La Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado de Chile (DIFROL), el último 14 de agosto dio a conocer lo que denomina “Gráfico Ilustrativo de los Espacios Marítimos de Jurisdicción Chilena”.
El gráfico, que no es otra cosa que un mapa elaborado por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile, sin dudas generó controversia, ya que incluyó un área de 5.000 kilómetros cuadrados aproximadamente, al sur del Mar de Drake y de las Islas del Cabo de Hornos, las cuales pertenecen a nuestro país.
El movimiento territorial “interrumpe” la proyección de la República Argentina hacia la Antártida, por lo que al menos generó reacciones y preocupaciones desde algunos sectores oficiales, pero no todos por el momento como debería ser.
El mapa representa el Mar Territorial, la Zona Contigua, la Zona Económica Exclusiva, la Plataforma Continental y el Límite exterior de la Plataforma Continental de Chile, el cual incluye una zona marítima que se superpone y avanza sobre 200 millas hacia el Este de la línea fronteriza de la Argentina.
Por supuesto que esto se contrapone con la visión argentina, la cual está basada en la Comisión del Límite Exterior de la Plataforma Continental de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Mar, conocidos por su sigla como CONVEMAR, debido a que nuestro país considera la zona ahora en discusión, como parte territorial de la Argentina.
Una de las pocas voces que reaccionaron sobre el hecho, fue la del Secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales Andrés Dachary, quien expresó su preocupación y el rechazo de la provincia fueguina ante la situación: “incorpora como propios a espacios marítimos que son parte integral de nuestro país”.
El mapa confeccionado por Chile se encuentra disponible en www.shoa.cl y muestra de algún modo lo complejo de las relaciones bilaterales con el vecino país, como ha ocurrido desde siempre, más allá de estar hermanados por un mismo libertador: Don José de San Martín, pero evidentemente en un panorama de demandas de áreas geográficas compartidas, rápidamente se puede perder la memoria.
La Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado de Chile (DIFROL), el último 14 de agosto dio a conocer lo que denomina “Gráfico Ilustrativo de los Espacios Marítimos de Jurisdicción Chilena”.
El gráfico, que no es otra cosa que un mapa elaborado por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile, sin dudas generó controversia, ya que incluyó un área de 5.000 kilómetros cuadrados aproximadamente, al sur del Mar de Drake y de las Islas del Cabo de Hornos, las cuales pertenecen a nuestro país.
El movimiento territorial “interrumpe” la proyección de la República Argentina hacia la Antártida, por lo que al menos generó reacciones y preocupaciones desde algunos sectores oficiales, pero no todos por el momento como debería ser.
El mapa representa el Mar Territorial, la Zona Contigua, la Zona Económica Exclusiva, la Plataforma Continental y el Límite exterior de la Plataforma Continental de Chile, el cual incluye una zona marítima que se superpone y avanza sobre 200 millas hacia el Este de la línea fronteriza de la Argentina.
Por supuesto que esto se contrapone con la visión argentina, la cual está basada en la Comisión del Límite Exterior de la Plataforma Continental de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Mar, conocidos por su sigla como CONVEMAR, debido a que nuestro país considera la zona ahora en discusión, como parte territorial de la Argentina.
Una de las pocas voces que reaccionaron sobre el hecho, fue la del Secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales Andrés Dachary, quien expresó su preocupación y el rechazo de la provincia fueguina ante la situación: “incorpora como propios a espacios marítimos que son parte integral de nuestro país”.
El mapa confeccionado por Chile se encuentra disponible en www.shoa.cl y muestra de algún modo lo complejo de las relaciones bilaterales con el vecino país, como ha ocurrido desde siempre, más allá de estar hermanados por un mismo libertador: Don José de San Martín, pero evidentemente en un panorama de demandas de áreas geográficas compartidas, rápidamente se puede perder la memoria.