8 de marzo: la lupa puesta en políticas públicas para bajar cifras de femicidios y violencia de género

08 MAR 2023 - 9:19 | Actualizado 08 MAR 2023 - 9:25

Por Lorena Leeming - Editora de Género de Jornada Medios

Se conmemora hoy 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer. Es ésta una jornada en la que prevalece el debate, el análisis grupal e intercambiar distintos puntos de vista de la realidad. De los derechos conquistados y de aquellos que aún no se han logrado y que son urgentes. Se organizan marchas, debates, charlas y todo lo que pueda significar construir una herramienta para mejorar el futuro de las mujeres. Para obtener políticas públicas que las saquen del estado de desprotección y vulnerabilidad que muchas de ellas se encuentran, que bajen los índices de femicidios (1 cada 35 horas en la Argentina). Si bien en 2022 ninguna mujer perdió la vida por este delito en la provincia de Chubut, las denuncias de violencia por razones de género y abusos sexuales están por las nubes. La lupa debe estar allí.

Se debe decir todo. En la actualidad son visibles las resistencias que en tantas oportunidades se traducen en agresiones hacia quien piensa distinto, siente diferente u propone acciones. Cuesta mucho crear espacios de igualdad y que todas las personas sean respetadas. Se puede ver por estos motivos, algún retroceso pero eso no significa que la lucha no continúe. Al contrario, es ahí donde se tiene que trabajar más y con más certeza y convicción para lograr de una vez y por todas, una sociedad diferente.

El 8 de marzo, es una fecha cara a la historia de las mujeres a nivel mundial. En 1908, un suceso transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero:129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo, lo que sirve e impulsa a pensar otro panorama a la luz de las condiciones actuales que las mujeres enfrentan en la vida diaria.

Es un día para pedir una vez más por “igualdad” y el fin de la violencia machista, un reclamo que con distintas “intervenciones” distintos grupos organizados piden a gritos. Y dan números, y dan nombres y citan frases como “murió en manos de quien decía amarla”. Y así se colocaron en varios lugares de distintos puntos del país “bancos rojos” cuyo significado es la visibilización de las mujeres muertas víctimas de la violencia por razones de género.

Decíamos que la lucha es importante porque si sumamos, hablamos de cientos de mujeres que son asesinadas cada año en este país, también por aquellas que (como citamos anteriormente) son abusadas, por las tareas domésticas y de cuidados que no son reconocidas, por tener un menor sueldo a igual cargo que un hombre, por las desocupadas y, como si fuera poco, por una pandemia que hizo estragos con muchas de ellas.

Las pancartas, los carteles y las formas que utilizan para manifestarse en este día, dejan al menos alguna reflexión: “Que se mujer no te cueste la vida” o “Quiero salir de mi casa y ver que voy a volver”. Es impotente leer esos carteles. En su mayoría son pibas (aunque no todas) y que lamentablemente si las entrevistás ya no sorprende que digan que en algún momento de su vida han sido víctimas de algún tipo de acoso/abuso o al menos conocen una o más mujeres de su entorno que sí lo han sido. La realidad duele, lastima, da rabia. Pero la única manera de revertirla es contándola, dándole visibilización.

A las mujeres les cuesta salir del círculo de la violencia por no tener las herramientas económicas para hacerlo. Ahí las políticas públicas deberían intervenir. Tener un trabajo seguro y bien pago que les permita tener una vida digna para ella y sus hijas sería parte de la solución que a gritos se pide. Se las critica muchas veces porque se separan de quien las golpeó o maltrató y vuelven con el agresor. Pero señores, así es el círculo de la violencia, es imposible mantenerse por sus propios medios si toda una vida ha sido dedicada a la crianza de sus hijos o a tareas de cuidado de familiares que, como decíamos, son tareas no remuneradas y muy pocas veces o nunca valoradas.

Como homenaje en este día, Diario Jornada preparó una edición especial digital. Cientos de historias de mujeres se contaron en nuestras páginas en la última década, pero tomamos sólo las del año 2022. Historias de mujeres que han logrado sus objetivos “a pesar de los obstáculos”, que han vivido alguna situación particular o que por algún u otro motivo han sido noticia. Ahora, la lucha se centra en “eliminar” directamente esos “obstáculos” y que las mujeres puedan ser y vivir en un mundo sin violencias. En un mundo mejor para todos.

Decidimos que la publicación se llame “Personas”. Uno de los propósitos es visibilizar ese rol de la mujer que tantos años (o históricamente) estuvo oculto. Elegimos algunas. Las elecciones son odiosas, igual que las comparaciones o alguna premiación de una sobre su par. Ninguna mujer es más importante que otra por lo que hace. Todas son esenciales en el lugar que ocupan. El rol que cada una ejerce desde su trabajo, desde el hogar o donde quiera que esté merece una valoración. Y una reparación por tantos años de olvido, de destrato. Hoy se visibiliza, hoy se habla de ellas y varias voces son las que piden con urgencia que las políticas públicas se enfoquen en evitar que lleguen a instituciones, hogares o “Casas de la Mujer”. La existencia de estos espacios son importantes, son útiles pero también hay que admitir que cuando una mujer llega ahí es porque ya “es tarde”.

