tiene 1 millón, 300 mil habitantes. La capital de El Salvador es más grande. La playa El Cuzco, que está cerca de San Miguel, está plagada de extranjeros”, señaló.
“No me acostumbré a las comidas, se come muy picante y sus comidas típicas son raras, no salgo de churrasco, pollo, arroz, fideos y ensaladas. Me cocino porque uso el tiempo libre, me distraigo, pongo música, es mi momento para estar tranquilo. Tengo mucho tiempo libre, entrenamos a las 8 de la mañana, como mucho a las 11.30, 12 estoy en mi casa, a la tarde voy al gimnasio, pero así y todo me queda un buen rato. Debemos ser cinco argentinos con toda la furia”, reveló.
El sueño de la selección
Nacionalizarse para jugar en la selección de El Salvador: “es muy lejano, todavía no cumplí el año, es muy apresurado, lógicamente uno sueña con crecer y si en algún momento existe lo tendría que analizar y se pueda dar. Yo tengo como objetivo principal seguir haciendo las cosas bien en el club, afirmarme en el país y seguir haciendo goles que eso me da de comer. Tengo propuestas, pero es difícil la salida del club por la cláusula, yo estoy a préstamo de San Martín de Burzaco y el que me quiera tiene que negociar con los dos clubes. Y en un eventual caso deberían volver a San Martín, con el que tengo contrato hasta diciembre de 2025”, argumentó.
Madurez personal
“Maduré en todo sentido, yo no desayunaba, incluso cuando entrenaba a las 3 de la tarde en Germinal iba sin almorzar porque me levantaba tarde. Después uno va entendiendo que esas cosas están mal, que un deportista debe estar bien hidratado y entrenado, lo mismo que el gimnasio, no le daba bola, y también mucho lo psicológico. Antes hacía muchas boludeces dentro de la cancha, me quería pelear todo el tiempo, y hoy en cambio trato que no pase, si me enojo lo resuelvo conmigo mismo o con la otra persona fuera de la cancha”, esgrimió.
El Dato
Jorge Alberto “El Mágico” González Barillas es el ídolo máximo del fútbol salvadoreño, como Maradona y Messi en la Argentina. Triunfó en el Cadiz de España e integró la selección salvadoreña en el Mundial de El Salvador, cuando la selección centro americana compartió el grupo con Argentina, que le ganó 2-0.
Pero los centroamericanos sufrieron la peor goleada en la historia de los mundiales ante Hungría, por 10-1, lo que le valió hechos de violencia contra el arquero Hugo Ricardo Guevara, al que le balearon su casa de El Salvador, después de haber sido el héroe en las eliminatorias en la que “La Selecta” eliminó al México del famoso delantero Hugo Sánchez.
La primera vez en el Mundial fue en 1970, cuando El Salvador eliminó a Honduras y desató la denominada Guerra del Fútbol, porque muchos salvadoreños que trabajaban en el país vecino festejaron ese triunfo y fueron echados de manera violenta por el gobierno hondureño, lo que provocó la reacción armado del estado salvadoreño.
El Salvador viene de jugar la Copa de Oro de la Concacaf después de ascender de la “B” de las eliminatorias centro americanas, los que le permitirá jugar las próximas eliminatorias mundialistas. Como la próxima cita será en Estados Unidos, Canadá y México, habrá otras plazas disponibles.
NOTA COMPLETA
Blas Ezequiel Sosa. 32 años. Formado en Germinal desde infantiles. Nació en Buenos Aires, pero a los tres años toda la familia de su madre se vino a vivir a Rawson y a los 4 mamá Gabriela intentó neutralizar la hiperactividad de su nene y lo llevó a Germinal.
“Fue y vine y dos veces. En la primera estaba Walter (Dencor) de entrenador, nos fue mal, ni siquiera clasificamos a la fase final del torneo. Y después para el ascenso al Federal “A”: jugué todo el torneo hasta Huracán de Comodoro, porque ya había arreglado irme a El Porvenir”, recordó sobre sus etapas en el Verde de Rawson.
“La tuve que remar, no encontraba una estabilidad en el fútbol, iba de un club a otro, tuve contrato un año en El Porvenir, después jugué en una Liga de Mar del Plata, fui a Jujuy y recién después de la segunda vuelta a Germinal se me abrió un poco más el camino y empecé a tener la posibilidad de crecer”, admitió en diálogo con Tiempo Deportivo.
