En siete semanas los chubutenses tendremos un nuevo gobernador. También muchos nuevos intendentes, decenas de concejales y algunos nuevos integrantes del Consejo de la Magistratura. Se viene un cambio grande, no de época pero importante. También se sabe que no habrá margen para sorpresas y que la definición estará entre Juan Pablo Luque e Ignacio Torres. El futuro de la Provincia se definirá entre dos modelos: uno peronista anclado en la capacidad de gestión del comodorense y la de su compañero de fórmula, Ricardo Sastre; y otro liberal de centro-derecha (con un natural sesgo antiperonista) que promete “cambios” pero que ni con Torres ni con su compañero de fórmula, Gustavo Menna, puede hacer gala de la gestión pública más allá de una banca en el Congreso.
Golpe por golpe
El camino hasta el 30 de julio tendrá mucho de cruces personales, como los que comenzaron a verse hace varios días: Luque señalando la incapacidad de Torres para manejar la cosa pública y el senador respondiendo sobre una provincia “fundida”, sobre palmeras que se murieron en la costanera comodorense y siempre dispuesto a tirar golpes en el medio del barro.
Llevarlo a ese terreno al joven senador no parece ser una estrategia prediseñada pero le está dando buenos resultados a Luque, habitualmente menos acostumbrado al golpe por golpe.
Torres es un tractorcito que arrolla todo a su paso. Pero los resultados que consiguió en las urnas no avalan cualquier cosa. Por ejemplo, que pretenda disciplinar -por las buenas o por las malas- a todos lo que se mueve su alrededor. Desde adversarios internos hasta opositores; desde periodistas hasta empleados de la administración pública. La construcción política es otra cosa y ahí aparecen los puntos débiles. Aunque sigue con sus chances intactas, la pedantería política nunca es buena consejera y, mucho menos, una actitud que ayude a construir un triunfo electoral.
El estratega
En Arriba Chubut se entusiasman con los datos que surgen de los “focus group” que viene realizando el equipo de Mario Riorda, el consultor político del momento, artífice de los triunfos de “Rolo” Figueroa en Neuquén y Alberto Weretilneck en Río Negro. La elección está abierta y la campaña no tradicional será clave para conquistar el voto. Habrá un “puerta por puerta”, como siempre, pero el voto se conquista activamente en terrenos como las redes sociales. Torres ya lo hizo en elecciones anteriores pero no puede pensar que es el dueño del recurso. La pólvora se inventó hace siglos.
Riorda es un politólogo cordobés, director de la Maestría en Comunicación Política de la Universidad Austral, y se destaca por plantear respuestas al fin del “bicoalicionismo”: la histórica división entre dos sectores bien marcados, antes peronismo-radicalismo y ahora coaliciones como el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Y también en cómo enfrentar a lo que él llama “el cauce que arrasa”, que tracciona desde el enojo de la gente más que desde la ideología, y que tiene a los discursos violentos de Javier Milei como manual de cabecera.
Como respuesta, este consultor habla del “cauce ampliado” como comprensión de la dificultad que se viene: “Son como canales de riego que no existían, se construyen ad hoc y por necesidad. Pero son cauces calculados, pensados. Se presuponen virtuosos y su novedad es la aparición de diálogos impensables que sorprenden precisamente por eso. Son cauces de la diversidad, de la búsqueda de coincidencias desde la diferencia”, escribió Riorda hace poco en una columna de opinión en el diario Clarín.
“Efecto Maderna” (al revés)
Al haberse bajado de la contienda Adrián Maderna, la resta que esa candidatura le podría haber causado a Arriba Chubut ya no es tal. Es más, quedó la sensación de que el gesto del intendente de Trelew causó más decepción y enojo en Torres y sus acólitos que satisfacción en Luque.
