Entre marzo y abril, la temperatura media de la superficie de los océanos superó en 0,83 grados centígrados la del siglo XX, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA, por sus siglas en inglés).
Se trata de un récord desde el inicio de los registros del organismo hace 174 años.
Esta ola de calor marino afecta actualmente el océano Atlántico, cuya temperatura se disparó en junio y frente a las islas británicas se registraron anomalías de temperatura de más de 5 grados, consignó la agencia de noticias AFP.
"Nunca se habían visto semejantes anomalías de temperatura en esta parte del Atlántico Norte", aseguró Daniela Schmidt, catedrática de ciencias de la tierra de la Universidad de Bristol, en diálogo con el Science Media Centre del Reino Unido.
En tanto, Jean-Baptiste Sallée, oceanógrafo y climatólogo del Centro Nacional de Investigación Científica francés (CNRS), consideró que se trata de "anomalías extremadamente fuertes, llamativas y preocupantes".
Los científicos advirtieron que, dado que los océanos absorben 90% del calor generado por el efecto invernadero, ese tipo de eventos podría hacerse más frecuente e intenso bajo los efectos del calentamiento global.
"Esa es la sorpresa, que ocurre con extrema rapidez", comentó, por su parte, Jean-Pierre Gattuso, director de investigaciones del CNRS y coautor de un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Cualquiera que sea el origen de esta canícula oceánica, los especialistas prevén que provoque "mortalidades masivas" de especies marinas, en especial de corales e invertebrados.
"Pero como esto ocurre bajo la superficie del océano, pasará inadvertido", sostuvo Schmidt.
Durante las canículas del mar Mediterráneo, una cincuentena de especies como corales, gorgonias, erizos de mar, moluscos, bivalvos y posidonias, se vieron afectados por una "mortalidad masiva entre la superficie y 45 metros de profundidad", señaló Gattuso.
En tanto, otras especies emigrarán hacia los polos, en detrimento de los países en la zona intertropical.
Asimismo, los científicos alertaron que, al calentarse el océano, que capta una cuarta parte del dióxido de carbono (CO2) emitido por el hombre, podría llegar a perder parte de su papel de bomba de carbono y tener "un efecto amplificador sobre el calentamiento atmosférico".
"Sabemos que esos puntos de inflexión existen, pero nos cuesta saber a qué nivel de calentamiento se desencadenan", apuntó Sallée.
Desde la actualidad a fin de siglo, el IPCC prevé que la frecuencia de estas olas de calor oceánico se multiplique por 50 en el escenario más pesimista, con episodios en que la intensidad será multiplicada por 10.
Pero "se pueden limitar los daños", aseguró Gattuso, quien consideró que "si las emisiones de gas de efecto invernadero siguen una trayectoria compatible con el Acuerdo de París, se puede detener completamente el calentamiento y la acidificación del océano".
Entre marzo y abril, la temperatura media de la superficie de los océanos superó en 0,83 grados centígrados la del siglo XX, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA, por sus siglas en inglés).
Se trata de un récord desde el inicio de los registros del organismo hace 174 años.
Esta ola de calor marino afecta actualmente el océano Atlántico, cuya temperatura se disparó en junio y frente a las islas británicas se registraron anomalías de temperatura de más de 5 grados, consignó la agencia de noticias AFP.
"Nunca se habían visto semejantes anomalías de temperatura en esta parte del Atlántico Norte", aseguró Daniela Schmidt, catedrática de ciencias de la tierra de la Universidad de Bristol, en diálogo con el Science Media Centre del Reino Unido.
En tanto, Jean-Baptiste Sallée, oceanógrafo y climatólogo del Centro Nacional de Investigación Científica francés (CNRS), consideró que se trata de "anomalías extremadamente fuertes, llamativas y preocupantes".
Los científicos advirtieron que, dado que los océanos absorben 90% del calor generado por el efecto invernadero, ese tipo de eventos podría hacerse más frecuente e intenso bajo los efectos del calentamiento global.
"Esa es la sorpresa, que ocurre con extrema rapidez", comentó, por su parte, Jean-Pierre Gattuso, director de investigaciones del CNRS y coautor de un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Cualquiera que sea el origen de esta canícula oceánica, los especialistas prevén que provoque "mortalidades masivas" de especies marinas, en especial de corales e invertebrados.
"Pero como esto ocurre bajo la superficie del océano, pasará inadvertido", sostuvo Schmidt.
Durante las canículas del mar Mediterráneo, una cincuentena de especies como corales, gorgonias, erizos de mar, moluscos, bivalvos y posidonias, se vieron afectados por una "mortalidad masiva entre la superficie y 45 metros de profundidad", señaló Gattuso.
En tanto, otras especies emigrarán hacia los polos, en detrimento de los países en la zona intertropical.
Asimismo, los científicos alertaron que, al calentarse el océano, que capta una cuarta parte del dióxido de carbono (CO2) emitido por el hombre, podría llegar a perder parte de su papel de bomba de carbono y tener "un efecto amplificador sobre el calentamiento atmosférico".
"Sabemos que esos puntos de inflexión existen, pero nos cuesta saber a qué nivel de calentamiento se desencadenan", apuntó Sallée.
Desde la actualidad a fin de siglo, el IPCC prevé que la frecuencia de estas olas de calor oceánico se multiplique por 50 en el escenario más pesimista, con episodios en que la intensidad será multiplicada por 10.
Pero "se pueden limitar los daños", aseguró Gattuso, quien consideró que "si las emisiones de gas de efecto invernadero siguen una trayectoria compatible con el Acuerdo de París, se puede detener completamente el calentamiento y la acidificación del océano".