Editorial / El juego de las transigencias

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Nuevos vientos. El goberndor electo, Ignacio “Nacho” Torres, el jueves pasado en la Legislatura provincial. Hablando sobre el futuro de Chubut.
23 SEP 2023 - 21:01 | Actualizado 24 SEP 2023 - 0:43

Es poco usual que un gobierno de un signo político les abra las puertas a dirigentes de otros partidos. Se ha planteado muchas veces desde lo discursivo pero muy pocas veces desde los hechos. A veces, porque la “apertura” es apenas una señal de humo; otras, porque algunos partidos ponen barreras para que algunos de los propios ayude a un adversario.

Por esta y otras tantas cosas Néstor Kirchner fue un distinto y su planteo de “transversalidad” tuvo éxito electoral y le abrió las puertas, por ejemplo, a muchos radicales que eligieron ir a pastar a un campo nacional y popular antes que caer en las garras de Mauricio Macri.

El Chubut que viene está lejos de esa épica “Nestorista” pero se comienza a palpitar por primera vez un escenario con cierta transversalidad. Con el peronismo derrotado y buena parte del radicalismo como espectador privilegiado al que le dan una buena ubicación pero no mucho más, el gobernador electo Ignacio Torres empezó a acomodar las fichas en su tablero y está dispuesto a arrancar su gestión con un equipo en el que habrá muchos funcionarios relevantes de extracción peronista. Por ahora, casi más peronistas que radicales en puestos centrales.

Sentido de oportunidad

No se trata solamente de un gesto de apertura y generosidad de Torres, sino de una necesidad de la hora. Torres empezó a apuntarle a la gobernación mucho antes de que cierta clase política lo identificara en el medio del horizonte, y algunos hasta lo subestimaron por su juventud e impetuosidad. Pero la vertiginosa carrera casi sin obstáculos que corrió en estos años, entre otras cosas gracias a un peronismo dividido y manejado por un grupo de inescrupulosos sin talento político, lo hizo llegar a la meta más rápido de lo previsto.

Hoy está a punto de ser el gobernador más joven de la historia de Chubut pero su perfil de “self made man” de la política, que se hizo a sí mismo casi en soledad, ya no es suficiente. Ahora necesita un equipo para gobernar y está dispuesto a echar mano a todo lo que le resulte útil, sin prejuicios ni ataduras ideológicas.

Torres sabe que el futuro de Juntos por el Cambio pende de un hilo que inexorablemente se cortará si dentro de un mes Patricia Bullrich no logra ingresar al balotaje. A esta altura, el gobernador electo necesita pensar y ejecutar acciones en pos de su gobernabilidad y menos en el tembladeral en el que entrará la coalición cambiemita si la segunda vuelta la tienen que definir Javier Milei y Sergio Massa.

En la reciente reunión de gobernadores electos en Tierra del Fuego, Torres dio señales claras de que está enfocado y entusiasmado en una nueva etapa de construcción regional; que si no es Bullrich, el mejor escenario lo encarna Massa; y que a esa apuesta patagónica la precederá una jugada más audaz: la edificación de una alternativa electoral de neto corte chubutense que abrevará en todos los sectores políticos. Es con todos, cree Torres.

Soberanía energética

El jueves pasado, Torres dio –otra vez- señales claras que está dispuesto a construir, inclusive, con muchos sectores de los que fue adversario electoral y que en algunos casos lo miran con recelo y desconfianza.

“Estoy convencido de ir hacia un esquema de soberanía energética; y no hay soberanía energética si no se reconoce que las hidroeléctricas son de la provincia”, dijo en una extensa entrevista en Cadena Tiempo en la que compartió la mesa con el secretario general del Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia, Héctor González, que destacó la apertura del gobernador electo a pesar de las diferencias ideológicas que tienen.

Las palabras de Torres sobre el tema energético se parecen mucho a lo que González y los equipos técnicos de la Fundación Patagonia Tercer Milenio –vinculada al gremio lucifuercista- vienen sosteniendo hace muchos años. Es un mérito que el gobernador electo abreve en lugares en donde se viene trabajando hace tiempo en pos de un aprovechamiento integral de un recurso estratégico.
Torres parece dispuesto a poner la cuestión energética en el centro del tablero político y a romper con viejos estigmas ideológicos que muchas veces impidieron que se hiciera lo que había que hacer más por prejuicios que por conveniencias colectivas.

Es verdad, también, que a cada rato repite que está dispuesto a pelearse con quien haya que pelearse, pero no será por cuestiones ideológicas –al parecer- sino prácticas. Si su gobierno necesita ir hacia a algún lugar, irá con propios o extraños. Pragmatismo, que le dicen.

Torres no debe haber leído mucho a Juan Domingo Perón. Tampoco muchos dirigentes peronistas, por cierto. Pero para todos ellos, hay sentencias del General que merecen la pena una hojeada, aunque sea: “La política, a pesar de que en ella hay algunos intransigentes, es un juego de transigencias. Se debe ser intransigente sólo en los grandes principios. Hay que ser transigente y comprensivo y conformarse con que se haga el cincuenta por ciento de lo que uno quiere, dejando el cincuenta por ciento a los demás. Pero hay que tener la inteligencia necesaria para que el cincuenta por ciento de uno sea el más importante. En esta conducción, nada rígida, todo dúctil, nada imponente, todo sencillo, hay que ser tolerante hasta con la intolerancia”.
Amén. #

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Nuevos vientos. El goberndor electo, Ignacio “Nacho” Torres, el jueves pasado en la Legislatura provincial. Hablando sobre el futuro de Chubut.
23 SEP 2023 - 21:01

Es poco usual que un gobierno de un signo político les abra las puertas a dirigentes de otros partidos. Se ha planteado muchas veces desde lo discursivo pero muy pocas veces desde los hechos. A veces, porque la “apertura” es apenas una señal de humo; otras, porque algunos partidos ponen barreras para que algunos de los propios ayude a un adversario.

