Según señaló en declaraciones televisivas, la mujer vio el hecho y recordó el desesperado pedido que hicieron los pilotos del avión.
En este caso, Narcisa, es la dueña de la casa en la que se incrustó el avión privado, un Challenger 300 que llegaba desde Punta del Este y, por los graves daños, su hogar ahora tiene orden de demolición.
Asimismo, la vecina contó que vio cómo el avión "agarró el árbol" y de ahí "fue bajando despacito en su vereda" hasta chocar contra su casa e incendiarse.
Luego relató que la aleta del avión pasó a pocos metros de su cara y afirmó que desde adentro de la aeronave salían "gritos desgarradores" que "se escuchaban a una cuadra" como "sacáme de acá por favor".
La mujer precisó que la explosión de la aeronave "no fue tan fuerte" y que recién se alejó cuando el fuego y el humo la obligaron.
Por otro lado, comentó las últimas maniobras de los pilotos, que dejaron frenar el aparato e impedir que impacte de lleno en su casa.
Por último, exclamó: "Estoy bien, gracias a Dios estoy fuerte".
La mujer manejaba un pequeño almacén en su casa y ahora se quedó sin hogar y sin trabajo.
Según señaló en declaraciones televisivas, la mujer vio el hecho y recordó el desesperado pedido que hicieron los pilotos del avión.
En este caso, Narcisa, es la dueña de la casa en la que se incrustó el avión privado, un Challenger 300 que llegaba desde Punta del Este y, por los graves daños, su hogar ahora tiene orden de demolición.
Asimismo, la vecina contó que vio cómo el avión "agarró el árbol" y de ahí "fue bajando despacito en su vereda" hasta chocar contra su casa e incendiarse.
Luego relató que la aleta del avión pasó a pocos metros de su cara y afirmó que desde adentro de la aeronave salían "gritos desgarradores" que "se escuchaban a una cuadra" como "sacáme de acá por favor".
La mujer precisó que la explosión de la aeronave "no fue tan fuerte" y que recién se alejó cuando el fuego y el humo la obligaron.
Por otro lado, comentó las últimas maniobras de los pilotos, que dejaron frenar el aparato e impedir que impacte de lleno en su casa.
Por último, exclamó: "Estoy bien, gracias a Dios estoy fuerte".
La mujer manejaba un pequeño almacén en su casa y ahora se quedó sin hogar y sin trabajo.