“Debuté con Pepe Castro en Primera, en 2007, tenía 14 años. Siempre dije que me sentía más cómodo de centro delantero, pero en ese tiempo la tiraba larga y corría, tiraba centros y hacía un despliegue importante en lo físico, por eso muchos entrenadores me utilizaban por la derecha. Pero fueron pasando los años, y me fui sintiendo mejor por adentro y hoy estoy definido como nueve de área”, fundamentó sobre su metamorfosis como futbolista.
“Seguí a Germinal, cuando no me tocaba jugar veía los partidos, creo que hicieron una gran campaña, un equipo sólido de atrás hacia adelante, con defensores de jerarquía, un cinco muy bueno, el arquero que daba tranquilidad, hasta que estuvo Dichiara tenía una columna vertebral perfecta. Alcancé a jugar con Ricardo en ese torneo que ascendimos, y digo ascendimos porque en ese torneo hice goles. Vi que ahora se está desmantelando el plantel, lo que es normal, porque cuando uno mete una campaña importante, a los jugadores lo seducen y es muy complicado competir con el presupuesto de los clubes de Buenos Aires”, analizó.
El punto de inflexión
“Donde encuentré el quiebre de mi carrera fue en El Porvenir, nos tocó descender, pero hice 10 goles y ahí pegué el salto a San Martín de Burzaco, también hice 10 goles, fui goleador del torneo, ascendimos y me salió la posibilidad de irme a Aguilas de El Salvador. Ahí encontré la estabilidad de mi carrera”, sostuvo.
“Siempre en los clubes que estuve, estuve bien, pero he tenido compañeros que tenían que hacían otra actividad a la tarde porque en los clubes del ascenso es mínimo, y es una de las cosas que hay que rever. Es lo que pasa ahora con la Copa Potreros, no es que al jugador vaya porque le gusta, sino porque le pagan, si habría más seriedad el jugador estaría de vacaciones y no jugando esos torneos. Hoy también se habla de las apuestas, pero es lo mismo, el jugador lo hace por necesidad”, consideró respecto de ser jugador del ascenso en Argentina.
Su posibilidad de El Salvador se cristalizó de la mano del entrenador Daniel Mecina: “él había dirigido a San Martín unos años atrás, pero siempre iba a la cancha. Justo en uno de los partidos hice dos goles, me empezó a seguir y cuando asumió en Las Aguilas se contactó conmigo para que pudiera llegar, y estoy muy agradecido porque no sólo me solucionó muchas cuestiones no sólo en lo deportivo, sino en lo personal”, valoró.
Vida de profesional
“Ahora soy un jugador de fútbol, se terminó el renegar, de llegar con lo justo a fin de mes, tenés otras posibilidades, nunca me había podido ir de vacaciones, en mi carrera no me había podido proyectar, hoy tengo mi terreno, voy a empezar a hacerme mi casa. Estás en un buen hotel, viajás en avión, tenés todas las comodidades, hay mucha gente encima. Para mí es totalmente nuevo, de acá no me quiero ir más”, ponderó.
“La Liga de El Salvador tiene 12 equipos, es chica, pero todos se arman fuerte. Fijate que el equipo que salió campeón nunca lo había sido. El país no llega a los 8 millones de habitantes”, describió.
“En esta temporada también hice 10 goles. Me reinventé como jugador, tenía una manera y hoy juego mucho más de espalda, cumplo otra función, y eso me pasó después de la segunda operación de la rodilla, aumenté de peso, me costó un poco más y hasta que me puse bien físicamente tuve que mejorar técnicamente, en el cabezazo, en los pivoteos, los controles. El ascenso te enseña cosas como los choques previos, el desestabilizar a un defensor, el amagar y quedarse, he hecho muchos goles así. Son cosas que fui aprendiendo sobre la marcha”, destacó.
Sentido de pertenencia
“Soy soltero, no tengo hijos, pero siempre que puedo vengo a disfrutar de mi familia, soy de acá, mi vida la voy a terminar acá y todos mis proyectos están vinculados acá”, aseguró Sosa.
“Tengo contrato hasta junio, se está trabajando para extender el vínculo, pero como quedan seis meses todavía estamos tranquilos”, reconoció.
“Terminamos primeros, de punta a punta la fase regular, y quedamos afuera en cuartos de final en el cruce con el octavo. Empatamos 0 a 0 de visitante y perdimos 1-0 con un gol a los 50 minutos en nuestra cancha. Parecíamos imparables, pero también jugamos la Copa Centro Americana y llegamos sin combustible”, lamentó.
