Editorial / Cheque en blanco

El presidente Milei en el G7. Manos libres para destruir el Estado.
15 JUN 2024 - 12:33 | Actualizado 15 JUN 2024 - 12:57

Al fin. Con el apoyo de los “dialoguistas” y de los gobernadores, entre ellos varios de los patagónicos que hace tres meses firmaban notas rebeldes contra el Gobierno libertario y ahora se alinearon en pos de un “beneficio colectivo” que nadie puede detectar ni precisar (aportaron siete senadores que fueron clave), Javier Milei obtuvo sus dos primeras leyes y dará rienda suelta a su fantasía cuasi sexual de detonar el Estado argentino desde adentro.

Explicar a esta altura los perjuicios que causarán la Ley Bases y el paquete fiscal parece una pérdida de tiempo. Lo que no se puede dejar pasar es la peligrosa delegación de facultades que hicieron 35 senadores (entre ellos las chubutenses Andrea Cristina y Edith Terenzi), que son el verdadero mal.

Haberle dado a Milei este “superpoder” que le permitirá al Poder Ejecutivo realizar reformas sin la intervención del Congreso no es un tiro en un pie: son dos tiros, uno en cada pie.

Milei podrá desde ahora legislar en asuntos administrativos, económicos, financieros y energéticos, según el artículo 2 de la Ley Bases. Que lo deba hacer, en teoría, bajo la “supervisión” del Congreso, que debería proteger los principios democráticos, constitucionales (y coso) que sustentan el sistema político argentino, es de una ingenuidad pocas veces vistas. Es cierto que desde Eduardo Duhalde, pasando por Néstor y Cristina Kirchner, e incluyendo a Mauricio Macri y Alberto Fernández, han tenido facultades delegadas. Pero ninguno, ni siquiera el maquiavélico empresario de origen calabrés, tuvo facultades tan amplias como las que le delegaron al libertario. Ni tampoco ninguno representaba un peligro tal para la democracia como Milei.

Que Dios y la Patria os lo demanden…

Los senadores que le dieron su apoyo, meros brazos ejecutores de los gobernadores que canjearon voluntades por obras públicas, deberían rendir cuentas en algún momento. Sobre todo cuando la cosa empeore y ya no alcance con culpar al peronismo por todos los males de la Argentina.

La delegación legislativa con la que beneficiaron a Milei es unahabilitación excepcional para que ejerza (en principio, por un año, pero puede ser prorrogable) algunas de las facultades legislativas que la Constitución otorga al Poder Legislativo.

Treinta y cinco a treinta y cinco. Dos senadoras de Chubut entre los apoyos.


Durante un año, Milei tendrá la facultad de “legislar” a gusto y piacere en materias administrativa, económica, financiera y energética. Apenas con su firma y la del jefe de Gabinete, Guillermo Francos (el que negoció con los gobernadores), podrá ejercer funciones legislativasa través de decretos delegados. Para muchos, en manos de una persona que advirtió que se siente un “topo” que va a destruir al Estado desde adentro, esto puede significar una violenta reforma constitucional encubierta. Cuando alguien lo quiera parar, puede ser tarde.

La última instancia para resguardar el orden constitucional podría ser la Corte Suprema. Sí, la actual Corte Suprema. Caso perdido.

Pichichi agradecido

Durante la visita del ministro de Turismo a Chubut, el ahora libertario Daniel Scioli, quedó clara la importancia del apoyo que el gobernador Nacho Torres dio para que la Ley Bases saliera. No fue una novedad, porque Torres venía asegurando hace tiempo que la norma iba a salir, pero que haya sido tan apretado el resultado puso en valor para el Gobierno el apoyo del chubutense.

Scioli no tuvo empacho en usar una visita oficial para agradecerle a Nacho el apoyo para que Ley Bases y el paquete fiscal salieran, y de alguna manera disparó todo tipo de especulaciones sobre cómo podrían influir en Chubut algunos de los puntos centrales, como el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).

Agradecimiento. Scioli se lo dio a Torres el jueves en Madryn.


De entrada nomás, el RIGI terminará siendo una tromba que arrase con todas las facultades de autodeterminación que tienen las provincias. Más allá de la buena voluntad para ver de color celeste un cielo que asusta por los nubarrones, y de que la dirigencia política y empresaria de Chubut haya asimilado casi mansamente que las inversiones que llegarán tendrá en cuenta a los chubutenes a la hora del reparto, nada de lo que pueda surgir del RIGI va a terminar siendo un beneficio para los intereses provinciales. Ni en la cuestión económica ni en la ambiental.

