Por Esteban Gallo
Se esperan novedades para esta semana con respecto a la situación de Punta Pardelas, la preciosa playa de Península Valdés, que está cerrada al público desde hace más de 5 años.
La Defensora del Pueblo, que se ha ocupado del tema apropiadamente, espera conversar cara a cara con el Ministro de Turismo Leonardo Gaffet, en los próximos días. El viernes pasado, Claudia Bard aguarda que el funcionario le aporte precisiones con respecto a la reapertura de la playa o sobre cualquier otra decisión que haya tomado en la materia.
EN VIVO en Cadena Tiempo https://t.co/fruYri0bh2
— Diario Jornada (@JornadaWeb) June 12, 2023
Confiamos en que Pardelas será recuperada por los ciudadanos de esta provincia. El compromiso lo asumió Gaffet en este estudio, justo hace un mes atrás, cuando dijo tajantemente: “Vamos a reabrir Pardelas porque nuestra intención no es que esté cerrada”.
Podrá decirse que la gestión de Gaffet no ha tenido el brillo esperado, pero una cosa es ser ineficiente y otra cosa es ser un mentiroso. Por lo tanto, esperamos que cumpla con su palabra, que es uno de los valores que distingue a las personas de bien.
Pero más allá de nuestro optimismo, hay elementos que surgen de la respuesta del ministro a la Defensora del Pueblo que dejan mucho que desear.
En uno de los puntos más polémicos, Gaffet, señala “que no existe un acto administrativo de cierre de Pardelas porque a la playa puede accederse por mar según los usos permitidos por el plan de manejo”. La respuesta es una tomada de pelo. El ministro le está diciendo a la Defensora del Pueblo: “Por tierra no se puede acceder, pero si tenés una lancha podés entrar sin problemas”. El comentario es desubicado, discriminatorio y una ofensa a la inteligencia de todos los ciudadanos de Chubut.
Estamos hablando del derecho que le asiste a cualquier ciudadano de poder acceder a la costa a través de la servidumbre de paso. Lo establecen las leyes nacionales y provinciales. El camino de acceso a la playa es de uso público, la playa es de dominio público, el dueño del campo no es dueño del camino, tampoco de la playa. Estamos hablando de un lugar que es patrimonio de la humanidad, pero no es una zona intangible. Es una playa tradicional con caminos señalizados antes de que el ministro Gaffet aprendiera a escribir papá o mamá.
El otro punto que hace tambalear nuestro optimismo está referido a la argumentación del ministro con respecto a que la reapertura de Pardelas está sujeto a la actualización del Plan de Manejo de Península Valdés. No hay precisiones con respecto al avance de ese trabajo, pero suponemos que debe estar en etapa de finalización, teniendo en cuenta la cantidad de años que llevan trabajándolo. El problema es que no lo terminan nunca y entonces, cada vez que nos hablan del plan, nos suena a cháchara y a verso. El plan de manejo es la excusa recurrente para justificar la falta de acción y de compromiso.
Mientras discutimos por Pardelas, el fin de semana surgió otra noticia preocupante. Pescadores artesanales se comunicaron con Cadena Tiempo para contarnos que los dueños del campo, que son los mismos que cerraron Pardelas, ya empezaron a colocar una tranquera en la entrada a Playa Villarino.
En su momento, esos propietarios se reunieron con los pescadores y propusieron entregarles una llave de ingreso para que sean los únicos en ingresar a la costa.
Los pescadores artesanales rechazaron ese privilegio que se les estaba concediendo y manifestaron que de ninguna manera iban a aceptar que otra playa estuviera cerrada con candado.
Lo insólito es que se estaría dando una situación similar a la de Pardelas sin que el Ministerio de Turismo brinde ninguna información oficial sobre el tema. O el ministro Gaffet está pintado o sabe lo que está sucediendo y prefiere no informarlo.
Hace un mes atrás, sentado en esa silla, nos dijo: “Cada playa que se cierra es un fracaso”.
Sr. Ministro: Nos dicen que el candado para Villarino ya está preparado. Ocúpese del tema y evite que se consuma un nuevo fracaso.
