Fue de vacaciones a Ushuaia y se reconoció en una foto en Puerto Argentino

René Oporto, de Rawson, hizo un viaje con su esposa sin saber que se encontraría con la imagen del chico que estuvo combatiendo en las islas. Integró la sección "Gato", que encabezó la reconquista y luego respondió a la llegada de las tropas inglesas

René Oporto señalando al chico que era él cuando estuvo combatiendo en Malvinas
29 ABR 2023 - 12:17 | Actualizado 01 MAY 2023 - 17:39

Por Lisandro Aguirregabiría/Redacción Jornada

El 27 de Mayo de 1982, René Oporto, un chico de 18 años de Rawson, soldado de la sección “Gato” del Regimiento de Infantería 25, regresaba a Puerto Argentino tras haber librado batalla contra los ingreses, que habían desembarcado hacía menos de una semana en la zona del canal San Carlos.

El jefe del Regimiento, el teniente coronel Mohamed Seineldín, junto al grupo de oficiales recibió a la tropa con un almuerzo. En la imagen Oporto es el tercero de la fila, el chico que en el pecho lleva municiones de una ametralladora MAG.

Habían derribado tres helicópteros a los ingleses con FAL, FAP y MAG en uno de los primeros combates en las islas. Oporto remplazó a un tirador al que habían asignado, que en ese momento estaba internado en Puerto Varas. Al día siguiente, partirían a Puerto Darwin.

Oporto, hoy jubilado de la provincia, hace poco viajó a Ushuaia junto con su esposa y en la plaza de Malvinas reconoció su rostro en la foto que colocaron allí para homenajear a los héroes.

No tenía ni la menor idea de que se iba a encontrar con ese recibimiento en sus tranquilas vacaciones. Alguien había visto una foto de él “en Río Gallegos o Río Grande”, pero no tenía mayores precisiones.

No sé si es un reconocimiento pero uno se siente halagado. Fue hermoso”, describe el hombre que integró la sección que aquel 21 de mayo fue testigo del desembarco de los ingreses en las Malvinas y respondió al primer ataque enemigo.

En la foto Oporto está junto con un soldado -hoy ya fallecido- y otros dos cordobeses; se lo ve orgulloso de haber superado con éxito el primer embate del enemigo.

“Volvíamos de San Carlos, después del desembarco de ellos cuando la sección nuestra les había derribado tres helicópteros a los ingleses. Nos hacen un recibimiento en un cuartel de los comandos argentinos para darnos un almuerzo; veníamos varios días replegándonos”, relata.

Antes de llegar a Puerto Argentino, durante el repliegue, hicieron breve parada en el establecimiento Douglas Paddock, donde conmemoraron el 25 de Mayo en medio de los campos de Malvinas.

Ahora en Ushuaia, a unos pasos de donde estaba hospedado, Oporto tenía a la vista al rompehielos Almirante Irízar, que junto al destructor ARA Santísima Trinidad y el Cabo San Antonio desembarcaron en las islas el 2 de abril.

RECONQUISTA Y CAMBIO DE PLANES

Muchos años después, Oporto se enteraría que su sección estaba destinada a tomar la Casa del Gobernador, pero en el medio hubo un cambio de planes -razones de logística- y les asignaron la misión de asegurar el aeropuerto.

Tampoco sabía nada aquellos últimos días de marzo en que ya se veía venir un conflicto bélico. La llamada "Operación Rosario" era un secreto. Para distraer habían lanzando versiones que apuntaban al conflicto con Chile.

La sección “Gato”, al mando del subteniente Roberto Oscar Reyes, fue la única del Ejército que desembarcó en las Malvinas aquel 2 de abril de 1982.

En esa sección había cuatro soldados chubutenses, de Comodoro Rivadavia, Rada Tilly, el Dique Ameghino y el mismo Oporto de Rawson. La mayoría eran cordobeses.


La incertumbre del conflicto se terminó el 1° de Abril. En la tarde noche, el contralmirante Carlos Büsser emitió el comunicado anunciando la reconquista inminente.

“Nos avisan la noche anterior que íbamos a tomar Malvinas, después de 149 años de la usurpación de los ingleses, habíamos sido los elegidos para recuperarlas, nos dijo Büsser”, recuerda Oporto.

“Quedamos boquiabiertos porque nadie sabía qué íbamos a hacer. Nos reunió el coronel Seineldín. No te voy a decir que no tuvimos miedo, esa adrenalina que no sabés que te va a pasar, no dormimos en toda la noche, nadie pegó un ojo", admite.

La sección "Gato" iba a bordo del Cabo San Antonio rumbo a las islas. En el buque viaja viajaba el teniente coronel Seineldín, que en la cubierta lanzó una arenga.

