Limpiaba el piso en un banco, encontró una bolsa con dólares y la devolvió

La heroína es Verónica Hernández, empleada de limpieza de una sucursal del Banco Galicia de Comodoro Rivadavia. El miércoles en la hora pico, mientras limpiaba, vio un sobre con dólares tirado en el piso entre la gente. El desenlace es increíble

08 AGO 2024 - 20:11 | Actualizado 08 AGO 2024 - 21:18

Era una mañana de miércoles repleta de gente en el Banco Galicia de Comodoro Rivadavia. Verónica Hernández, que hace cinco años que trabaja allí, estaba limpiando el piso cuando vio una bolsa transparente con dólares.

La mujer se agachó a recogerlo, vio los dólares dentro, pasó delante de la cámara que quedaran registrados sus movimientos, le golpeó la puerta al gerente y se lo entregó en mano.

Verónica recordó que hacía un rato un hombre había entrado con un sobre de similares características, lo reconocieron y lo llamaron de inmediato.

Esta persona, un médico pediatra comodorense, tardó unos minutos en llegar y cuando la vio a la empleada, la abrazó, y entre lágrimas, emocionado, le dijo: “en estos días estas cosas no suceden”.

“El señor no lo podía creer, estaba agradecido con el banco y con mi persona”, contó Verónica en diálogo con La Posta Comodorense, satisfecha por la buena acción realizada y feliz además porque acaba de ser abuela.

El hombre, además, tuvo la suerte de que ninguno de los clientes que iban y venían esa mañana, cerca de las diez, reparara en ese dinero que estaba al alcance de cualquiera.

La mujer contó que es la primera vez que encuentra semejante monto tirado y cuando lo recogió lo primero que hizo fue pensar en los valores que le inculcaron, en sus cuatro hijos y se puso en el lugar de este médico.

Al parecer, el hombre no se había percatado que no tenía el dinero y había ido a otro banco cuando recibió el llamado inesperado, que le trajo alivio y le alegró el día.

“Lo hice por mis valores”, dijo Verónica que comentó que crio sola a sus cuatro hijos, hoy rondan los veinte años, y además acaba de ser abuela de una nena.

“Tengo salud y trabajo, eso es lo que valoro”, comentó la empleada del banco que no espera ninguna retribución por su buena acción, pero aun así la vida la sorprendió.

El pediatra, más agradecido, se ofreció a atender a su nieta sin costo alguno.

“Hay gente que me dijo yo no lo entregaría”, admite Verónica, pero ella está feliz y no se arrepiente de nada.

08 AGO 2024 - 20:11

Era una mañana de miércoles repleta de gente en el Banco Galicia de Comodoro Rivadavia. Verónica Hernández, que hace cinco años que trabaja allí, estaba limpiando el piso cuando vio una bolsa transparente con dólares.

La mujer se agachó a recogerlo, vio los dólares dentro, pasó delante de la cámara que quedaran registrados sus movimientos, le golpeó la puerta al gerente y se lo entregó en mano.

Verónica recordó que hacía un rato un hombre había entrado con un sobre de similares características, lo reconocieron y lo llamaron de inmediato.

Esta persona, un médico pediatra comodorense, tardó unos minutos en llegar y cuando la vio a la empleada, la abrazó, y entre lágrimas, emocionado, le dijo: “en estos días estas cosas no suceden”.

“El señor no lo podía creer, estaba agradecido con el banco y con mi persona”, contó Verónica en diálogo con La Posta Comodorense, satisfecha por la buena acción realizada y feliz además porque acaba de ser abuela.

El hombre, además, tuvo la suerte de que ninguno de los clientes que iban y venían esa mañana, cerca de las diez, reparara en ese dinero que estaba al alcance de cualquiera.

La mujer contó que es la primera vez que encuentra semejante monto tirado y cuando lo recogió lo primero que hizo fue pensar en los valores que le inculcaron, en sus cuatro hijos y se puso en el lugar de este médico.

Al parecer, el hombre no se había percatado que no tenía el dinero y había ido a otro banco cuando recibió el llamado inesperado, que le trajo alivio y le alegró el día.

“Lo hice por mis valores”, dijo Verónica que comentó que crio sola a sus cuatro hijos, hoy rondan los veinte años, y además acaba de ser abuela de una nena.

“Tengo salud y trabajo, eso es lo que valoro”, comentó la empleada del banco que no espera ninguna retribución por su buena acción, pero aun así la vida la sorprendió.

El pediatra, más agradecido, se ofreció a atender a su nieta sin costo alguno.

“Hay gente que me dijo yo no lo entregaría”, admite Verónica, pero ella está feliz y no se arrepiente de nada.


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