Soledad Matthysse: “No tengo límites para seguir combatiendo”
Con 43 años, la “Sole”, convertida incluso en abuela, asegura que todavía no piensa en el retiro. Su entrenador, Mario “Mauko” Narváez (hermano de Omar) es su pareja hace 29 años y lo incluye como una clave del éxito: “somos un equipo”. El sábado combatirá por el título sudamericano súper pluma en Cutral Co ante Karen “La Burbuja” Carabajal, en la cartelera que televisará TyC Sports. “Vamos a hacer explotar la Burbuja”, prometió la “Itaka”.
“Salimos anoche a las 10 de la noche, ya llegamos a Neuquén y tenemos dos horas de espera hasta salir para Cutral Co”, contó “Sole” este jueves por la tarde, en diálogo con Tiempo Deportivo.
“Esta pelea salió hace más de un mes, como siempre estaba entrenando, no la esperaba, pero nos dijimos que íbamos a aprovecharla para abrir el año ante una gran boxeadora. Ya estoy lista, preparada, ya vinimos en categoría, así que llegaremos a movernos un poco y esperar el pesaje”, destacó Matthysse.
“Vamos a pelear en súper pluma, no nos costó dar, ella es la campeona, es una pelea muy buena, y haremos todo lo posible para traernos un título sudamericano”, señaló.
“Estábamos esperando una pelea afuera, la seguiremos esperando, sabemos que puede salir en cualquier momento, pero esta oportunidad está buena para tener algo previo”, recordó.
La rival
Karen Carabal tiene 34 años, logró 19 triunfos seguidos, hasta que perdió con Katie Taylor en octubre de 2022 en Irlanda, en su primera chance mundialista. Es además doctora en psicología en la UBA, tiene una hija, Ludmila, y también ha incursionado en teatro. Su historia familiar, como la de la mayoría de los boxeadores, tiene ribetes muy duros.
En lo boxístico, tiene buena técnica, pelea erguida, pero carece de pegada y no es veloz.
Por su parte, “Sole” Matthysse volverá a pelear en el país después de hacerlo por última vez el 25 de septiembre de 2021.
DE VUELTA AL PAGO
“La última pelea acá fue con Laura Griffa, en la que volví a ganar el título argentino, es un lindo momento para volver, más con la televisión así me puedo ver toda la gente”, celebró la trelewense.
“Está Karen La Cumbita, pero esta chica es Karen La Burbuja. Vamos a hacer explotar la Burbuja el sábado”, prometió sonriente en alusión al seudónimo de su rival
Retroceder, nunca
Analizó su momento, su vigencia, su grado de madurez y su felicidad de seguir haciendo lo que le apasiona: “todo el mundo sabe que Mario es mi pareja, pero en el gimnasio somos entrenador y boxeadora, me pongo muy seria, siempre concentrada en lo que él me dice, en familia”.
“Ahora estamos en el gimnasio de Omar (Narváez) porque la cosa estaba muy dura para pagar el alquiler, tuve que sacar mis cosas de dónde estábamos alquilando, las tengo todas en una piecita, pero uno se dice que algún día tendremos lo nuestro. Pero contenta de estar ahí, que Omar nos haya dado un lugarcito, también estamos con mi hija Milagros, así que la rutina se sigue todos los días”, valoró.
Con 43 años, la “Itaka”, la “Sole” llega plenamente vigente y transitando incluso su nuevo rol de abuela: “muy contenta con nuestro primer nietito, lo estamos disfrutando, hasta ahora no tengo límites para seguir combatiendo, me siento muy bien como siempre digo y mientras tenga salud y ganas le seguiré metiendo para adelante, el boxeo es algo que llevo en la sangre, que me gusta y es muy difícil dejarlo. No tengo la idea de retirarme, yo lo sigo disfrutando”.
Constancia personal, pero al mismo tiempo el cuidado de su marido: “Él siempre está en todos los detalles, me hace escuchar cuando arregla las bolsas, me pregunta todo, siempre nos ponemos de acuerdo, hay que darle para adelante, somos un equipo”, sostuvo.
“Tengo 43 años y con Mario nos pusimos de novio cuando yo tenía 14. Estamos juntados, si te casás dura menos”, consideró con otra sonrisa.
“El día de mañana podremos contarles a nuestros nietos todas las locuras que hicimos juntos”, resaltó.
La única que sigue
Soledad es la única de la dinastía Matthysse-Narváez que sigue combatiendo; sin Omar, Walter, Lucas, el propio Mauko y Ezequiel.
“Justamente el otro día terminábamos de entrenar y Mario me decía, pensar que te retirás vos y se termina el clan y le contesté, ¿cómo?, mirá quién está ahí, por Milagros. Y me dijo, pero es Narváez, y le respondí, también tiene mi sangre. Y si ves la bata de Milagros, de un lado dice Narváez y del otro Matthysse. De hecho voy a usar su ropa”, dimensionó.
Además de Milagros y Junior (el hijo de Omar), el hijo de Daniel Narváez, Ian, también ha retomado los entrenamientos después de una lesión en el hombro.
“Milagros tiene seis peleas como amateur, el mes que viene peleará en Las Flores, ella está en los 64 kilos, Milagros va al frente como la madre, pero también es bastante técnica como los Narváez, es prolija”, señaló sobre su hija boxeadora.
“Nunca en ningún lado me veo local, a pesar del aliento de la gente. Me dijeron que en Cutral Co voy a tener hinchada, pero siempre me siento visitante y que tengo que ir a buscar el título. Haré todo lo posible, para eso entreno y me rompo el lomo todos los días”, afirmó sobre el combate del sábado.