“Seineldin nos dijo ustedes fueron elegidos por el comandante del quinto cuerpo del ejército para desembarcar en Malvinas, tienen que sentirse orgullosos de representar a todo el Ejército Argentino”.

“A las 3 de la mañana hicimos diana, nos empiezan a enmascarar con betún, con boina, pasamontaña (nunca usamos casco) y nos subimos al anfibio”, recuerda el excombatiente.

La madrugada del 2 de abril, con un mar calmo y casi sin fío, se veía el relampaguo del fuego de los comandos anfibios que estaban tomando el cuartel de los Royal Marines, refieren las crónicas de la época.

Oporto estaba ahí en pleno combate. Tenían 45 minutos para hacerse del aeropuerto. Luego llegaría el turno de los aviones Hécules.

“5.30 llegamos a la playa del cabo San Antonio, desembarcamos con los anfibios, tomamos el aeropuerto y escuchamos el combate que se estaba librando en la Casa del Gobernador. Estábamos cerca, las detonaciones, el humo”.

“Éramos 30 soldados y bajamos solamente 21. Un grupo se quedó arriba del buque Cabo San Antonio para bajarnos el equipaje después de desembarcar. Nosotros tomamos el aeropuerto 5.30 horas e Infantería de Marina tomó la Casa de Gobierno”, cuenta.

Una vez allí, se apoderaron de la Torre de Control e izaron la bandera argentina. Más tarde, marcharon a la Casa del Gobernador, donde se agruparon con las tropas de Infantería de Marina.

EL REGRESO

La guerra para Oporto terminó en pleno combate de Darwin.

Luego de la rendición, desembarcaron en Uruguay, el 14 de junio, y de ahí los trasladaron hasta Campo de Mayo donde se dieron un baño caliente, comieron y se cambiaron de ropa. Estuvieron cuatro días allí recuperándose.

El 19 de junio, recuerda Oporto, llegaron a Sarmiento, en Chubut, donde el colectivo no pudo ingresar al regimiento debido a que había una multitud esperándolos. "Tuvimos que entrar caminando porque el colecitvo no pudo avanzar de la cantidad de gente que nos fue a recibir", dice.

El excombatiente regresó a su trabajo en la administración pública en Rawson, donde hizo su vida, tuvo hijos y se jubiló.

Hoy siguen en contacto y se juntan cada vez que pueden unidos por un mismo sentimiento. "No tengo nada para reprocharme, hicimos lo máximo que pudimos", asegura.

"Siempre digo que los jefes que tuvimos estuvieron a la altura de las circunstancias. Con el grupo de oficiales y subociciales, después de 41 años, seguimos en contacto, no hay rencores", concluye.

René Oporto señalando al chico que era él cuando estuvo combatiendo en Malvinas
29 ABR 2023 - 12:17

Por Lisandro Aguirregabiría/Redacción Jornada

El 27 de Mayo de 1982, René Oporto, un chico de 18 años de Rawson, soldado de la sección “Gato” del Regimiento de Infantería 25, regresaba a Puerto Argentino tras haber librado batalla contra los ingreses, que habían desembarcado hacía menos de una semana en la zona del canal San Carlos.

El jefe del Regimiento, el teniente coronel Mohamed Seineldín, junto al grupo de oficiales recibió a la tropa con un almuerzo. En la imagen Oporto es el tercero de la fila, el chico que en el pecho lleva municiones de una ametralladora MAG.

Habían derribado tres helicópteros a los ingleses con FAL, FAP y MAG en uno de los primeros combates en las islas. Oporto remplazó a un tirador al que habían asignado, que en ese momento estaba internado en Puerto Varas. Al día siguiente, partirían a Puerto Darwin.

Oporto, hoy jubilado de la provincia, hace poco viajó a Ushuaia junto con su esposa y en la plaza de Malvinas reconoció su rostro en la foto que colocaron allí para homenajear a los héroes.

No tenía ni la menor idea de que se iba a encontrar con ese recibimiento en sus tranquilas vacaciones. Alguien había visto una foto de él “en Río Gallegos o Río Grande”, pero no tenía mayores precisiones.

No sé si es un reconocimiento pero uno se siente halagado. Fue hermoso”, describe el hombre que integró la sección que aquel 21 de mayo fue testigo del desembarco de los ingreses en las Malvinas y respondió al primer ataque enemigo.

En la foto Oporto está junto con un soldado -hoy ya fallecido- y otros dos cordobeses; se lo ve orgulloso de haber superado con éxito el primer embate del enemigo.

“Volvíamos de San Carlos, después del desembarco de ellos cuando la sección nuestra les había derribado tres helicópteros a los ingleses. Nos hacen un recibimiento en un cuartel de los comandos argentinos para darnos un almuerzo; veníamos varios días replegándonos”, relata.

