Mariano Arcioni no parece estar apurado por definir la fecha de las elecciones en Chubut. A diferencia de sus aliados de momento, el vicegobernador Ricardo Sastre y el intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque, a los que les urge no sólo definir la fecha cuanto antes sino, además, que alguno de los dos se baje en beneficio del otro, el gobernador elige por ahora seguir acomodando el carro de su gestión. Es que más allá de sus apetencias electorales (no descarta la idea de competir por una banca de diputado nacional en octubre si su amigo Sergio Massa juega para Presidente), sabe que su futuro electoral o político dependerá de cómo termine su gestión. Si adelanta, el calendario se le puede venir encima y los 11 meses de mandato que le restan desde ahora podrían ser muchos menos. Todos juegan su propio juego. Arcioni también.
Salarios y energía
El gobernador anunció esta semana un aumento salarial para los empleados públicos de 38% en cuotas, incorporó a planta permanente a 8.500 trabajadores que estaban precarizados como “temporarios”, y presentó un nuevo convenio colectivo para los miles de agentes estatales de la ex Ley 1987, los más postergados por años. Además, prometió rediscutir nuevos aumentos en paritarias a partir de julio, si la inflación sigue golpeando a los que menos tienen. Hay muchos dirigentes gremiales que fueron al acto de la Peatonal Fontana, pero también hay otros que por lo bajo aprueban lo anunciado pero les queda más cómodo parecer distantes del Gobierno provincial.
Arcioni también fue esta semana a Telsen a colocar los nuevos generadores que solucionarán el problema de la distribución de energía en esa localidad y otros pueblos de la Meseta que se sumarán en estos días (Gastre, Lagunita Salada, Colan Conhué). Se invirtieron 90 millones de pesos en seis equipos. Además, prepara varios anuncios de importancia en materia de energía para su discurso del 1° de marzo en la Legislatura. Sabe que la cuestión energética será clave para el último tramo de su gobierno pero también para el futuro económico de Chubut.
La batalla por Trelew
La primera elección del año en Chubut, que podría marcar el pulso del electorado y dar señales sobre lo que podría pasar en un año en el que habrá recambio de cargos importantes en todos los niveles, fue ratificada el viernes en una sesión extraordinaria del Concejo Deliberante de Trelew. Aunque algunos querían debatir la fecha, era más que obvio que eso es una potestad exclusiva del intendente Adrián Maderna -de cualquier intendente, por cierto- y que lo único que se podía discutir, en todo caso, era el cronograma electoral y las condiciones generales del comicio.
La forma en la que finalmente votaron los diez concejales trelewenses dejó en claro en qué vereda está parado cada sector. El madernismo lo aprobó con manos propias y de otras ediles peronistas como Carol Williams, de la agrupación “Viento Sur”, que lidera el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de Trelew, “Pancho” Schiavone. Pero también con el apoyo del único concejal radical, Rubén Cáceres, que durante todo el año se peleó con el oficialismo en el recinto pero, esta vez, los unió las necesidades políticas. El edil radical responde al diputado Manuel Pagliaroni y al presidente de la UCR, Damián Biss, que creen que adelantar la fecha de elecciones eleva las chances de su candidato local, el exministro de Seguridad Federico Massoni.
También quedaron en evidencia las distancias entre la gestión municipal y otros sectores del peronismo. Por ejemplo, se abstuvieron de apoyar el adelantamiento tres concejales peronistas: el ultramackarthysta Leandro Espinosa y la exmadernista Virginia Correa, que ahora abreva en las fuentes del exintendente César Gustavo Mac Karthy. La tercera abstención la aportó Oscar Villarroel, un histórico del Sindicato de Empleados de Comerio (SEC), que en línea con su jefe político, Alfredo Beliz, tampoco acuerda con adelantar. El líder mercantil tiene matices: dijo que es “apresurado” adelantar las elecciones en Trelew, pero se alineó a la campaña a gobernador de Sastre, que pide adelantar en Chubut. De hecho, el intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, es casi seguro que también decida votar en pocos meses.
Separados por el cambio
Un capítulo aparte en la carrera por Trelew se vive puertas adentro de Juntos por el Cambio. Cuando más chances parecen tener de ganar elecciones importantes, la interna les sigue jugando una mala pasada. Desde el radicalismo local -que impulsa a Massoni- rechazan la idea de una “interna abierta” para definir al candidato para el 16 de abril. Entonces, tanto Massoni como el candidato del PRO, el veterninario radical Gerardo Merino, deberían ir cada uno por su lado. La división de votos mejoraría las posibilidades de otros candidatos, como el independiente Pablo Mamet, que podría recoger más votos de sectores medios, o el camporista Emanuel Coliñir, uno de los aspirantes peronistas que, además, tiene el apoyo del Gobierno provincial.
Esta semana habrá en Buenos Aires una cumbre de dirigentes locales de JxC con sus jefes políticos, Patricia Bullrich, titular del PRO, y Gerardo Morales, de la UCR. La línea que bajan desde arriba es elegir candidatos en internas abiertas. Y si no, que nadie lleve el sello de la alianza.
