La Casa Amarilla es un tradicional almacén de la década del 50, ubicado en 28 de Julio. Ya nadie se acuerda, pero la familia Herrero lo adquirió durante la decadencia de la producción de garbanzos, a consecuencia de una peste de proporciones que afectó las cosechas del extremo Sur del valle inferior del río Chubut.
En aquel viejo depósito de legumbres comenzó la historia del almacén que acumula más de seis décadas de vida. César Herrero, dueño del establecimiento, contó: “Mis viejos empezaron a trabajar acá en el año 53, cuando yo tenía 9 años. Después compraron el lugar. Cuando falleció mi papá en el año 2000, mis hermanos me ofrecieron el lugar y acepté”.
Contó, además, que su nombre es el resultado de una deducción simple: “Se llama así porque la casa estaba pintada de amarillo, por dentro y por fuera, y así quedó”.
La Casa Amarilla abre al público todas las semanas de 8.30 a 13.00 y de 16.15 a 21.30 hs. “No estamos acá por la ganancia, sino por la zona, la gente y este lugar que es muy tranquilo para vivir”, concluyó su dueño.
La Casa Amarilla es un tradicional almacén de la década del 50, ubicado en 28 de Julio. Ya nadie se acuerda, pero la familia Herrero lo adquirió durante la decadencia de la producción de garbanzos, a consecuencia de una peste de proporciones que afectó las cosechas del extremo Sur del valle inferior del río Chubut.
En aquel viejo depósito de legumbres comenzó la historia del almacén que acumula más de seis décadas de vida. César Herrero, dueño del establecimiento, contó: “Mis viejos empezaron a trabajar acá en el año 53, cuando yo tenía 9 años. Después compraron el lugar. Cuando falleció mi papá en el año 2000, mis hermanos me ofrecieron el lugar y acepté”.
Contó, además, que su nombre es el resultado de una deducción simple: “Se llama así porque la casa estaba pintada de amarillo, por dentro y por fuera, y así quedó”.
La Casa Amarilla abre al público todas las semanas de 8.30 a 13.00 y de 16.15 a 21.30 hs. “No estamos acá por la ganancia, sino por la zona, la gente y este lugar que es muy tranquilo para vivir”, concluyó su dueño.