El trelewense venía jugando al límite pero priorizó a tiempo su obligación de solucionar crisis terminales de su ciudad, a jugar en un terreno pantanoso en donde tenía mucho para perder. Ayer empezó a poner en caja el transporte público. Se vienen medidas para acomodar otro servicio público como la distribución de electricidad, agua y cloacas. Y se retoman, de a poco, los vínculos institucionales con la Provincia.
Le quedan siete meses de gestión y Maderna entendió que era mejor llegar conduciendo, no siendo conducido.
Escenarios impensados
Los números por ahora son volátiles pero marcan escenarios probables. La fórmula Luque-Sastre centra su campaña en la gestión porque, precisamente, en Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn es donde mejor intención de voto tienen. Ambos gobiernan (o gobernaron) con éxito sus territorios. Necesitan sumar mayor fortaleza en la zona cordillerana, en donde JxC está mejor. Y la gran batalla -no la que vaya a definir la elección pero sí en donde un mal resultado puede afectar a cualquier contendiente para la gobernación- se dará en Trelew.
Hay otros escenarios que no se pueden soslayar. Uno de ellos es cuánto poder electoral pueda terminar construyendo el empresario César Treffinger, “el Milei chubutense”, que es el único que puede capitalizar algo de ese “voto bronca” que nace de la desilusión y la frustración de muchos ciudadanos pero que se modela con una intensa campaña de algunos medios de comunicación. Treffinger, creen casi todos, le limará votos a Juntos por el Cambio.
Tampoco se sabe qué puede pasar con muchos de los partidos y candidatos que quedaron huérfanos de la candidatura de Maderna, y otros que armaron listas cortas para varios municipios. El Reglamento Electoral de Arriba Chubut aprobado por la Justicia Electoral, por ejemplo, contempla la posibilidad de realizar “pactos de adhesión” tras el cierre formal de listas de ayer. No es una locura pensar que muchos de esos candidatos locales terminen evaluando en los próximos días la posibilidad de adherir sus boletas al cuerpo de gobernador que integran Luque y Sastre.
Pero esa es otra historia. Es la discusión que se viene.#
En siete semanas los chubutenses tendremos un nuevo gobernador. También muchos nuevos intendentes, decenas de concejales y algunos nuevos integrantes del Consejo de la Magistratura. Se viene un cambio grande, no de época pero importante. También se sabe que no habrá margen para sorpresas y que la definición estará entre Juan Pablo Luque e Ignacio Torres. El futuro de la Provincia se definirá entre dos modelos: uno peronista anclado en la capacidad de gestión del comodorense y la de su compañero de fórmula, Ricardo Sastre; y otro liberal de centro-derecha (con un natural sesgo antiperonista) que promete “cambios” pero que ni con Torres ni con su compañero de fórmula, Gustavo Menna, puede hacer gala de la gestión pública más allá de una banca en el Congreso.
Golpe por golpe
El camino hasta el 30 de julio tendrá mucho de cruces personales, como los que comenzaron a verse hace varios días: Luque señalando la incapacidad de Torres para manejar la cosa pública y el senador respondiendo sobre una provincia “fundida”, sobre palmeras que se murieron en la costanera comodorense y siempre dispuesto a tirar golpes en el medio del barro.
Llevarlo a ese terreno al joven senador no parece ser una estrategia prediseñada pero le está dando buenos resultados a Luque, habitualmente menos acostumbrado al golpe por golpe.
Torres es un tractorcito que arrolla todo a su paso. Pero los resultados que consiguió en las urnas no avalan cualquier cosa. Por ejemplo, que pretenda disciplinar -por las buenas o por las malas- a todos lo que se mueve su alrededor. Desde adversarios internos hasta opositores; desde periodistas hasta empleados de la administración pública. La construcción política es otra cosa y ahí aparecen los puntos débiles. Aunque sigue con sus chances intactas, la pedantería política nunca es buena consejera y, mucho menos, una actitud que ayude a construir un triunfo electoral.