El tema central es quién pone la plata para hacer una interna abierta para 10 mil afiliados y unos 60 mil independientes en condiciones de votar. Cuesta muy caro y, sí o sí, la deben solventar los partidos que la organizan. La plata va a estar, aseguran. El tema es limar asperezas para que la alianza no se rompa en la primera de cambio.#
Mariano Arcioni no parece estar apurado por definir la fecha de las elecciones en Chubut. A diferencia de sus aliados de momento, el vicegobernador Ricardo Sastre y el intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque, a los que les urge no sólo definir la fecha cuanto antes sino, además, que alguno de los dos se baje en beneficio del otro, el gobernador elige por ahora seguir acomodando el carro de su gestión. Es que más allá de sus apetencias electorales (no descarta la idea de competir por una banca de diputado nacional en octubre si su amigo Sergio Massa juega para Presidente), sabe que su futuro electoral o político dependerá de cómo termine su gestión. Si adelanta, el calendario se le puede venir encima y los 11 meses de mandato que le restan desde ahora podrían ser muchos menos. Todos juegan su propio juego. Arcioni también.
Salarios y energía
El gobernador anunció esta semana un aumento salarial para los empleados públicos de 38% en cuotas, incorporó a planta permanente a 8.500 trabajadores que estaban precarizados como “temporarios”, y presentó un nuevo convenio colectivo para los miles de agentes estatales de la ex Ley 1987, los más postergados por años. Además, prometió rediscutir nuevos aumentos en paritarias a partir de julio, si la inflación sigue golpeando a los que menos tienen. Hay muchos dirigentes gremiales que fueron al acto de la Peatonal Fontana, pero también hay otros que por lo bajo aprueban lo anunciado pero les queda más cómodo parecer distantes del Gobierno provincial.
Arcioni también fue esta semana a Telsen a colocar los nuevos generadores que solucionarán el problema de la distribución de energía en esa localidad y otros pueblos de la Meseta que se sumarán en estos días (Gastre, Lagunita Salada, Colan Conhué). Se invirtieron 90 millones de pesos en seis equipos. Además, prepara varios anuncios de importancia en materia de energía para su discurso del 1° de marzo en la Legislatura. Sabe que la cuestión energética será clave para el último tramo de su gobierno pero también para el futuro económico de Chubut.
La batalla por Trelew
La primera elección del año en Chubut, que podría marcar el pulso del electorado y dar señales sobre lo que podría pasar en un año en el que habrá recambio de cargos importantes en todos los niveles, fue ratificada el viernes en una sesión extraordinaria del Concejo Deliberante de Trelew. Aunque algunos querían debatir la fecha, era más que obvio que eso es una potestad exclusiva del intendente Adrián Maderna -de cualquier intendente, por cierto- y que lo único que se podía discutir, en todo caso, era el cronograma electoral y las condiciones generales del comicio.
La forma en la que finalmente votaron los diez concejales trelewenses dejó en claro en qué vereda está parado cada sector. El madernismo lo aprobó con manos propias y de otras ediles peronistas como Carol Williams, de la agrupación “Viento Sur”, que lidera el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de Trelew, “Pancho” Schiavone. Pero también con el apoyo del único concejal radical, Rubén Cáceres, que durante todo el año se peleó con el oficialismo en el recinto pero, esta vez, los unió las necesidades políticas. El edil radical responde al diputado Manuel Pagliaroni y al presidente de la UCR, Damián Biss, que creen que adelantar la fecha de elecciones eleva las chances de su candidato local, el exministro de Seguridad Federico Massoni.
También quedaron en evidencia las distancias entre la gestión municipal y otros sectores del peronismo. Por ejemplo, se abstuvieron de apoyar el adelantamiento tres concejales peronistas: el ultramackarthysta Leandro Espinosa y la exmadernista Virginia Correa, que ahora abreva en las fuentes del exintendente César Gustavo Mac Karthy. La tercera abstención la aportó Oscar Villarroel, un histórico del Sindicato de Empleados de Comerio (SEC), que en línea con su jefe político, Alfredo Beliz, tampoco acuerda con adelantar. El líder mercantil tiene matices: dijo que es “apresurado” adelantar las elecciones en Trelew, pero se alineó a la campaña a gobernador de Sastre, que pide adelantar en Chubut. De hecho, el intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, es casi seguro que también decida votar en pocos meses.
Separados por el cambio
Un capítulo aparte en la carrera por Trelew se vive puertas adentro de Juntos por el Cambio. Cuando más chances parecen tener de ganar elecciones importantes, la interna les sigue jugando una mala pasada. Desde el radicalismo local -que impulsa a Massoni- rechazan la idea de una “interna abierta” para definir al candidato para el 16 de abril. Entonces, tanto Massoni como el candidato del PRO, el veterninario radical Gerardo Merino, deberían ir cada uno por su lado. La división de votos mejoraría las posibilidades de otros candidatos, como el independiente Pablo Mamet, que podría recoger más votos de sectores medios, o el camporista Emanuel Coliñir, uno de los aspirantes peronistas que, además, tiene el apoyo del Gobierno provincial.
Esta semana habrá en Buenos Aires una cumbre de dirigentes locales de JxC con sus jefes políticos, Patricia Bullrich, titular del PRO, y Gerardo Morales, de la UCR. La línea que bajan desde arriba es elegir candidatos en internas abiertas. Y si no, que nadie lleve el sello de la alianza.
El tema central es quién pone la plata para hacer una interna abierta para 10 mil afiliados y unos 60 mil independientes en condiciones de votar. Cuesta muy caro y, sí o sí, la deben solventar los partidos que la organizan. La plata va a estar, aseguran. El tema es limar asperezas para que la alianza no se rompa en la primera de cambio.#