“La temporada fue histórica porque en la Copa nunca habían avanzado de fase y ahora llegamos a cuartos de final, pero los hinchas ya querían ganarla. Se vive con mucha más pasión que el argentino, por lo menos en el sentido de exigencia, es tremendo, no lo había vivido en ningún lado”, aseveró.
“Sufro mucho el clima porque llegué a entrenar con temperaturas promedios de 36 a 38 grados, 40 grados. Ahora en invierno y el día más fresco era de 32 grados, invierno porque llueve cada tres días, ahora se viene lo picante, que no llueve y llega a hacer 45, 46 grados de calor”, expuso.
Un país ordenado
El fenómeno (Nayib) Bukele -el presidente de ascendencia árabe palestina- hace que hablen de El Salvador: “noto un país ordenado, en el que la gente tiene posibilidades. Generalmente trabajan de 8 a 12 y de 2 a 6 de la tarde, en las dos horas de descanso el centro se congestiona, y estamos hablando de San Miguel, que tiene 1 millón, 300 mil habitantes. La capital de El Salvador es más grande. La playa El Cuzco, que está cerca de San Miguel, está plagada de extranjeros”, señaló.
“No me acostumbré a las comidas, se come muy picante y sus comidas típicas son raras, no salgo de churrasco, pollo, arroz, fideos y ensaladas. Me cocino porque uso el tiempo libre, me distraigo, pongo música, es mi momento para estar tranquilo. Tengo mucho tiempo libre, entrenamos a las 8 de la mañana, como mucho a las 11.30, 12 estoy en mi casa, a la tarde voy al gimnasio, pero así y todo me queda un buen rato. Debemos ser cinco argentinos con toda la furia”, reveló.
El sueño de la selección
Nacionalizarse para jugar en la selección de El Salvador: “es muy lejano, todavía no cumplí el año, es muy apresurado, lógicamente uno sueña con crecer y si en algún momento existe lo tendría que analizar y se pueda dar. Yo tengo como objetivo principal seguir haciendo las cosas bien en el club, afirmarme en el país y seguir haciendo goles que eso me da de comer. Tengo propuestas, pero es difícil la salida del club por la cláusula, yo estoy a préstamo de San Martín de Burzaco y el que me quiera tiene que negociar con los dos clubes. Y en un eventual caso deberían volver a San Martín, con el que tengo contrato hasta diciembre de 2025”, argumentó.
Madurez personal
“Maduré en todo sentido, yo no desayunaba, incluso cuando entrenaba a las 3 de la tarde en Germinal iba sin almorzar porque me levantaba tarde. Después uno va entendiendo que esas cosas están mal, que un deportista debe estar bien hidratado y entrenado, lo mismo que el gimnasio, no le daba bola, y también mucho lo psicológico. Antes hacía muchas boludeces dentro de la cancha, me quería pelear todo el tiempo, y hoy en cambio trato que no pase, si me enojo lo resuelvo conmigo mismo o con la otra persona fuera de la cancha”, esgrimió.
El Dato
Jorge Alberto “El Mágico” González Barillas es el ídolo máximo del fútbol salvadoreño, como Maradona y Messi en la Argentina. Triunfó en el Cadiz de España e integró la selección salvadoreña en el Mundial de El Salvador, cuando la selección centro americana compartió el grupo con Argentina, que le ganó 2-0.
Pero los centroamericanos sufrieron la peor goleada en la historia de los mundiales ante Hungría, por 10-1, lo que le valió hechos de violencia contra el arquero Hugo Ricardo Guevara, al que le balearon su casa de El Salvador, después de haber sido el héroe en las eliminatorias en la que “La Selecta” eliminó al México del famoso delantero Hugo Sánchez.
La primera vez en el Mundial fue en 1970, cuando El Salvador eliminó a Honduras y desató la denominada Guerra del Fútbol, porque muchos salvadoreños que trabajaban en el país vecino festejaron ese triunfo y fueron echados de manera violenta por el gobierno hondureño, lo que provocó la reacción armado del estado salvadoreño.
El Salvador viene de jugar la Copa de Oro de la Concacaf después de ascender de la “B” de las eliminatorias centro americanas, los que le permitirá jugar las próximas eliminatorias mundialistas. Como la próxima cita será en Estados Unidos, Canadá y México, habrá otras plazas disponibles.