Una buena noticia. Ayer Pan American Energy (PAE) inauguró el primer Centro de Oncología Pediátrica en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia. Ello permitirá la atención, el tratamiento y la internación de niños de toda la Patagonia Sur, quienes hasta hoy debían ser derivados a otros centros del país, en particular a Buenos Aires.
Este centro de oncología, que llevará el nombre “Dr. Carlos A. Bulgheroni”, cuenta –entre otras características más convencionales- con un equipamiento de última generación y podrá atender a los actuales más de 60 pacientes; con una proyección superior y que evitará ese impacto económico perjudicial que provoca al niño y su entorno familiar y afectivo las derivaciones a otras ciudades. Es bueno que existan firmas que comprendan que son partes medulares del tejido social de una comunidad en la que se enlaza no sólo en lo productivo o económico y financiero, sino también desde la empatía y el compromiso con las historias personales. Un vínculo que se convierte en indestructible y que generará un amanecer que sea para todos. Estos gestos, estos hechos, no sólo pintan el cuerpo y alma sino todo un universo. El de los pibes, que merecen seguir viviendo. Y soñando con un mundo mejor.#
Una buena noticia. Ayer Pan American Energy (PAE) inauguró el primer Centro de Oncología Pediátrica en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia. Ello permitirá la atención, el tratamiento y la internación de niños de toda la Patagonia Sur, quienes hasta hoy debían ser derivados a otros centros del país, en particular a Buenos Aires.
Este centro de oncología, que llevará el nombre “Dr. Carlos A. Bulgheroni”, cuenta –entre otras características más convencionales- con un equipamiento de última generación y podrá atender a los actuales más de 60 pacientes; con una proyección superior y que evitará ese impacto económico perjudicial que provoca al niño y su entorno familiar y afectivo las derivaciones a otras ciudades. Es bueno que existan firmas que comprendan que son partes medulares del tejido social de una comunidad en la que se enlaza no sólo en lo productivo o económico y financiero, sino también desde la empatía y el compromiso con las historias personales. Un vínculo que se convierte en indestructible y que generará un amanecer que sea para todos. Estos gestos, estos hechos, no sólo pintan el cuerpo y alma sino todo un universo. El de los pibes, que merecen seguir viviendo. Y soñando con un mundo mejor.#