Editorial / Imágenes del naufragio

El presidente Milei se vanagloria del "déficit cero" pero la economía se hunde. Las excentricidades y comportamientos psicopáticos de un jefe de Estado que parece más interesado en viajar que en gobernar.

La economía no da señales pero Milei profundiza el ajuste.
08 JUN 2024 - 12:41 | Actualizado 08 JUN 2024 - 22:00

La gestión de Javier Milei se puede dividir entre lo que él y su equipo dicen que están haciendo y lo que buena parte de la sociedad siente que están destruyendo. En el medio, la armada mediática que ayuda a construir el relato libertario trata de disimular las excentricidades y los comportamientos psicopáticos de un jefe de Estado que parece más interesado en viajar y defenestrar todo lo que mínimamente se le opone, que en gobernar.

El descalabro económico y financiero que dice haber heredado lo viene agravando a una velocidad inusitada con decisiones que hasta el coro estable de economistas ultraliberales empiezan a cuestionar. Lo que será la gestión de Milei para que estos habituales encantadores de serpientes salgan a despegarse y a advertir que la pared está muy cerca y que más allá no hay más que un abismo.

Números del desastre

Para un “experto en crecimiento económico sin dinero”, como se vende Milei mientras su mayor preocupación parece ser esconder su papada en las fotos, los números que resultan de sus seis meses de gestión son como un puñal que se hunde en su ego.

Mientras tanto, se oculta detrás de mensajes esotéricos (llegó a decir hace pocos días “vengo de un futuro apocalíptico a salvar a la gente del socialismo”, y hasta se comparó con ¡Terminator!) e inunda sus exposiciones públicas de datos e interpretaciones económicas que algunos se animan a calificar como poco menos que chantadas.

Según un informe publicado esta semana por la ONG Chequeado, que se dedica a verificar los discursos públicos y que nadie puede calificar como “kirchnerista”, ni mucho menos, en junio de 2024, último mes con datos, la jubilación mínima alcanzó los $ 276.932 con bono incluido. Esto representa una caída real (es decir, considerando la inflación) de 17,5% con respecto a igual mes del año pasado, y de 9% en relación a diciembre de 2023, el último mes del gobierno de Alberto Fernández.

En mayo, el salario mínimo fue de $ 234.315, lo que representa una caída real (considerando la inflación) de 29% con respecto a igual mes del año pasado, y de 15% en relación a diciembre de 2023, el último mes del gobierno anterior.

¿Más? Con datos a marzo de este año, el salario registrado fue de $ 705.833 en promedio. Esto representa una caída real de 24% con respecto a igual mes del año pasado, y de 4% en relación a diciembre de 2023.

También el consumo muestra datos incontrastables del derrumbe que comenzó y se agravará: según relevó Chequeado, el dato más reciente hasta el momento de la gestión de Milei muestra que el consumo de leche fue de 159,5 litros por habitante en el primer cuatrimestre de 2024, lo que representa una caída de 17,6% con respecto al mismo período de 2023, y es el piso de la serie si se miran los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández.

Y en abril, el consumo de carne por habitante llegó a 49 kilos y registró una caída del 6% respecto de 2023. También cayeron las ventas de electrodomésticos a un total de $ 193.890 millones en marzo de 2024, lo que equivale a una caída de 47% con respecto al mismo mes de 2023, y es comparable con los meses de 2020 cuando la Argentina atravesaba la pandemia de COVID-19 y la gente tenía restricciones para salir de sus casas.

Aún con estos números del consumo en caída libre -que se repiten en casi todos los rubros-, la inflación no baja al ritmo que el Gobierno desearía. Apenas si empezó a ceder pero sólo porque el consumo cae a límites históricos y, además, porque el ministro de Economía -y “rockstar”, según Milei-, “Toto” Caputo, ha demorado la implementación de los tarifazos de algunos servicios públicos.

Así y todo, la cifra de marzo dio 8,8% y la de abril, que se conocerá el próximo 13 de junio, no será inferior al 5%. Los relatores mediáticos del Gobierno tratarán de vender este número como un “éxito”, pero apenas será un dibujo porque la cifra sería mucho mayor (inclusive que la de marzo) si los aumentos de tarifas que ahora están frenados, estuvieran vigentes.

Más temprano que tarde, Caputo liberará los tarifazos y la crisis será más profunda.

Toma y daca

Apretados por la coyuntura económica y financiera, algunos integrantes del Gobierno nacional tratan de armar un escenario político que les permita tomar un poco de oxígeno para mantenerse a flote. Pero cuando las cosas parecen empezar a acomodarse mínimamente, Milei se encarga de patear el tablero y pisar a los opositores y “dialoguistas” con la pasión de Nerón antes de iniciar el incendio de Roma.

Les viene ocurriendo con la Ley Bases y el paquete fiscal, que si bien lograron hacerlo pasar con creces en Diputados, ahora enfrentan un duro escollo en el Senado, en donde el poder de los gobernadores es más influyente. No son pocos los que dicen que ambas leyes van a salir, pero el poncho no aparece.

