Le robaron todo a un merendero al que asisten casi 50 niños

Dos de las mujeres que gestionan el lugar contaron en Cadena Tiempo lo que sucedió durante el fin de semana en el merendero “Rafael Nahuel”, cuando al llegar a preparar todo para un nuevo día de trabajo notaron que les habían sacado todo.

31 JUL 2023 - 19:47 | Actualizado 31 JUL 2023 - 20:09

Este lunes hablaron en Cadena Tiempo, Noemí Sena y Viviana Rébola, dos de las mujeres que gestionan el merendero “Rafael Nahuel” ubicado en el barrio Guayra de Trelew donde el pasado sábado 29 sufrieron el robo de casi todos sus elementos.

Para las personas que quieran colaborar con este merendero, se pueden comunicar al 2804394784 o mandar sus donaciones al 0830023242005212490012.

En diálogo con el programa Primera Vuelta, ambas contaron que hace más de tres años que trabajan junto a otras cuarenta mujeres aproximadamente para ofrecerles a los chicos un lugar para comer y sentirse acompañados.

“De lunes a viernes ofrecemos meriendas, y los sábados hacemos almuerzos. Son alrededor de 47 chicos los que vienen. A veces son más, dependiendo de la fecha. Y si el clima no acompaña les decimos que no vengan, pero salimos nosotras con la leche en botellas y bolsas con lo que hayamos cocinado este día para darles”, contó Noemí.

Todo esto, afirma, lo armaron con su propio esfuerzo y dinero sin recibir ayuda de ningún tipo. Trabajando en conjunto lograron levantar un espacio con alimentos, calefacción, electricidad y útiles escolares para acobijar a los niños y niñas del barrio.

Sin embargo, todo lo que habían construido fue robado o dañado durante el fin de semana. “Como todos los sábados, fue una compañera a ver el espacio para prepararlo porque nosotras llegábamos más tarde. Al llegar se encontró con la puerta reventada, y cuando entró vio que faltaban muchísimas cosas”, recordó Noemí.

Entre los elementos que se llevaron, además de toda la comida que tenían, había sillas, tazas, jarras de aluminio, todos los cubiertos, útiles escolares, la cocina que utilizaban, la garrafa y más. “Se llevaron cosas que para los chicos son muy importantes, y lo que dejaron lo rompieron todo”, lamentó.

Además del daño material, confesó que como mujeres “nos sentimos totalmente vulneradas, porque al final entra cualquiera a llevarse lo que quiere y no nos ayuda nadie”.

Cuando la emoción llegó a Noemí, se sumó al relato su compañera Vanina Rébola quien explicó que, debido al robo, en el merendero “estamos suspendidos, no estamos asistiendo a los chicos y no sabemos hasta cuándo”.

Continuando, confesaron que se sienten inseguras en el lugar porque no saben quiénes fueron los responsables del robo y si tienen intenciones de volver para causar más daños.

Los principales afectados, remarcan, son “los nenes, porque no solo meriendan, sino que también se llevan su vianda. Para muchos chicos este es su único plato de comida. Las familias se quedan tranquilas de que los chicos se llenan y a veces también se llevan para cenar a sus casas”.

Por ello, insisten en la importancia de ver más allá de las situaciones propias para entender la gravedad de lo sucedido. “Queremos transmitirle a la comunidad que quizás no se visibiliza este problema dentro de una familia que sí tienen para darle de comer a sus hijos, pero para estos niños lo que hacemos es un montón porque llegan siempre con hambre”, concluyó Viviana.

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31 JUL 2023 - 19:47

Este lunes hablaron en Cadena Tiempo, Noemí Sena y Viviana Rébola, dos de las mujeres que gestionan el merendero “Rafael Nahuel” ubicado en el barrio Guayra de Trelew donde el pasado sábado 29 sufrieron el robo de casi todos sus elementos.

Para las personas que quieran colaborar con este merendero, se pueden comunicar al 2804394784 o mandar sus donaciones al 0830023242005212490012.

En diálogo con el programa Primera Vuelta, ambas contaron que hace más de tres años que trabajan junto a otras cuarenta mujeres aproximadamente para ofrecerles a los chicos un lugar para comer y sentirse acompañados.

“De lunes a viernes ofrecemos meriendas, y los sábados hacemos almuerzos. Son alrededor de 47 chicos los que vienen. A veces son más, dependiendo de la fecha. Y si el clima no acompaña les decimos que no vengan, pero salimos nosotras con la leche en botellas y bolsas con lo que hayamos cocinado este día para darles”, contó Noemí.

Todo esto, afirma, lo armaron con su propio esfuerzo y dinero sin recibir ayuda de ningún tipo. Trabajando en conjunto lograron levantar un espacio con alimentos, calefacción, electricidad y útiles escolares para acobijar a los niños y niñas del barrio.

Sin embargo, todo lo que habían construido fue robado o dañado durante el fin de semana. “Como todos los sábados, fue una compañera a ver el espacio para prepararlo porque nosotras llegábamos más tarde. Al llegar se encontró con la puerta reventada, y cuando entró vio que faltaban muchísimas cosas”, recordó Noemí.

Entre los elementos que se llevaron, además de toda la comida que tenían, había sillas, tazas, jarras de aluminio, todos los cubiertos, útiles escolares, la cocina que utilizaban, la garrafa y más. “Se llevaron cosas que para los chicos son muy importantes, y lo que dejaron lo rompieron todo”, lamentó.

Además del daño material, confesó que como mujeres “nos sentimos totalmente vulneradas, porque al final entra cualquiera a llevarse lo que quiere y no nos ayuda nadie”.

Cuando la emoción llegó a Noemí, se sumó al relato su compañera Vanina Rébola quien explicó que, debido al robo, en el merendero “estamos suspendidos, no estamos asistiendo a los chicos y no sabemos hasta cuándo”.

Continuando, confesaron que se sienten inseguras en el lugar porque no saben quiénes fueron los responsables del robo y si tienen intenciones de volver para causar más daños.

Los principales afectados, remarcan, son “los nenes, porque no solo meriendan, sino que también se llevan su vianda. Para muchos chicos este es su único plato de comida. Las familias se quedan tranquilas de que los chicos se llenan y a veces también se llevan para cenar a sus casas”.

Por ello, insisten en la importancia de ver más allá de las situaciones propias para entender la gravedad de lo sucedido. “Queremos transmitirle a la comunidad que quizás no se visibiliza este problema dentro de una familia que sí tienen para darle de comer a sus hijos, pero para estos niños lo que hacemos es un montón porque llegan siempre con hambre”, concluyó Viviana.


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