El estratega
En Arriba Chubut se entusiasman con los datos que surgen de los “focus group” que viene realizando el equipo de Mario Riorda, el consultor político del momento, artífice de los triunfos de “Rolo” Figueroa en Neuquén y Alberto Weretilneck en Río Negro. La elección está abierta y la campaña no tradicional será clave para conquistar el voto. Habrá un “puerta por puerta”, como siempre, pero el voto se conquista activamente en terrenos como las redes sociales. Torres ya lo hizo en elecciones anteriores pero no puede pensar que es el dueño del recurso. La pólvora se inventó hace siglos.
Riorda es un politólogo cordobés, director de la Maestría en Comunicación Política de la Universidad Austral, y se destaca por plantear respuestas al fin del “bicoalicionismo”: la histórica división entre dos sectores bien marcados, antes peronismo-radicalismo y ahora coaliciones como el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Y también en cómo enfrentar a lo que él llama “el cauce que arrasa”, que tracciona desde el enojo de la gente más que desde la ideología, y que tiene a los discursos violentos de Javier Milei como manual de cabecera.
Como respuesta, este consultor habla del “cauce ampliado” como comprensión de la dificultad que se viene: “Son como canales de riego que no existían, se construyen ad hoc y por necesidad. Pero son cauces calculados, pensados. Se presuponen virtuosos y su novedad es la aparición de diálogos impensables que sorprenden precisamente por eso. Son cauces de la diversidad, de la búsqueda de coincidencias desde la diferencia”, escribió Riorda hace poco en una columna de opinión en el diario Clarín.
“Efecto Maderna” (al revés)
Al haberse bajado de la contienda Adrián Maderna, la resta que esa candidatura le podría haber causado a Arriba Chubut ya no es tal. Es más, quedó la sensación de que el gesto del intendente de Trelew causó más decepción y enojo en Torres y sus acólitos que satisfacción en Luque.
El trelewense venía jugando al límite pero priorizó a tiempo su obligación de solucionar crisis terminales de su ciudad, a jugar en un terreno pantanoso en donde tenía mucho para perder. Ayer empezó a poner en caja el transporte público. Se vienen medidas para acomodar otro servicio público como la distribución de electricidad, agua y cloacas. Y se retoman, de a poco, los vínculos institucionales con la Provincia.
Le quedan siete meses de gestión y Maderna entendió que era mejor llegar conduciendo, no siendo conducido.
Escenarios impensados
Los números por ahora son volátiles pero marcan escenarios probables. La fórmula Luque-Sastre centra su campaña en la gestión porque, precisamente, en Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn es donde mejor intención de voto tienen. Ambos gobiernan (o gobernaron) con éxito sus territorios. Necesitan sumar mayor fortaleza en la zona cordillerana, en donde JxC está mejor. Y la gran batalla -no la que vaya a definir la elección pero sí en donde un mal resultado puede afectar a cualquier contendiente para la gobernación- se dará en Trelew.
Hay otros escenarios que no se pueden soslayar. Uno de ellos es cuánto poder electoral pueda terminar construyendo el empresario César Treffinger, “el Milei chubutense”, que es el único que puede capitalizar algo de ese “voto bronca” que nace de la desilusión y la frustración de muchos ciudadanos pero que se modela con una intensa campaña de algunos medios de comunicación. Treffinger, creen casi todos, le limará votos a Juntos por el Cambio.
Tampoco se sabe qué puede pasar con muchos de los partidos y candidatos que quedaron huérfanos de la candidatura de Maderna, y otros que armaron listas cortas para varios municipios. El Reglamento Electoral de Arriba Chubut aprobado por la Justicia Electoral, por ejemplo, contempla la posibilidad de realizar “pactos de adhesión” tras el cierre formal de listas de ayer. No es una locura pensar que muchos de esos candidatos locales terminen evaluando en los próximos días la posibilidad de adherir sus boletas al cuerpo de gobernador que integran Luque y Sastre.
Pero esa es otra historia. Es la discusión que se viene.#