No aclares que oscurece

Las luces de alerta que se encendieron en buena parte de la sociedad obligaron a que el viernes pasado el hasta ahora silencioso ministro de Hidrocarburos de Chubut, Federico Ponce, saliera a asegurar que las especulaciones sobre la megaminería “son desatinadas y malintencionadas”. Otra vez se hizo carne el viejo dicho que sostiene: “No aclares que oscurece.”

Desde Houston, en el estado de Texas (Estados Unidos), donde fue a un evento petrolero invitado por la Cámara de Comercio de EE.UU. en Argentina (AmCham), que incluyó una foto turística frente a la Casa Blanca en Washington, Ponce reinstaló el debate minero sin que hasta ahora se hubiera hablado demasiado del tema. En una clara “mala praxis” comunicacional, el ministro recordó lo que parecía obvio pero que ahora, RIGI y facultades delegadas mediantes, entró en un cono de dudas: “La Ley N° 5.001 está vigente en la provincia y el gobernador ha manifestado en más de una oportunidad que en Chubut no hay licencia social para la megaminería”.

Símbolo. Ponce junto funcionarios y legisladores argentinos con la Casa Blanca de fondo.


Ponce tuvo que salir porque una extensa resolución publicada en el Boletín Oficial mediante la cual se adjudica una mina vacante de uranio y molibdeno causó escozor entre los que no suelen leer el Boletín Oficial y desconocen que los protocolos de descubrimiento abundan, sin que eso signifique una explotación en marcha.

“La versión que se expone es bastante catastrófica, desatinada y malintencionada”, aseguró Ponce, que sin embargo abrió la puerta a que el RIGI atraiga las megainversiones que financien “las líneas que necesitamos para llevar la energía eólica, que son obras que demandan 2.000 millones de dólares, por lo que este régimen puede dinamizar mucho el sector”, se entusiasmó.

Cómo piensan frenar a Milei con sus facultades delegadas y a las empresas extranjeras que harán valer los derechos que les otorga el RIGI es una duda por ahora existencial.

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El presidente Milei en el G7. Manos libres para destruir el Estado.
15 JUN 2024 - 12:33

Al fin. Con el apoyo de los “dialoguistas” y de los gobernadores, entre ellos varios de los patagónicos que hace tres meses firmaban notas rebeldes contra el Gobierno libertario y ahora se alinearon en pos de un “beneficio colectivo” que nadie puede detectar ni precisar (aportaron siete senadores que fueron clave), Javier Milei obtuvo sus dos primeras leyes y dará rienda suelta a su fantasía cuasi sexual de detonar el Estado argentino desde adentro.

Explicar a esta altura los perjuicios que causarán la Ley Bases y el paquete fiscal parece una pérdida de tiempo. Lo que no se puede dejar pasar es la peligrosa delegación de facultades que hicieron 35 senadores (entre ellos las chubutenses Andrea Cristina y Edith Terenzi), que son el verdadero mal.

Haberle dado a Milei este “superpoder” que le permitirá al Poder Ejecutivo realizar reformas sin la intervención del Congreso no es un tiro en un pie: son dos tiros, uno en cada pie.

Milei podrá desde ahora legislar en asuntos administrativos, económicos, financieros y energéticos, según el artículo 2 de la Ley Bases. Que lo deba hacer, en teoría, bajo la “supervisión” del Congreso, que debería proteger los principios democráticos, constitucionales (y coso) que sustentan el sistema político argentino, es de una ingenuidad pocas veces vistas. Es cierto que desde Eduardo Duhalde, pasando por Néstor y Cristina Kirchner, e incluyendo a Mauricio Macri y Alberto Fernández, han tenido facultades delegadas. Pero ninguno, ni siquiera el maquiavélico empresario de origen calabrés, tuvo facultades tan amplias como las que le delegaron al libertario. Ni tampoco ninguno representaba un peligro tal para la democracia como Milei.

Que Dios y la Patria os lo demanden…

Los senadores que le dieron su apoyo, meros brazos ejecutores de los gobernadores que canjearon voluntades por obras públicas, deberían rendir cuentas en algún momento. Sobre todo cuando la cosa empeore y ya no alcance con culpar al peronismo por todos los males de la Argentina.

