En un acto en el ingreso al estacionamiento del Ministerio de Economía, la Policía recordó al suboficial mayor Oscar Cruzado y el sargento 1º Pablo Rearte, asesinados en ese mismo lugar durante el asalto al camión de caudales del Banco del Chubut, hace 14 años. Hubo una formación de secciones de la fuerza y también la Banda de la Policía.
Se cantó el Himno Nacional Argentino, se realizó el minuto de silencio y se dispararon los tiros de salva. El cuartel de Bomberos Voluntarios de la ciudad hizo sonar la sirena. Familiares y autoridades colocaron una ofrenda floral al pie de las imágenes de los policías caídos.
Luego de las palabras del padre Marcelo Nievas, hablaron el subjefe Néstor Gómez Ocampo, el ministro de Seguridad Federico Massoni y Lucía Rearte, hija de Pablo.
Ocampo remarcó que “en aquel terrible hecho que por primera vez en la historia de la Policía estuvo en riesgo la seguridad de los habitantes de la capital. Toda la policía de la provincia, de la forma en que fuera, participó para detener a los delincuentes y asesinos, que con todo desprecio les arrebataron la vida a nuestros hombres, dejando a dos familias sin nada en un segundo, dolorosa por la forma en que estas lacras lo hicieron”.
“Esta Jefatura honra a sus héroes y la reflexión nos lleva a apreciar el trabajo que día a día hacen los policías, que arriesgan sus vidas en defensa de los derechos de los ciudadanos y que muchas veces son vapuleados, hostigados y castigados, porque las cosas no salieron como alguno pretendía o acusados injustamente en sedes judiciales por supuestos abusos policiales para cierto sector de la Justicia”.
Lucía Rearte expresó que las familias de ambos efectivos no “nos olvidamos de lo que pasó y que sus vidas fueron truncadas. Hace 14 años que se desgarró una parte de mi corazón, se fue mi papito lindo, como le decía. Era de los papás que por más cansado que estaba se ponía a jugar o mirar dibujitos conmigo. Entregaba todo al máximo, no le importaba si tenía que cruzar cualquier obstáculo para defender a alguien o para cuidar de su vida como lo hizo un día al salvar a dos niños que se ahogaban en el mar”.
Desde que comenzó a trabajar en Policía “muchas personas que fueron sus compañeros se acercaron para contarme anécdotas o darme unas palabras de aliento. Me decían que buen compañero y persona era. Estas palabras son un tesoro que guardo en mi corazón y me reconfortan para seguir”.
“Mi papá se fue un día a trabajar y nunca volvió, jamás pensó que su vida iba a terminar ahí, que sería su último recorrido. Mi papá fue un héroe vestido de azul”.
Por último, el ministro Massoni recalcó que “cuando decimos que son policías hay una costumbre rara de deshumanizarlos, son seres humanos, padres, hijos, hermanos, que dejaron una ausencia. Y cuando decimos que en este Gobierno vamos a combatir de forma férrea la delincuencia, nos olvidamos que quienes ponen el lomo son seres humanos que sacrifican todo”.
“Este día fue el día más oscuro para la Policía. Estoy convencido de que todos aquellos que trabajan en el Ministerio recuerdan exactamente lo que sucedió ese día, porque nos marcó a fuego. La provincia y la Policía lloró ese día”.
Recordó que “GEOP, Infantería, Canes, la Montada y la policía convencional se agolpaban, aun de franco, para ir a buscar a estas porquerías y así fue que se las buscó, se las entregó y se las llevó ante un juez. Salvo a uno que todos los días les recordaba el dolor hasta que lo pudimos encontrar y traer de nuevo ante la Justicia. No sé si yo hubiese podido aguantar lo que ustedes aguantaron, estar en un tribunal ante estas porquerías que les robaron parte de sus vidas”, mencionó.
El grupo comando que atacó al camión de caudales estaba integrado por delincuentes locales y de otras provincias. Algunos siguen presos pero otros, libres, siguen sus vidas en Trelew y Rawson.
Ese día Martín Espiasse junto a Evaristo Miranda Regules, Gastón Barrientos, Jorge González, Walter Sebastián Dimuro y el fallecido Rodolfo Bilbao Vaca fueron al Ministerio de Economía. González y Regules ingresaron al edificio armados y sorprendieron a Emiliano Royón, policía de custodia, y al portavalores Mauricio Paverini, empleado del Banco Chubut, cuando ingresaban al edificio con un maletín con $ 283 mil para la carga del cajero automático.
