Este martes comenzó el escrutinio del balotaje de las presidenciales en la Legislatura del Chubut, que finalizaría el miércoles por la tarde.
El gobernador electo, Ignacio “Nacho” Torres, concurrió a la Casa de las Leyes para seguir el proceso. Intercambió saludos con el juez federal de Rawson, Hugo Sastre, el titular de la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia, Leal de Ibarra, y el secretario electoral Enrique Kaltenmeier,
Nacho Torres se mostró junto con su futuro ministro coordinador de gabinete, el peronista Guillermo Almirón, y también aprovechó para saludar al diputado electo José Glinski, de Unión por la Patria, quien recibió su diploma de manos de la Justicia electoral.
El clímax se dio cuando Nacho Torres bajó las escaleras de la parte superior de la Legislatura y a un lado se encontraba Ángel Sierra, el secretario general de la APEL, apoyado en la baranda, con la camisa arremangada, sosteniendo una botella de agua mineral.
En el instante que captó Jornada, Sierra le clava la mirada, el gobernador electo le extiende la mano, sin perder de vista los escalones, las manos se tocan, se oye “después nos reunimos” y sigue mientras el gremialista lo ve alejarse.
Hace una semana Torres, escoltado por su vice, Gustavo Menna, y las primeras líneas de Juntos por el Cambio, había denunciado al gremio y diputados de “extorsionarlos” amenazando con no sesionar si no acomodaban parientes y amigos en la Casa de las Leyes.
“No vamos ceder ante ningún tipo de extorsión ni con el sindicato ni con ningún diputado o funcionarios”, había dicho Torres.
Este martes comenzó el escrutinio del balotaje de las presidenciales en la Legislatura del Chubut, que finalizaría el miércoles por la tarde.
El gobernador electo, Ignacio “Nacho” Torres, concurrió a la Casa de las Leyes para seguir el proceso. Intercambió saludos con el juez federal de Rawson, Hugo Sastre, el titular de la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia, Leal de Ibarra, y el secretario electoral Enrique Kaltenmeier,
Nacho Torres se mostró junto con su futuro ministro coordinador de gabinete, el peronista Guillermo Almirón, y también aprovechó para saludar al diputado electo José Glinski, de Unión por la Patria, quien recibió su diploma de manos de la Justicia electoral.
El clímax se dio cuando Nacho Torres bajó las escaleras de la parte superior de la Legislatura y a un lado se encontraba Ángel Sierra, el secretario general de la APEL, apoyado en la baranda, con la camisa arremangada, sosteniendo una botella de agua mineral.
En el instante que captó Jornada, Sierra le clava la mirada, el gobernador electo le extiende la mano, sin perder de vista los escalones, las manos se tocan, se oye “después nos reunimos” y sigue mientras el gremialista lo ve alejarse.
Hace una semana Torres, escoltado por su vice, Gustavo Menna, y las primeras líneas de Juntos por el Cambio, había denunciado al gremio y diputados de “extorsionarlos” amenazando con no sesionar si no acomodaban parientes y amigos en la Casa de las Leyes.
“No vamos ceder ante ningún tipo de extorsión ni con el sindicato ni con ningún diputado o funcionarios”, había dicho Torres.