Este lunes, las juezas Yamila Flores, Eve Ponce y María Tolomei decidieron por unanimidad absolver al guardafauna Roberto Bubas, acusado de haber amenazado, golpeado y causado lesiones graves a su expareja, María Luján Pérez Terrone. La fiscal del caso, Zulma Manllauix, criticó que “no hubo perspectiva de género, a la víctima no se le creyó”.
La funcionaria aseguró en diálogo con Mañana G de Cadena Tiempo que impugnará el fallo emitido porque, a su criterio, el delito se juzgó sin perspectiva de género. “Nosotros partimos de la base de creerle a la víctima lo que venía a denunciar y en eso consiste la perspectiva de género. Entiendo que las magistradas partieron de la base de la presunción de inocencia que debía ser desvirtuada en un cien por ciento. Cuestionando la credibilidad de la víctima, llegaron a esta absolución”.
Para Manlluix, “no creerle a la víctima es sorprendente”, y enumeróluego la cantidad de evidencia que presentaron ante el tribunal como testigos de oídas y exámenes médicos. Incluso, agregó, “fue citado el psicólogo que la trataba desde el día del hecho y que diagnosticó él estrés postraumático que le había generado esta situación. Así todo no fue suficiente para darle credibilidad al testimonio de la víctima, ni todos los testigos de oídas”, remarcó.
Respecto a las heridas de la víctima, contó que “desde el primer momento que me entreviste con ella me preguntó si le veía la cara y los ojos iguales, y cuando le dije que no se largó a llorar. Las lesiones graves estaban acreditadas por dos médicos forenses, y las lesiones leves estaban acreditadas por cinco médicos”.
“Voy a esperar los fundamentos de la sentencia, pero no sé cómo lo van a hacer porque cuatro médicos como mínimo certificaron estas lesiones. La víctima se fue del departamento del imputado derecho a la comisaría a denunciar”, por lo que no podrían “haberle aparecido esas heridas en diez minutos”.
Por otro lado, la fiscal apuntó a que, aunque el tribunal estaba compuesto por mujeres, “no hubo perspectiva de género. A veces somos nosotras mismas más exigentes con una mujer que los propios hombres”.
Maltrato a su hijo en común menor de edad
Dentro de la causa, se mencionó que el hijo que Bubas y Terrone tienen en conjunto habría sido víctima de maltrato. Sobre esto, Manlluix comentó que “tuve una visión completamente distinta de lo que evaluó el tribunal. Muy claramente la doctora Gladys Olavarría dijo que esto se trataba de violencia de género vicaria, es decir utilizar al menor para controlar todo el tiempo a la mujer, para no dejarla salir de casa, para ingresar a la casa sin permiso, para ir a la casa de la nueva pareja de la exmujer”.
“El maltrato que se habló del niño estuvo totalmente descartado desde el inicio. Las propias operadoras que las llevó para declarar y, supuestamente, acreditar este maltrato, referenciaron una única situación cuando ella (la denunciante) estaba desbordada emocionalmente y fue una cachetada en un episodio en el que el nene le pegó en la cabeza. No me parece que haya llegado al punto de utilizar ese episodio para armar toda una historia completamente distinta a la que postulamos desde la Fiscalía”.
Fijar un precedente
Para la fiscal, el hecho de que el tribunal no haya fallado a favor de la víctima “fija un precedente muy fuerte” para todos los demás casos en los que las mujeres que denuncien violencia de género, tengan miedo a declarar ante la posibilidad de que no les crean su testimonio.
Este lunes, las juezas Yamila Flores, Eve Ponce y María Tolomei decidieron por unanimidad absolver al guardafauna Roberto Bubas, acusado de haber amenazado, golpeado y causado lesiones graves a su expareja, María Luján Pérez Terrone. La fiscal del caso, Zulma Manllauix, criticó que “no hubo perspectiva de género, a la víctima no se le creyó”.
La funcionaria aseguró en diálogo con Mañana G de Cadena Tiempo que impugnará el fallo emitido porque, a su criterio, el delito se juzgó sin perspectiva de género. “Nosotros partimos de la base de creerle a la víctima lo que venía a denunciar y en eso consiste la perspectiva de género. Entiendo que las magistradas partieron de la base de la presunción de inocencia que debía ser desvirtuada en un cien por ciento. Cuestionando la credibilidad de la víctima, llegaron a esta absolución”.
Para Manlluix, “no creerle a la víctima es sorprendente”, y enumeróluego la cantidad de evidencia que presentaron ante el tribunal como testigos de oídas y exámenes médicos. Incluso, agregó, “fue citado el psicólogo que la trataba desde el día del hecho y que diagnosticó él estrés postraumático que le había generado esta situación. Así todo no fue suficiente para darle credibilidad al testimonio de la víctima, ni todos los testigos de oídas”, remarcó.
Respecto a las heridas de la víctima, contó que “desde el primer momento que me entreviste con ella me preguntó si le veía la cara y los ojos iguales, y cuando le dije que no se largó a llorar. Las lesiones graves estaban acreditadas por dos médicos forenses, y las lesiones leves estaban acreditadas por cinco médicos”.
“Voy a esperar los fundamentos de la sentencia, pero no sé cómo lo van a hacer porque cuatro médicos como mínimo certificaron estas lesiones. La víctima se fue del departamento del imputado derecho a la comisaría a denunciar”, por lo que no podrían “haberle aparecido esas heridas en diez minutos”.
Por otro lado, la fiscal apuntó a que, aunque el tribunal estaba compuesto por mujeres, “no hubo perspectiva de género. A veces somos nosotras mismas más exigentes con una mujer que los propios hombres”.
Maltrato a su hijo en común menor de edad
Dentro de la causa, se mencionó que el hijo que Bubas y Terrone tienen en conjunto habría sido víctima de maltrato. Sobre esto, Manlluix comentó que “tuve una visión completamente distinta de lo que evaluó el tribunal. Muy claramente la doctora Gladys Olavarría dijo que esto se trataba de violencia de género vicaria, es decir utilizar al menor para controlar todo el tiempo a la mujer, para no dejarla salir de casa, para ingresar a la casa sin permiso, para ir a la casa de la nueva pareja de la exmujer”.
“El maltrato que se habló del niño estuvo totalmente descartado desde el inicio. Las propias operadoras que las llevó para declarar y, supuestamente, acreditar este maltrato, referenciaron una única situación cuando ella (la denunciante) estaba desbordada emocionalmente y fue una cachetada en un episodio en el que el nene le pegó en la cabeza. No me parece que haya llegado al punto de utilizar ese episodio para armar toda una historia completamente distinta a la que postulamos desde la Fiscalía”.
Fijar un precedente
Para la fiscal, el hecho de que el tribunal no haya fallado a favor de la víctima “fija un precedente muy fuerte” para todos los demás casos en los que las mujeres que denuncien violencia de género, tengan miedo a declarar ante la posibilidad de que no les crean su testimonio.