Días después se aprehendió a Jessica Paola Fernández, quien ocultaba en sus ropas la plata. Con ella estaba Regules.
En 2008 Barrientos y Di Muro fueron condenados a prisión perpetua, al igual que González y Regules. En tanto, Jessica Fernández y Carlos Ortiz fueron condenados a 12 y 14 años de prisión. Vaca Bilbao se suicidó en Mar del Plata ante la inminente detención.
El jefe de la Policía, Miguel Gómez, reconoció que “se tomó nota de los errores de seguridad que fueron fácilmente vulnerados. Estas personas logran de manera muy simple, con un golpe a la cabeza a uno de los numerarios hacerse del bolsín y al salir se topan con el patrullero de Cruzado y Rearte, y ahí donde se genera la situación lamentable. Se revirtió mucho de lo que ahí surgió”.
Sobre la banda, “todos fueron apresados, Espiasse muchos años después, fugado del Penal N° 1 de Ezeiza, fue recapturado luego en Mendoza con otra identidad y traído en 2018 para el juicio”.
Los condenados como partícipes secundarios “ya cumplieron su condena”. Aportaron colaboración e información. “Están afuera. En Rawson vive Roque Ortiz y en Trelew Jessica Fernández”.
El intendente Damián Biss recordó que “los vecinos de Rawson recordamos ese día tan drástico, la ciudad no estaba acostumbrada a asaltos tan violentos y por tanto desprecio por la vida”.
“Tengo un hermano que es policía y me acuerdo que todos los agentes de licencia o alguna situación médica que nos les permitía trabajar, inmediatamente se pusieron a disposición para colaborar en los allanamientos en la búsqueda de los culpables”.
Según datos del Ministerio de Seguridad, “Rawson es la ciudad más segura hablando de las cinco ciudades más importantes y esto es por la baja cantidad de hechos delictuales”. En este escenario, se gestiona un Centro de Monitoreo Municipal.
En un acto en el ingreso al estacionamiento del Ministerio de Economía, la Policía recordó al suboficial mayor Oscar Cruzado y el sargento 1º Pablo Rearte, asesinados en ese mismo lugar durante el asalto al camión de caudales del Banco del Chubut, hace 14 años. Hubo una formación de secciones de la fuerza y también la Banda de la Policía.
Se cantó el Himno Nacional Argentino, se realizó el minuto de silencio y se dispararon los tiros de salva. El cuartel de Bomberos Voluntarios de la ciudad hizo sonar la sirena. Familiares y autoridades colocaron una ofrenda floral al pie de las imágenes de los policías caídos.
Luego de las palabras del padre Marcelo Nievas, hablaron el subjefe Néstor Gómez Ocampo, el ministro de Seguridad Federico Massoni y Lucía Rearte, hija de Pablo.
Ocampo remarcó que “en aquel terrible hecho que por primera vez en la historia de la Policía estuvo en riesgo la seguridad de los habitantes de la capital. Toda la policía de la provincia, de la forma en que fuera, participó para detener a los delincuentes y asesinos, que con todo desprecio les arrebataron la vida a nuestros hombres, dejando a dos familias sin nada en un segundo, dolorosa por la forma en que estas lacras lo hicieron”.
“Esta Jefatura honra a sus héroes y la reflexión nos lleva a apreciar el trabajo que día a día hacen los policías, que arriesgan sus vidas en defensa de los derechos de los ciudadanos y que muchas veces son vapuleados, hostigados y castigados, porque las cosas no salieron como alguno pretendía o acusados injustamente en sedes judiciales por supuestos abusos policiales para cierto sector de la Justicia”.
Lucía Rearte expresó que las familias de ambos efectivos no “nos olvidamos de lo que pasó y que sus vidas fueron truncadas. Hace 14 años que se desgarró una parte de mi corazón, se fue mi papito lindo, como le decía. Era de los papás que por más cansado que estaba se ponía a jugar o mirar dibujitos conmigo. Entregaba todo al máximo, no le importaba si tenía que cruzar cualquier obstáculo para defender a alguien o para cuidar de su vida como lo hizo un día al salvar a dos niños que se ahogaban en el mar”.
