Veterinario Jorge Ferruz: “La superpoblación canina implica una emergencia sanitaria”

Veterinario Jorge Ferruz.
26 FEB 2023 - 20:16 | Actualizado 26 FEB 2023 - 20:17

Por Ismael Tebes

Jorge Ferruz, veterinario de profesión y vocación reconoce que la pandemia sirvió entre otras cosas para fortalecer los vínculos con los animales. Y pidió “criterio” a la hora de elegir una mascota. “Siempre atenderé a cualquier animal que lo necesite”, dice reconociendo que un espíritu solidario no siempre está “bien visto” entre sus colegas.

“Hay muchos casos en los que solía denunciar maltrato animal aunque generalmente en esos hogares también se advertía que había violencia familiar. Acá quizás no se ve, pero en las grandes ciudades hay psicólogos que tratan a la familia completa, inclusive a los perros”, reconoció.

Ante los casos de superpoblación canina y lo que en muchos casos representa lo inverso de la tenencia responsable, Ferruz asume no volver a antiguos esquemas. “Muchos piden la vuelta de la perrera porque creen que matando se soluciona todo. No hay nada más fantasioso que eso. Eso nos pinta cómo somos”, lamenta.

“La superpoblación canina implica una emergencia sanitaria. Según la Organización Mundial de la Salud, estamos “pasados” en la proporción lógica que tiene que haber entre perros, gatos y humanos. Nunca se decretó la emergencia porque políticamente no suma”.

El veterinario reconoció que el tema no siempre se ve de la misma manera e implica un plus de responsabilidad. “No hay que pensar cuánto puedo ganar por operar cierta cantidad de perros, es prestar un servicio accesible para que sea masivo y podamos solucionar un problema”.

“La castración –expresó Ferruz- es una de las soluciones, quizás la más importante. Yo pondría en el orden, primero a la educación. Culturalmente venimos mal porque hay cosas que ya no se enseñan en la casa. Tendría que incluirse en la currícula, un módulo que hable de la tenencia responsable”.

Define que el “descuido” animal demuestra un problema de raíz cultural. “Hay tres clases de perros. Los domiciliados que están vacunados, en sus casos y que los suelen sacar con el bozal, la correa y la bolsita para sus deposiciones. Están los callejeros que son ariscos y comen sobras de la basura; a veces hacen daño en las zonas rurales. No hay una gran población, tienen enfermedades y no se reproducen mucho tampoco”.

Y finalmente indicó que los perros que representan un mayor riesgo sanitario son los “semidomiciliados” que responden al patrón costumbrista. “Todos tenemos un perro que alimentamos y le abrimos la puerta para que dé una vuelta por el barrio. Y ahí está el problema. No se castran, tienen crías y son los que atacan al cartero; rompen la basura o provocan accidentes de tránsito”. Ferruz advirtió el alto nivel de contaminación ambiental provocado por la cantidad de excrementos y litros de orina con una alta carga parasitaria en la vía pública. “Es un problema que quizás pasa inadvertido pero está”.

“El responsable siempre es el Estado pero lo cierto es que el Estado somos todos. Y tenemos que hacer algo”, sostuvo el veterinario quien lamentó la falta de “contagio” de las ideas positivas que intentan cambiar la realidad.

Criterio

A la hora de elegir una mascota o un animal de compañía, Ferruz propone que haya criterio. “Hay razas que suelen estar de moda pero que no encajan siempre en determinados modelos. Hay que tener el suficiente espacio, un presupuesto acorde para la compra de alimento y atención. Quizás un perro no sea un hijo pero se adquiere una relación afectiva que es muy importante”.

“En cuanto al temperamento –agregó el profesional veterinario- también es importante qué tipo de animal se pretende tener. Tiene mucho que ver la educación hasta los cuatro meses donde se forma. Hay algo de ignorancia sobre esto. Si se hace jugar y enojar a un cachorro, puede que sea tranquilo o agresivo. Todo empieza de chiquito. Si uno no está todo el día en su casa, no tengas un perro”, sugirió.

Jorge Ferruz reconoció un aumento en la consulta por gatos, que han ocupado un espacio en los hogares quizás con una menor demanda de atención. “Podría decir que los felinos han equiparado a los perros como mascotas hogareñas. La gente vacuna a los gatos y hasta podría decir que son los animales de compañía del futuro”.

“Está la gente que compra perros de raza para “mejorar” su estatus y que se enoja si no le halagas a su animal. Y para mí es lo mismo un perro de pedigree que uno callejero” ratificando la decisión de “ayudar” en casos que requieren de atención y no siempre a cambio de un pago. Ferruz, oriundo de Villa Urquiza, Buenos Aires llegó a Comodoro Rivadavia en 1988 y estudió la carrera de Veterinaria en la Universidad de Rosario sede Casilda. “Empecé la carrera a los 26 años y la terminé a los 31. Llegué a la zona como veterinario militar y presté servicio en el hospital Militar de Kilómetro Ocho”. Se considera un amante de los caballos, contribuyó a la creación de los primeros clubes ecuestres en la ciudad. “El animal más raro que atendí fue en la época de los circos, tuve que vacunar a un cachorro de león. Trabajé con cisnes, animales autóctonos como el piche y muchos casos de pingüinos empetrolados”, describe quien recibiera la distinción “Cerro Chenque” del Concejo Deliberante por su atención desinteresada.#

Veterinario Jorge Ferruz.
26 FEB 2023 - 20:16

Por Ismael Tebes

Jorge Ferruz, veterinario de profesión y vocación reconoce que la pandemia sirvió entre otras cosas para fortalecer los vínculos con los animales. Y pidió “criterio” a la hora de elegir una mascota. “Siempre atenderé a cualquier animal que lo necesite”, dice reconociendo que un espíritu solidario no siempre está “bien visto” entre sus colegas.