08 MAR 2023 - 9:19

Por Lorena Leeming - Editora de Género de Jornada Medios

Se conmemora hoy 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer. Es ésta una jornada en la que prevalece el debate, el análisis grupal e intercambiar distintos puntos de vista de la realidad. De los derechos conquistados y de aquellos que aún no se han logrado y que son urgentes. Se organizan marchas, debates, charlas y todo lo que pueda significar construir una herramienta para mejorar el futuro de las mujeres. Para obtener políticas públicas que las saquen del estado de desprotección y vulnerabilidad que muchas de ellas se encuentran, que bajen los índices de femicidios (1 cada 35 horas en la Argentina). Si bien en 2022 ninguna mujer perdió la vida por este delito en la provincia de Chubut, las denuncias de violencia por razones de género y abusos sexuales están por las nubes. La lupa debe estar allí.

Se debe decir todo. En la actualidad son visibles las resistencias que en tantas oportunidades se traducen en agresiones hacia quien piensa distinto, siente diferente u propone acciones. Cuesta mucho crear espacios de igualdad y que todas las personas sean respetadas. Se puede ver por estos motivos, algún retroceso pero eso no significa que la lucha no continúe. Al contrario, es ahí donde se tiene que trabajar más y con más certeza y convicción para lograr de una vez y por todas, una sociedad diferente.

El 8 de marzo, es una fecha cara a la historia de las mujeres a nivel mundial. En 1908, un suceso transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero:129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo, lo que sirve e impulsa a pensar otro panorama a la luz de las condiciones actuales que las mujeres enfrentan en la vida diaria.

Es un día para pedir una vez más por “igualdad” y el fin de la violencia machista, un reclamo que con distintas “intervenciones” distintos grupos organizados piden a gritos. Y dan números, y dan nombres y citan frases como “murió en manos de quien decía amarla”. Y así se colocaron en varios lugares de distintos puntos del país “bancos rojos” cuyo significado es la visibilización de las mujeres muertas víctimas de la violencia por razones de género.

Decíamos que la lucha es importante porque si sumamos, hablamos de cientos de mujeres que son asesinadas cada año en este país, también por aquellas que (como citamos anteriormente) son abusadas, por las tareas domésticas y de cuidados que no son reconocidas, por tener un menor sueldo a igual cargo que un hombre, por las desocupadas y, como si fuera poco, por una pandemia que hizo estragos con muchas de ellas.

Las pancartas, los carteles y las formas que utilizan para manifestarse en este día, dejan al menos alguna reflexión: “Que se mujer no te cueste la vida” o “Quiero salir de mi casa y ver que voy a volver”. Es impotente leer esos carteles. En su mayoría son pibas (aunque no todas) y que lamentablemente si las entrevistás ya no sorprende que digan que en algún momento de su vida han sido víctimas de algún tipo de acoso/abuso o al menos conocen una o más mujeres de su entorno que sí lo han sido. La realidad duele, lastima, da rabia. Pero la única manera de revertirla es contándola, dándole visibilización.

A las mujeres les cuesta salir del círculo de la violencia por no tener las herramientas económicas para hacerlo. Ahí las políticas públicas deberían intervenir. Tener un trabajo seguro y bien pago que les permita tener una vida digna para ella y sus hijas sería parte de la solución que a gritos se pide. Se las critica muchas veces porque se separan de quien las golpeó o maltrató y vuelven con el agresor. Pero señores, así es el círculo de la violencia, es imposible mantenerse por sus propios medios si toda una vida ha sido dedicada a la crianza de sus hijos o a tareas de cuidado de familiares que, como decíamos, son tareas no remuneradas y muy pocas veces o nunca valoradas.

Como homenaje en este día, Diario Jornada preparó una edición especial digital. Cientos de historias de mujeres se contaron en nuestras páginas en la última década, pero tomamos sólo las del año 2022. Historias de mujeres que han logrado sus objetivos “a pesar de los obstáculos”, que han vivido alguna situación particular o que por algún u otro motivo han sido noticia. Ahora, la lucha se centra en “eliminar” directamente esos “obstáculos” y que las mujeres puedan ser y vivir en un mundo sin violencias. En un mundo mejor para todos.

Decidimos que la publicación se llame “Personas”. Uno de los propósitos es visibilizar ese rol de la mujer que tantos años (o históricamente) estuvo oculto. Elegimos algunas. Las elecciones son odiosas, igual que las comparaciones o alguna premiación de una sobre su par. Ninguna mujer es más importante que otra por lo que hace. Todas son esenciales en el lugar que ocupan. El rol que cada una ejerce desde su trabajo, desde el hogar o donde quiera que esté merece una valoración. Y una reparación por tantos años de olvido, de destrato. Hoy se visibiliza, hoy se habla de ellas y varias voces son las que piden con urgencia que las políticas públicas se enfoquen en evitar que lleguen a instituciones, hogares o “Casas de la Mujer”. La existencia de estos espacios son importantes, son útiles pero también hay que admitir que cuando una mujer llega ahí es porque ya “es tarde”.


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