Desde que comenzó a trabajar en Policía “muchas personas que fueron sus compañeros se acercaron para contarme anécdotas o darme unas palabras de aliento. Me decían que buen compañero y persona era. Estas palabras son un tesoro que guardo en mi corazón y me reconfortan para seguir”.
“Mi papá se fue un día a trabajar y nunca volvió, jamás pensó que su vida iba a terminar ahí, que sería su último recorrido. Mi papá fue un héroe vestido de azul”.
Por último, el ministro Massoni recalcó que “cuando decimos que son policías hay una costumbre rara de deshumanizarlos, son seres humanos, padres, hijos, hermanos, que dejaron una ausencia. Y cuando decimos que en este Gobierno vamos a combatir de forma férrea la delincuencia, nos olvidamos que quienes ponen el lomo son seres humanos que sacrifican todo”.
“Este día fue el día más oscuro para la Policía. Estoy convencido de que todos aquellos que trabajan en el Ministerio recuerdan exactamente lo que sucedió ese día, porque nos marcó a fuego. La provincia y la Policía lloró ese día”.
Recordó que “GEOP, Infantería, Canes, la Montada y la policía convencional se agolpaban, aun de franco, para ir a buscar a estas porquerías y así fue que se las buscó, se las entregó y se las llevó ante un juez. Salvo a uno que todos los días les recordaba el dolor hasta que lo pudimos encontrar y traer de nuevo ante la Justicia. No sé si yo hubiese podido aguantar lo que ustedes aguantaron, estar en un tribunal ante estas porquerías que les robaron parte de sus vidas”, mencionó.
El grupo comando que atacó al camión de caudales estaba integrado por delincuentes locales y de otras provincias. Algunos siguen presos pero otros, libres, siguen sus vidas en Trelew y Rawson.
Ese día Martín Espiasse junto a Evaristo Miranda Regules, Gastón Barrientos, Jorge González, Walter Sebastián Dimuro y el fallecido Rodolfo Bilbao Vaca fueron al Ministerio de Economía. González y Regules ingresaron al edificio armados y sorprendieron a Emiliano Royón, policía de custodia, y al portavalores Mauricio Paverini, empleado del Banco Chubut, cuando ingresaban al edificio con un maletín con $ 283 mil para la carga del cajero automático.
Días después se aprehendió a Jessica Paola Fernández, quien ocultaba en sus ropas la plata. Con ella estaba Regules.
En 2008 Barrientos y Di Muro fueron condenados a prisión perpetua, al igual que González y Regules. En tanto, Jessica Fernández y Carlos Ortiz fueron condenados a 12 y 14 años de prisión. Vaca Bilbao se suicidó en Mar del Plata ante la inminente detención.
El jefe de la Policía, Miguel Gómez, reconoció que “se tomó nota de los errores de seguridad que fueron fácilmente vulnerados. Estas personas logran de manera muy simple, con un golpe a la cabeza a uno de los numerarios hacerse del bolsín y al salir se topan con el patrullero de Cruzado y Rearte, y ahí donde se genera la situación lamentable. Se revirtió mucho de lo que ahí surgió”.
Sobre la banda, “todos fueron apresados, Espiasse muchos años después, fugado del Penal N° 1 de Ezeiza, fue recapturado luego en Mendoza con otra identidad y traído en 2018 para el juicio”.
Los condenados como partícipes secundarios “ya cumplieron su condena”. Aportaron colaboración e información. “Están afuera. En Rawson vive Roque Ortiz y en Trelew Jessica Fernández”.
El intendente Damián Biss recordó que “los vecinos de Rawson recordamos ese día tan drástico, la ciudad no estaba acostumbrada a asaltos tan violentos y por tanto desprecio por la vida”.
“Tengo un hermano que es policía y me acuerdo que todos los agentes de licencia o alguna situación médica que nos les permitía trabajar, inmediatamente se pusieron a disposición para colaborar en los allanamientos en la búsqueda de los culpables”.
Según datos del Ministerio de Seguridad, “Rawson es la ciudad más segura hablando de las cinco ciudades más importantes y esto es por la baja cantidad de hechos delictuales”. En este escenario, se gestiona un Centro de Monitoreo Municipal.