“Hay muchos casos en los que solía denunciar maltrato animal aunque generalmente en esos hogares también se advertía que había violencia familiar. Acá quizás no se ve, pero en las grandes ciudades hay psicólogos que tratan a la familia completa, inclusive a los perros”, reconoció.

Ante los casos de superpoblación canina y lo que en muchos casos representa lo inverso de la tenencia responsable, Ferruz asume no volver a antiguos esquemas. “Muchos piden la vuelta de la perrera porque creen que matando se soluciona todo. No hay nada más fantasioso que eso. Eso nos pinta cómo somos”, lamenta.

“La superpoblación canina implica una emergencia sanitaria. Según la Organización Mundial de la Salud, estamos “pasados” en la proporción lógica que tiene que haber entre perros, gatos y humanos. Nunca se decretó la emergencia porque políticamente no suma”.

El veterinario reconoció que el tema no siempre se ve de la misma manera e implica un plus de responsabilidad. “No hay que pensar cuánto puedo ganar por operar cierta cantidad de perros, es prestar un servicio accesible para que sea masivo y podamos solucionar un problema”.

“La castración –expresó Ferruz- es una de las soluciones, quizás la más importante. Yo pondría en el orden, primero a la educación. Culturalmente venimos mal porque hay cosas que ya no se enseñan en la casa. Tendría que incluirse en la currícula, un módulo que hable de la tenencia responsable”.

Define que el “descuido” animal demuestra un problema de raíz cultural. “Hay tres clases de perros. Los domiciliados que están vacunados, en sus casos y que los suelen sacar con el bozal, la correa y la bolsita para sus deposiciones. Están los callejeros que son ariscos y comen sobras de la basura; a veces hacen daño en las zonas rurales. No hay una gran población, tienen enfermedades y no se reproducen mucho tampoco”.

Y finalmente indicó que los perros que representan un mayor riesgo sanitario son los “semidomiciliados” que responden al patrón costumbrista. “Todos tenemos un perro que alimentamos y le abrimos la puerta para que dé una vuelta por el barrio. Y ahí está el problema. No se castran, tienen crías y son los que atacan al cartero; rompen la basura o provocan accidentes de tránsito”. Ferruz advirtió el alto nivel de contaminación ambiental provocado por la cantidad de excrementos y litros de orina con una alta carga parasitaria en la vía pública. “Es un problema que quizás pasa inadvertido pero está”.

“El responsable siempre es el Estado pero lo cierto es que el Estado somos todos. Y tenemos que hacer algo”, sostuvo el veterinario quien lamentó la falta de “contagio” de las ideas positivas que intentan cambiar la realidad.

Criterio

A la hora de elegir una mascota o un animal de compañía, Ferruz propone que haya criterio. “Hay razas que suelen estar de moda pero que no encajan siempre en determinados modelos. Hay que tener el suficiente espacio, un presupuesto acorde para la compra de alimento y atención. Quizás un perro no sea un hijo pero se adquiere una relación afectiva que es muy importante”.

“En cuanto al temperamento –agregó el profesional veterinario- también es importante qué tipo de animal se pretende tener. Tiene mucho que ver la educación hasta los cuatro meses donde se forma. Hay algo de ignorancia sobre esto. Si se hace jugar y enojar a un cachorro, puede que sea tranquilo o agresivo. Todo empieza de chiquito. Si uno no está todo el día en su casa, no tengas un perro”, sugirió.

Jorge Ferruz reconoció un aumento en la consulta por gatos, que han ocupado un espacio en los hogares quizás con una menor demanda de atención. “Podría decir que los felinos han equiparado a los perros como mascotas hogareñas. La gente vacuna a los gatos y hasta podría decir que son los animales de compañía del futuro”.

“Está la gente que compra perros de raza para “mejorar” su estatus y que se enoja si no le halagas a su animal. Y para mí es lo mismo un perro de pedigree que uno callejero” ratificando la decisión de “ayudar” en casos que requieren de atención y no siempre a cambio de un pago. Ferruz, oriundo de Villa Urquiza, Buenos Aires llegó a Comodoro Rivadavia en 1988 y estudió la carrera de Veterinaria en la Universidad de Rosario sede Casilda. “Empecé la carrera a los 26 años y la terminé a los 31. Llegué a la zona como veterinario militar y presté servicio en el hospital Militar de Kilómetro Ocho”. Se considera un amante de los caballos, contribuyó a la creación de los primeros clubes ecuestres en la ciudad. “El animal más raro que atendí fue en la época de los circos, tuve que vacunar a un cachorro de león. Trabajé con cisnes, animales autóctonos como el piche y muchos casos de pingüinos empetrolados”, describe quien recibiera la distinción “Cerro Chenque” del Concejo Deliberante por su atención desinteresada.#


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