Los esfuerzos del nuevo jefe de Gabinete, Guillermo Francos, por cerrar frentes con los gobernadores para allanar el camino en el Senado, se chocó la semana pasada con una inesperada alianza entre el bloque de la UCR, el de Unión por la Patria, el de Miguel Pichetto y otros pequeños grupos provinciales, que le voltearon el dictamen de mayoría al oficialismo e impusieron su propio proyecto de movilidad jubilatoria. Francos había dado un paso al frente pero ya tuvo que retroceder dos.

Así y todo, sigue firmando acuerdos con las provincias para reactivar obras públicas frenadas. A Nacho Torres le tocó pasar la semana pasada por el despacho de Francos y se trajo el compromiso de reactivar 17 obras por unos $ 150.000 millones que, aseguran, serán financiados por el Gobierno nacional. ¿Milei sostendrá el compromiso firmado por Francos? Misterio.

Choque los cinco. Torres y Francos, un acuerdo por la obra pública.

Pero la relación con las provincias también está atravesada por datos numéricos que hacen poner en duda lo que se firma en un papel. Por ejemplo, las transferencias para financiar obras públicas, una de las subcategorías de lo que se conocen como “transferencias no automáticas” (otros las denominan discrecionales) se redujeron de $ 98.379 millones a $ 8.046 millones. Dentro de estos gastos, los principales recortes recayeron en los fondos para obras de saneamiento (-91,4%); construcción de obras viales provinciales (-100%); y asistencia financiera a provincias y municipios (-100%). Chubut es la “menos perjudicada”: claro, al lado del resto, la caída de ingresos no automáticos de 65,7% parece un logro. Pero no lo es.

Para los fiscalistas se trata de una caída nunca antes vista. Y si bien las transferencias no automáticas suelen ser discrecionales, muchas de ellas están ajustadas a criterios establecidos, como el Fondo de Incentivo Docente (FONID), distintos programas de salud y, por supuesto, obra pública, entre otros.

En el otro extremo, según el informe de la Oficina del Presupuesto del Congreso (OPC), las transferencias automáticas muestran una reducción de 19% en promedio. En este rubro, Chubut figura en el lote de las más perjudicadas con una caída de 19,1%, sólo superada por la Provincia de Buenos Aires (-20,5%).

De acuerdo con un trabajo del Centro de Economía Argentina (CEPA), estas fuertes reducciones de los recursos provinciales, y en particular los coparticipables, tienen una sola explicación: la recesión económica que está en marcha.

Dato mata relato.

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La economía no da señales pero Milei profundiza el ajuste.
08 JUN 2024 - 12:41

La gestión de Javier Milei se puede dividir entre lo que él y su equipo dicen que están haciendo y lo que buena parte de la sociedad siente que están destruyendo. En el medio, la armada mediática que ayuda a construir el relato libertario trata de disimular las excentricidades y los comportamientos psicopáticos de un jefe de Estado que parece más interesado en viajar y defenestrar todo lo que mínimamente se le opone, que en gobernar.

El descalabro económico y financiero que dice haber heredado lo viene agravando a una velocidad inusitada con decisiones que hasta el coro estable de economistas ultraliberales empiezan a cuestionar. Lo que será la gestión de Milei para que estos habituales encantadores de serpientes salgan a despegarse y a advertir que la pared está muy cerca y que más allá no hay más que un abismo.

Números del desastre

Para un “experto en crecimiento económico sin dinero”, como se vende Milei mientras su mayor preocupación parece ser esconder su papada en las fotos, los números que resultan de sus seis meses de gestión son como un puñal que se hunde en su ego.

Mientras tanto, se oculta detrás de mensajes esotéricos (llegó a decir hace pocos días “vengo de un futuro apocalíptico a salvar a la gente del socialismo”, y hasta se comparó con ¡Terminator!) e inunda sus exposiciones públicas de datos e interpretaciones económicas que algunos se animan a calificar como poco menos que chantadas.

Según un informe publicado esta semana por la ONG Chequeado, que se dedica a verificar los discursos públicos y que nadie puede calificar como “kirchnerista”, ni mucho menos, en junio de 2024, último mes con datos, la jubilación mínima alcanzó los $ 276.932 con bono incluido. Esto representa una caída real (es decir, considerando la inflación) de 17,5% con respecto a igual mes del año pasado, y de 9% en relación a diciembre de 2023, el último mes del gobierno de Alberto Fernández.

En mayo, el salario mínimo fue de $ 234.315, lo que representa una caída real (considerando la inflación) de 29% con respecto a igual mes del año pasado, y de 15% en relación a diciembre de 2023, el último mes del gobierno anterior.

¿Más? Con datos a marzo de este año, el salario registrado fue de $ 705.833 en promedio. Esto representa una caída real de 24% con respecto a igual mes del año pasado, y de 4% en relación a diciembre de 2023.