Por Esteban Gallo
Se esperan novedades para esta semana con respecto a la situación de Punta Pardelas, la preciosa playa de Península Valdés, que está cerrada al público desde hace más de 5 años.
La Defensora del Pueblo, que se ha ocupado del tema apropiadamente, espera conversar cara a cara con el Ministro de Turismo Leonardo Gaffet, en los próximos días. El viernes pasado, Claudia Bard aguarda que el funcionario le aporte precisiones con respecto a la reapertura de la playa o sobre cualquier otra decisión que haya tomado en la materia.
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Confiamos en que Pardelas será recuperada por los ciudadanos de esta provincia. El compromiso lo asumió Gaffet en este estudio, justo hace un mes atrás, cuando dijo tajantemente: “Vamos a reabrir Pardelas porque nuestra intención no es que esté cerrada”.
Podrá decirse que la gestión de Gaffet no ha tenido el brillo esperado, pero una cosa es ser ineficiente y otra cosa es ser un mentiroso. Por lo tanto, esperamos que cumpla con su palabra, que es uno de los valores que distingue a las personas de bien.
Pero más allá de nuestro optimismo, hay elementos que surgen de la respuesta del ministro a la Defensora del Pueblo que dejan mucho que desear.
En uno de los puntos más polémicos, Gaffet, señala “que no existe un acto administrativo de cierre de Pardelas porque a la playa puede accederse por mar según los usos permitidos por el plan de manejo”. La respuesta es una tomada de pelo. El ministro le está diciendo a la Defensora del Pueblo: “Por tierra no se puede acceder, pero si tenés una lancha podés entrar sin problemas”. El comentario es desubicado, discriminatorio y una ofensa a la inteligencia de todos los ciudadanos de Chubut.
Estamos hablando del derecho que le asiste a cualquier ciudadano de poder acceder a la costa a través de la servidumbre de paso. Lo establecen las leyes nacionales y provinciales. El camino de acceso a la playa es de uso público, la playa es de dominio público, el dueño del campo no es dueño del camino, tampoco de la playa. Estamos hablando de un lugar que es patrimonio de la humanidad, pero no es una zona intangible. Es una playa tradicional con caminos señalizados antes de que el ministro Gaffet aprendiera a escribir papá o mamá.
El otro punto que hace tambalear nuestro optimismo está referido a la argumentación del ministro con respecto a que la reapertura de Pardelas está sujeto a la actualización del Plan de Manejo de Península Valdés. No hay precisiones con respecto al avance de ese trabajo, pero suponemos que debe estar en etapa de finalización, teniendo en cuenta la cantidad de años que llevan trabajándolo. El problema es que no lo terminan nunca y entonces, cada vez que nos hablan del plan, nos suena a cháchara y a verso. El plan de manejo es la excusa recurrente para justificar la falta de acción y de compromiso.
Mientras discutimos por Pardelas, el fin de semana surgió otra noticia preocupante. Pescadores artesanales se comunicaron con Cadena Tiempo para contarnos que los dueños del campo, que son los mismos que cerraron Pardelas, ya empezaron a colocar una tranquera en la entrada a Playa Villarino.
En su momento, esos propietarios se reunieron con los pescadores y propusieron entregarles una llave de ingreso para que sean los únicos en ingresar a la costa.
Los pescadores artesanales rechazaron ese privilegio que se les estaba concediendo y manifestaron que de ninguna manera iban a aceptar que otra playa estuviera cerrada con candado.
Lo insólito es que se estaría dando una situación similar a la de Pardelas sin que el Ministerio de Turismo brinde ninguna información oficial sobre el tema. O el ministro Gaffet está pintado o sabe lo que está sucediendo y prefiere no informarlo.
Hace un mes atrás, sentado en esa silla, nos dijo: “Cada playa que se cierra es un fracaso”.
Sr. Ministro: Nos dicen que el candado para Villarino ya está preparado. Ocúpese del tema y evite que se consuma un nuevo fracaso.