La delegación legislativa con la que beneficiaron a Milei es unahabilitación excepcional para que ejerza (en principio, por un año, pero puede ser prorrogable) algunas de las facultades legislativas que la Constitución otorga al Poder Legislativo.

Treinta y cinco a treinta y cinco. Dos senadoras de Chubut entre los apoyos.


Durante un año, Milei tendrá la facultad de “legislar” a gusto y piacere en materias administrativa, económica, financiera y energética. Apenas con su firma y la del jefe de Gabinete, Guillermo Francos (el que negoció con los gobernadores), podrá ejercer funciones legislativasa través de decretos delegados. Para muchos, en manos de una persona que advirtió que se siente un “topo” que va a destruir al Estado desde adentro, esto puede significar una violenta reforma constitucional encubierta. Cuando alguien lo quiera parar, puede ser tarde.

La última instancia para resguardar el orden constitucional podría ser la Corte Suprema. Sí, la actual Corte Suprema. Caso perdido.

Pichichi agradecido

Durante la visita del ministro de Turismo a Chubut, el ahora libertario Daniel Scioli, quedó clara la importancia del apoyo que el gobernador Nacho Torres dio para que la Ley Bases saliera. No fue una novedad, porque Torres venía asegurando hace tiempo que la norma iba a salir, pero que haya sido tan apretado el resultado puso en valor para el Gobierno el apoyo del chubutense.

Scioli no tuvo empacho en usar una visita oficial para agradecerle a Nacho el apoyo para que Ley Bases y el paquete fiscal salieran, y de alguna manera disparó todo tipo de especulaciones sobre cómo podrían influir en Chubut algunos de los puntos centrales, como el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).

Agradecimiento. Scioli se lo dio a Torres el jueves en Madryn.


De entrada nomás, el RIGI terminará siendo una tromba que arrase con todas las facultades de autodeterminación que tienen las provincias. Más allá de la buena voluntad para ver de color celeste un cielo que asusta por los nubarrones, y de que la dirigencia política y empresaria de Chubut haya asimilado casi mansamente que las inversiones que llegarán tendrá en cuenta a los chubutenes a la hora del reparto, nada de lo que pueda surgir del RIGI va a terminar siendo un beneficio para los intereses provinciales. Ni en la cuestión económica ni en la ambiental.

No aclares que oscurece

Las luces de alerta que se encendieron en buena parte de la sociedad obligaron a que el viernes pasado el hasta ahora silencioso ministro de Hidrocarburos de Chubut, Federico Ponce, saliera a asegurar que las especulaciones sobre la megaminería “son desatinadas y malintencionadas”. Otra vez se hizo carne el viejo dicho que sostiene: “No aclares que oscurece.”

Desde Houston, en el estado de Texas (Estados Unidos), donde fue a un evento petrolero invitado por la Cámara de Comercio de EE.UU. en Argentina (AmCham), que incluyó una foto turística frente a la Casa Blanca en Washington, Ponce reinstaló el debate minero sin que hasta ahora se hubiera hablado demasiado del tema. En una clara “mala praxis” comunicacional, el ministro recordó lo que parecía obvio pero que ahora, RIGI y facultades delegadas mediantes, entró en un cono de dudas: “La Ley N° 5.001 está vigente en la provincia y el gobernador ha manifestado en más de una oportunidad que en Chubut no hay licencia social para la megaminería”.

Símbolo. Ponce junto funcionarios y legisladores argentinos con la Casa Blanca de fondo.


Ponce tuvo que salir porque una extensa resolución publicada en el Boletín Oficial mediante la cual se adjudica una mina vacante de uranio y molibdeno causó escozor entre los que no suelen leer el Boletín Oficial y desconocen que los protocolos de descubrimiento abundan, sin que eso signifique una explotación en marcha.

“La versión que se expone es bastante catastrófica, desatinada y malintencionada”, aseguró Ponce, que sin embargo abrió la puerta a que el RIGI atraiga las megainversiones que financien “las líneas que necesitamos para llevar la energía eólica, que son obras que demandan 2.000 millones de dólares, por lo que este régimen puede dinamizar mucho el sector”, se entusiasmó.

Cómo piensan frenar a Milei con sus facultades delegadas y a las empresas extranjeras que harán valer los derechos que les otorga el RIGI es una duda por ahora existencial.


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