También el consumo muestra datos incontrastables del derrumbe que comenzó y se agravará: según relevó Chequeado, el dato más reciente hasta el momento de la gestión de Milei muestra que el consumo de leche fue de 159,5 litros por habitante en el primer cuatrimestre de 2024, lo que representa una caída de 17,6% con respecto al mismo período de 2023, y es el piso de la serie si se miran los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández.

Y en abril, el consumo de carne por habitante llegó a 49 kilos y registró una caída del 6% respecto de 2023. También cayeron las ventas de electrodomésticos a un total de $ 193.890 millones en marzo de 2024, lo que equivale a una caída de 47% con respecto al mismo mes de 2023, y es comparable con los meses de 2020 cuando la Argentina atravesaba la pandemia de COVID-19 y la gente tenía restricciones para salir de sus casas.

Aún con estos números del consumo en caída libre -que se repiten en casi todos los rubros-, la inflación no baja al ritmo que el Gobierno desearía. Apenas si empezó a ceder pero sólo porque el consumo cae a límites históricos y, además, porque el ministro de Economía -y “rockstar”, según Milei-, “Toto” Caputo, ha demorado la implementación de los tarifazos de algunos servicios públicos.

Así y todo, la cifra de marzo dio 8,8% y la de abril, que se conocerá el próximo 13 de junio, no será inferior al 5%. Los relatores mediáticos del Gobierno tratarán de vender este número como un “éxito”, pero apenas será un dibujo porque la cifra sería mucho mayor (inclusive que la de marzo) si los aumentos de tarifas que ahora están frenados, estuvieran vigentes.

Más temprano que tarde, Caputo liberará los tarifazos y la crisis será más profunda.

Toma y daca

Apretados por la coyuntura económica y financiera, algunos integrantes del Gobierno nacional tratan de armar un escenario político que les permita tomar un poco de oxígeno para mantenerse a flote. Pero cuando las cosas parecen empezar a acomodarse mínimamente, Milei se encarga de patear el tablero y pisar a los opositores y “dialoguistas” con la pasión de Nerón antes de iniciar el incendio de Roma.

Les viene ocurriendo con la Ley Bases y el paquete fiscal, que si bien lograron hacerlo pasar con creces en Diputados, ahora enfrentan un duro escollo en el Senado, en donde el poder de los gobernadores es más influyente. No son pocos los que dicen que ambas leyes van a salir, pero el poncho no aparece.

Los esfuerzos del nuevo jefe de Gabinete, Guillermo Francos, por cerrar frentes con los gobernadores para allanar el camino en el Senado, se chocó la semana pasada con una inesperada alianza entre el bloque de la UCR, el de Unión por la Patria, el de Miguel Pichetto y otros pequeños grupos provinciales, que le voltearon el dictamen de mayoría al oficialismo e impusieron su propio proyecto de movilidad jubilatoria. Francos había dado un paso al frente pero ya tuvo que retroceder dos.

Así y todo, sigue firmando acuerdos con las provincias para reactivar obras públicas frenadas. A Nacho Torres le tocó pasar la semana pasada por el despacho de Francos y se trajo el compromiso de reactivar 17 obras por unos $ 150.000 millones que, aseguran, serán financiados por el Gobierno nacional. ¿Milei sostendrá el compromiso firmado por Francos? Misterio.

Choque los cinco. Torres y Francos, un acuerdo por la obra pública.

Pero la relación con las provincias también está atravesada por datos numéricos que hacen poner en duda lo que se firma en un papel. Por ejemplo, las transferencias para financiar obras públicas, una de las subcategorías de lo que se conocen como “transferencias no automáticas” (otros las denominan discrecionales) se redujeron de $ 98.379 millones a $ 8.046 millones. Dentro de estos gastos, los principales recortes recayeron en los fondos para obras de saneamiento (-91,4%); construcción de obras viales provinciales (-100%); y asistencia financiera a provincias y municipios (-100%). Chubut es la “menos perjudicada”: claro, al lado del resto, la caída de ingresos no automáticos de 65,7% parece un logro. Pero no lo es.

Para los fiscalistas se trata de una caída nunca antes vista. Y si bien las transferencias no automáticas suelen ser discrecionales, muchas de ellas están ajustadas a criterios establecidos, como el Fondo de Incentivo Docente (FONID), distintos programas de salud y, por supuesto, obra pública, entre otros.

En el otro extremo, según el informe de la Oficina del Presupuesto del Congreso (OPC), las transferencias automáticas muestran una reducción de 19% en promedio. En este rubro, Chubut figura en el lote de las más perjudicadas con una caída de 19,1%, sólo superada por la Provincia de Buenos Aires (-20,5%).

De acuerdo con un trabajo del Centro de Economía Argentina (CEPA), estas fuertes reducciones de los recursos provinciales, y en particular los coparticipables, tienen una sola explicación: la recesión económica que está en marcha.

Dato mata relato.


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