¡Agarráte que viene UBER!

- Por Esteban Gallo

Con una serie de frases pomposas la empresa UBER anunció que desde esta semana ya funciona en Puerto Madryn.

Según informa en su plataforma, más de 500.000 personas ya han generado ganancias manejando con la APP de la empresa y más de 10 millones de usuarios eligieron la aplicación para moverse.

Incluso aclara que los taxistas también podrán manejar con la aplicación del servicio de transporte, como lo hacen más de 11 mil individuos en distintos puntos del país.

UBER es uno de esos tanques que se mueven por el mundo sin que nadie pueda detenerlos, llevándose por delante normas municipales, resoluciones del Concejo Deliberante y presentaciones legales de asociaciones de taxis y remises.

En Madryn, hay una ordenanza que taxativamente prohíbe el desembarco de UBER en la ciudad y en mayo pasado cuando a instancias del concejal Pereira de Juntos por el Cambio se planteó la posibilidad de derogarla, los ediles decidieron por unanimidad que el proyecto permanezca en comisión.

En síntesis, no hay vacíos legales, no hay grises en las normas vigentes y UBER es un servicio de transporte ilegal, mire por donde se lo mire.

A principios de este año se hicieron algunos controles en Buenos Aires en supuestas oficinas de UBER y se encontraron con un representante legal de la aplicación quien admitió que no registra actividad en el país, no tiene empleados, ni oficinas, ni libros comerciales o laborales. Tampoco poseen choferes dependientes, ni parque automotor, ni están vinculados a monotributistas. Es decir, estamos en presencia de una empresa fantasma que está presente en el país ilegalmente, sin declaración de CUIT ni pago de impuestos, aportes y contribuciones.

Esto es algo que deben saber los ciudadanos, sobre todo cuando se sienten tentados a pensar que está bueno tener un servicio más económico.

Pero el punto es cómo y porqué brindan un servicio más barato. Lo hacen ejerciendo una competencia totalmente desleal, sin pagar un solo impuesto, sin asumir contratos sociales, sin presentar un recibo de haberes, ni nóminas de vehículos, ni contratos de locación, ni formularios de personal de AFIP, ni libros contables, ni constancias de pago de monotributos.

Me refiero a una decena de impuestos que cualquier comerciante, empresario pyme o emprendedor paga religiosamente mes a mes. Pero mientras el que trabaja cuidándose de tener todo en regla, cumple con las pautas legales establecidas, aparece una sociedad internacional con sede en San Francisco, California, que se instala en nuestras ciudades sin cumplir con ninguna obligación.

Hagamos el ejercicio empático de ponernos en el lugar de un taxista o remisero. Si usted es dueño de una carnicería, un kiosco, una tienda, una agencia de viaje, o lo que sea, ¿le gustaría que de un día para el otro las autoridades avalaran la instalación de un comercio del mismo rubro, sin exigirle el pago de ingresos brutos, ni habilitación comercial, ni ninguno de todos los impuestos que usted tiene que pagar para tener abierto su local?

Edgar Sandanella, titular de la Asociación de Taxis afirmó ayer en nuestro programa que los taxistas están tranquilos porque con las multas que van a tener que pagar los vehículos que salen a la calle no les va a dar ganas de hacerlo dos veces. La sanción pecuniaria ronda los 8 millones y medio de pesos.

Dicho de esta manera parecería que solo un conductor muy temerario se animaría andar por la calle sin autorización. Sin embargo, dependerá de la cantidad de inspectores con los que cuente el municipio, de la asiduidad con la que se realicen los operativos y las estrategias que se lleven adelante. La experiencia en el mundo ha demostrado que cuando el Estado, que es el que debe ejercer el poder de control, se relaja o baja los brazos, UBER acelera y te pasa por arriba.