Campeona a los 43 en una noche de brillo e inspiración

En una inolvidable actuacion en Gálvez, Santa Fe, Soledad Matthysse cumplió una de sus mejores peleas para ganarle por puntos en fallo unánime (99-90 los tres jurados) a Noelia Victoria Bustos y coronarse a los 43 años, como campeona argentina de la categoría superpluma.

14 ABR 2024 - 2:08 | Actualizado 14 ABR 2024 - 2:10

Por Ismael Tebes

La «Itaka» que festejó entre lágrimas junto a su entrenador y pareja Mario Narváes, encontró un merecido premio a su vigencia, cortó su sequía de resultados negativos y ejecutó a la perfección, un plan que buscaba evitar sorpresas.

Después de cinco peleas, volvio a ganar y a convencer. Matthysse hizo todo bien: dominó siempre el centro del ring, golpeó con una puntería total y sostuvo un ritmo ofensivo que desgastó a la rival e hizo desigual al combate. Es que Matthysse ésta vez, ejecutó con pleno convencimiento, una estrategia que la encarriló al triunfo. Minimizó a Bustos, le marcó los tiempos y por momentos la sometió a un castigo inesperado.

La rosarina sufrió una cuenta y casi no tuvo recuperación en un trámite que avisó temprano de las pretensiones que tenía la sureña que siempre propuso, tuvo aire para dar y repartir y nunca especuló con la diferencia que sacó desde los primeros minutos. Bustos pareció rodeada, limitada, sufriendo un combate en el que jamás pudo frenar a una «Sole» autosuficiente.

El título argentino -uno más para la vitrina- premia las pálidas recientes, los malos fallos y las localías que le hicieron mal negándole regresos felices, con las manos vacías y sintiendo que «solo cumplió». Para la abuela boxeadora se viene un tiempo de disfrute, corto, para volver a entrenar y seguir escuchando ofertas.

En el punto exacto de la experiencia, con mucho para dar en un tiempo extra, Soledad estuvo cerca de concretar ese nocaut que se resiste a llegar y que podría haber coronado otra noche de consagración. Una más para volver a poner las cosas en su lugar.

Fuente: Piñas del Sur.

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14 ABR 2024 - 2:08

Por Ismael Tebes

La «Itaka» que festejó entre lágrimas junto a su entrenador y pareja Mario Narváes, encontró un merecido premio a su vigencia, cortó su sequía de resultados negativos y ejecutó a la perfección, un plan que buscaba evitar sorpresas.

Después de cinco peleas, volvio a ganar y a convencer. Matthysse hizo todo bien: dominó siempre el centro del ring, golpeó con una puntería total y sostuvo un ritmo ofensivo que desgastó a la rival e hizo desigual al combate. Es que Matthysse ésta vez, ejecutó con pleno convencimiento, una estrategia que la encarriló al triunfo. Minimizó a Bustos, le marcó los tiempos y por momentos la sometió a un castigo inesperado.

La rosarina sufrió una cuenta y casi no tuvo recuperación en un trámite que avisó temprano de las pretensiones que tenía la sureña que siempre propuso, tuvo aire para dar y repartir y nunca especuló con la diferencia que sacó desde los primeros minutos. Bustos pareció rodeada, limitada, sufriendo un combate en el que jamás pudo frenar a una «Sole» autosuficiente.

El título argentino -uno más para la vitrina- premia las pálidas recientes, los malos fallos y las localías que le hicieron mal negándole regresos felices, con las manos vacías y sintiendo que «solo cumplió». Para la abuela boxeadora se viene un tiempo de disfrute, corto, para volver a entrenar y seguir escuchando ofertas.

En el punto exacto de la experiencia, con mucho para dar en un tiempo extra, Soledad estuvo cerca de concretar ese nocaut que se resiste a llegar y que podría haber coronado otra noche de consagración. Una más para volver a poner las cosas en su lugar.

Fuente: Piñas del Sur.


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