Por esta y otras tantas cosas Néstor Kirchner fue un distinto y su planteo de “transversalidad” tuvo éxito electoral y le abrió las puertas, por ejemplo, a muchos radicales que eligieron ir a pastar a un campo nacional y popular antes que caer en las garras de Mauricio Macri.

El Chubut que viene está lejos de esa épica “Nestorista” pero se comienza a palpitar por primera vez un escenario con cierta transversalidad. Con el peronismo derrotado y buena parte del radicalismo como espectador privilegiado al que le dan una buena ubicación pero no mucho más, el gobernador electo Ignacio Torres empezó a acomodar las fichas en su tablero y está dispuesto a arrancar su gestión con un equipo en el que habrá muchos funcionarios relevantes de extracción peronista. Por ahora, casi más peronistas que radicales en puestos centrales.

Sentido de oportunidad

No se trata solamente de un gesto de apertura y generosidad de Torres, sino de una necesidad de la hora. Torres empezó a apuntarle a la gobernación mucho antes de que cierta clase política lo identificara en el medio del horizonte, y algunos hasta lo subestimaron por su juventud e impetuosidad. Pero la vertiginosa carrera casi sin obstáculos que corrió en estos años, entre otras cosas gracias a un peronismo dividido y manejado por un grupo de inescrupulosos sin talento político, lo hizo llegar a la meta más rápido de lo previsto.

Hoy está a punto de ser el gobernador más joven de la historia de Chubut pero su perfil de “self made man” de la política, que se hizo a sí mismo casi en soledad, ya no es suficiente. Ahora necesita un equipo para gobernar y está dispuesto a echar mano a todo lo que le resulte útil, sin prejuicios ni ataduras ideológicas.

Torres sabe que el futuro de Juntos por el Cambio pende de un hilo que inexorablemente se cortará si dentro de un mes Patricia Bullrich no logra ingresar al balotaje. A esta altura, el gobernador electo necesita pensar y ejecutar acciones en pos de su gobernabilidad y menos en el tembladeral en el que entrará la coalición cambiemita si la segunda vuelta la tienen que definir Javier Milei y Sergio Massa.

En la reciente reunión de gobernadores electos en Tierra del Fuego, Torres dio señales claras de que está enfocado y entusiasmado en una nueva etapa de construcción regional; que si no es Bullrich, el mejor escenario lo encarna Massa; y que a esa apuesta patagónica la precederá una jugada más audaz: la edificación de una alternativa electoral de neto corte chubutense que abrevará en todos los sectores políticos. Es con todos, cree Torres.

Soberanía energética

El jueves pasado, Torres dio –otra vez- señales claras que está dispuesto a construir, inclusive, con muchos sectores de los que fue adversario electoral y que en algunos casos lo miran con recelo y desconfianza.

“Estoy convencido de ir hacia un esquema de soberanía energética; y no hay soberanía energética si no se reconoce que las hidroeléctricas son de la provincia”, dijo en una extensa entrevista en Cadena Tiempo en la que compartió la mesa con el secretario general del Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia, Héctor González, que destacó la apertura del gobernador electo a pesar de las diferencias ideológicas que tienen.

Las palabras de Torres sobre el tema energético se parecen mucho a lo que González y los equipos técnicos de la Fundación Patagonia Tercer Milenio –vinculada al gremio lucifuercista- vienen sosteniendo hace muchos años. Es un mérito que el gobernador electo abreve en lugares en donde se viene trabajando hace tiempo en pos de un aprovechamiento integral de un recurso estratégico.
Torres parece dispuesto a poner la cuestión energética en el centro del tablero político y a romper con viejos estigmas ideológicos que muchas veces impidieron que se hiciera lo que había que hacer más por prejuicios que por conveniencias colectivas.

Es verdad, también, que a cada rato repite que está dispuesto a pelearse con quien haya que pelearse, pero no será por cuestiones ideológicas –al parecer- sino prácticas. Si su gobierno necesita ir hacia a algún lugar, irá con propios o extraños. Pragmatismo, que le dicen.

Torres no debe haber leído mucho a Juan Domingo Perón. Tampoco muchos dirigentes peronistas, por cierto. Pero para todos ellos, hay sentencias del General que merecen la pena una hojeada, aunque sea: “La política, a pesar de que en ella hay algunos intransigentes, es un juego de transigencias. Se debe ser intransigente sólo en los grandes principios. Hay que ser transigente y comprensivo y conformarse con que se haga el cincuenta por ciento de lo que uno quiere, dejando el cincuenta por ciento a los demás. Pero hay que tener la inteligencia necesaria para que el cincuenta por ciento de uno sea el más importante. En esta conducción, nada rígida, todo dúctil, nada imponente, todo sencillo, hay que ser tolerante hasta con la intolerancia”.
Amén. #


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