“Todos los días Mario me pregunta cómo me siento, me pide que le apriete la mano, trato de transmitirle tranquilidad, me siento muy bien”, reiteró en el final.
“Salimos anoche a las 10 de la noche, ya llegamos a Neuquén y tenemos dos horas de espera hasta salir para Cutral Co”, contó “Sole” este jueves por la tarde, en diálogo con Tiempo Deportivo.
“Esta pelea salió hace más de un mes, como siempre estaba entrenando, no la esperaba, pero nos dijimos que íbamos a aprovecharla para abrir el año ante una gran boxeadora. Ya estoy lista, preparada, ya vinimos en categoría, así que llegaremos a movernos un poco y esperar el pesaje”, destacó Matthysse.
“Vamos a pelear en súper pluma, no nos costó dar, ella es la campeona, es una pelea muy buena, y haremos todo lo posible para traernos un título sudamericano”, señaló.
“Estábamos esperando una pelea afuera, la seguiremos esperando, sabemos que puede salir en cualquier momento, pero esta oportunidad está buena para tener algo previo”, recordó.
La rival
Karen Carabal tiene 34 años, logró 19 triunfos seguidos, hasta que perdió con Katie Taylor en octubre de 2022 en Irlanda, en su primera chance mundialista. Es además doctora en psicología en la UBA, tiene una hija, Ludmila, y también ha incursionado en teatro. Su historia familiar, como la de la mayoría de los boxeadores, tiene ribetes muy duros.
En lo boxístico, tiene buena técnica, pelea erguida, pero carece de pegada y no es veloz.
Por su parte, “Sole” Matthysse volverá a pelear en el país después de hacerlo por última vez el 25 de septiembre de 2021.
DE VUELTA AL PAGO
“La última pelea acá fue con Laura Griffa, en la que volví a ganar el título argentino, es un lindo momento para volver, más con la televisión así me puedo ver toda la gente”, celebró la trelewense.
“Está Karen La Cumbita, pero esta chica es Karen La Burbuja. Vamos a hacer explotar la Burbuja el sábado”, prometió sonriente en alusión al seudónimo de su rival
Retroceder, nunca
Analizó su momento, su vigencia, su grado de madurez y su felicidad de seguir haciendo lo que le apasiona: “todo el mundo sabe que Mario es mi pareja, pero en el gimnasio somos entrenador y boxeadora, me pongo muy seria, siempre concentrada en lo que él me dice, en familia”.
“Ahora estamos en el gimnasio de Omar (Narváez) porque la cosa estaba muy dura para pagar el alquiler, tuve que sacar mis cosas de dónde estábamos alquilando, las tengo todas en una piecita, pero uno se dice que algún día tendremos lo nuestro. Pero contenta de estar ahí, que Omar nos haya dado un lugarcito, también estamos con mi hija Milagros, así que la rutina se sigue todos los días”, valoró.
Con 43 años, la “Itaka”, la “Sole” llega plenamente vigente y transitando incluso su nuevo rol de abuela: “muy contenta con nuestro primer nietito, lo estamos disfrutando, hasta ahora no tengo límites para seguir combatiendo, me siento muy bien como siempre digo y mientras tenga salud y ganas le seguiré metiendo para adelante, el boxeo es algo que llevo en la sangre, que me gusta y es muy difícil dejarlo. No tengo la idea de retirarme, yo lo sigo disfrutando”.
Constancia personal, pero al mismo tiempo el cuidado de su marido: “Él siempre está en todos los detalles, me hace escuchar cuando arregla las bolsas, me pregunta todo, siempre nos ponemos de acuerdo, hay que darle para adelante, somos un equipo”, sostuvo.
“Tengo 43 años y con Mario nos pusimos de novio cuando yo tenía 14. Estamos juntados, si te casás dura menos”, consideró con otra sonrisa.
“El día de mañana podremos contarles a nuestros nietos todas las locuras que hicimos juntos”, resaltó.
La única que sigue
Soledad es la única de la dinastía Matthysse-Narváez que sigue combatiendo; sin Omar, Walter, Lucas, el propio Mauko y Ezequiel.
“Justamente el otro día terminábamos de entrenar y Mario me decía, pensar que te retirás vos y se termina el clan y le contesté, ¿cómo?, mirá quién está ahí, por Milagros. Y me dijo, pero es Narváez, y le respondí, también tiene mi sangre. Y si ves la bata de Milagros, de un lado dice Narváez y del otro Matthysse. De hecho voy a usar su ropa”, dimensionó.
Además de Milagros y Junior (el hijo de Omar), el hijo de Daniel Narváez, Ian, también ha retomado los entrenamientos después de una lesión en el hombro.
“Milagros tiene seis peleas como amateur, el mes que viene peleará en Las Flores, ella está en los 64 kilos, Milagros va al frente como la madre, pero también es bastante técnica como los Narváez, es prolija”, señaló sobre su hija boxeadora.
“Nunca en ningún lado me veo local, a pesar del aliento de la gente. Me dijeron que en Cutral Co voy a tener hinchada, pero siempre me siento visitante y que tengo que ir a buscar el título. Haré todo lo posible, para eso entreno y me rompo el lomo todos los días”, afirmó sobre el combate del sábado.
“Todos los días Mario me pregunta cómo me siento, me pide que le apriete la mano, trato de transmitirle tranquilidad, me siento muy bien”, reiteró en el final.