Antes de llegar a Puerto Argentino, durante el repliegue, hicieron breve parada en el establecimiento Douglas Paddock, donde conmemoraron el 25 de Mayo en medio de los campos de Malvinas.

Ahora en Ushuaia, a unos pasos de donde estaba hospedado, Oporto tenía a la vista al rompehielos Almirante Irízar, que junto al destructor ARA Santísima Trinidad y el Cabo San Antonio desembarcaron en las islas el 2 de abril.

RECONQUISTA Y CAMBIO DE PLANES

Muchos años después, Oporto se enteraría que su sección estaba destinada a tomar la Casa del Gobernador, pero en el medio hubo un cambio de planes -razones de logística- y les asignaron la misión de asegurar el aeropuerto.

Tampoco sabía nada aquellos últimos días de marzo en que ya se veía venir un conflicto bélico. La llamada "Operación Rosario" era un secreto. Para distraer habían lanzando versiones que apuntaban al conflicto con Chile.

La sección “Gato”, al mando del subteniente Roberto Oscar Reyes, fue la única del Ejército que desembarcó en las Malvinas aquel 2 de abril de 1982.

En esa sección había cuatro soldados chubutenses, de Comodoro Rivadavia, Rada Tilly, el Dique Ameghino y el mismo Oporto de Rawson. La mayoría eran cordobeses.


La incertumbre del conflicto se terminó el 1° de Abril. En la tarde noche, el contralmirante Carlos Büsser emitió el comunicado anunciando la reconquista inminente.

“Nos avisan la noche anterior que íbamos a tomar Malvinas, después de 149 años de la usurpación de los ingleses, habíamos sido los elegidos para recuperarlas, nos dijo Büsser”, recuerda Oporto.

“Quedamos boquiabiertos porque nadie sabía qué íbamos a hacer. Nos reunió el coronel Seineldín. No te voy a decir que no tuvimos miedo, esa adrenalina que no sabés que te va a pasar, no dormimos en toda la noche, nadie pegó un ojo", admite.

La sección "Gato" iba a bordo del Cabo San Antonio rumbo a las islas. En el buque viaja viajaba el teniente coronel Seineldín, que en la cubierta lanzó una arenga.

“Seineldin nos dijo ustedes fueron elegidos por el comandante del quinto cuerpo del ejército para desembarcar en Malvinas, tienen que sentirse orgullosos de representar a todo el Ejército Argentino”.

“A las 3 de la mañana hicimos diana, nos empiezan a enmascarar con betún, con boina, pasamontaña (nunca usamos casco) y nos subimos al anfibio”, recuerda el excombatiente.

La madrugada del 2 de abril, con un mar calmo y casi sin fío, se veía el relampaguo del fuego de los comandos anfibios que estaban tomando el cuartel de los Royal Marines, refieren las crónicas de la época.

Oporto estaba ahí en pleno combate. Tenían 45 minutos para hacerse del aeropuerto. Luego llegaría el turno de los aviones Hécules.

“5.30 llegamos a la playa del cabo San Antonio, desembarcamos con los anfibios, tomamos el aeropuerto y escuchamos el combate que se estaba librando en la Casa del Gobernador. Estábamos cerca, las detonaciones, el humo”.

“Éramos 30 soldados y bajamos solamente 21. Un grupo se quedó arriba del buque Cabo San Antonio para bajarnos el equipaje después de desembarcar. Nosotros tomamos el aeropuerto 5.30 horas e Infantería de Marina tomó la Casa de Gobierno”, cuenta.

Una vez allí, se apoderaron de la Torre de Control e izaron la bandera argentina. Más tarde, marcharon a la Casa del Gobernador, donde se agruparon con las tropas de Infantería de Marina.

EL REGRESO

La guerra para Oporto terminó en pleno combate de Darwin.

Luego de la rendición, desembarcaron en Uruguay, el 14 de junio, y de ahí los trasladaron hasta Campo de Mayo donde se dieron un baño caliente, comieron y se cambiaron de ropa. Estuvieron cuatro días allí recuperándose.

El 19 de junio, recuerda Oporto, llegaron a Sarmiento, en Chubut, donde el colectivo no pudo ingresar al regimiento debido a que había una multitud esperándolos. "Tuvimos que entrar caminando porque el colecitvo no pudo avanzar de la cantidad de gente que nos fue a recibir", dice.

El excombatiente regresó a su trabajo en la administración pública en Rawson, donde hizo su vida, tuvo hijos y se jubiló.

Hoy siguen en contacto y se juntan cada vez que pueden unidos por un mismo sentimiento. "No tengo nada para reprocharme, hicimos lo máximo que pudimos", asegura.

"Siempre digo que los jefes que tuvimos estuvieron a la altura de las circunstancias. Con el grupo de oficiales y subociciales, después de 41 años, seguimos en contacto, no hay rencores", concluye.


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