La OPAQ, con sede en La Haya, declaró que las muestras de sangre y orina de Navalny contenían un "inhibidor de la colinesteresa" similar a dos sustancias químicas del tipo Novichok, fabricadas por Rusia desde la época de la URSS, y que fueron prohibidas por la organización en 2019.
Esa confirmación respalda los hallazgos de laboratorios en Alemania, Francia y Suecia.
"Estos resultados constituyen un asunto muy preocupante" declaró el jefe de la OPAQ, Fernando Arias, citado por la agencia de noticias AFP.
Alemania había pedido oficialmente la "asistencia técnica" de la organización, como tienen derecho todos los miembros de la OPAQ cuando creen que enfrentan un incidente que implica el uso de armas químicas.
Arias declaró que "ahora lo importante" es renovar la lucha para que no se utilicen armas químicas, como se comprometió la comunidad internacional hace más de 25 años, cuando se adoptó la Convención de la ONU al respecto.
El organismo había enviado un equipo a Alemania a "recoger muestras biomédicas" del opositor, luego que expertos alemanes habían asegurado que descubrieron el agente nervioso soviético como "fuente de la intoxicación" sufrida por Navalny.
Para la organización, cualquier "envenenamiento de una persona mediante el uso de un agente nervioso se considera un uso de armas químicas".
El 20 de agosto pasado, Navalny se sintió mal durante un vuelo de la ciudad rusa de Tomsk a Moscú, lo que obligó a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia en Omsk, Siberia, donde fue hospitalizado y puesto en coma inducido.
Los médicos rusos dijeron que había sufrido un trastorno metabólico provocado por una fuerte caída de la azúcar en sangre.
Dos días después fue trasladado al hospital Charité de Berlín en un avión, luego que su esposa se reuniera con el presidente ruso, Vladimir Putin, para permitirle el traslado a Alemania.
El 24 de agosto, el hospital Charité informó que los datos del examen clínico apuntaban a un envenenamiento, aunque el agente concreto todavía quedaba por determinar.
Tres laboratorios europeos afirmaron después que había sido víctima de un envenenamiento con una sustancia neurotóxica de tipo Novichok, creada en la época soviética con fines militares.
La misma fue utilizada para envenenar en Londres en 2018 a Serguei Skripal, un exdoble agente ruso que trabajaba para los servicios secretos británicos, y a su hija Yulia. Ambos sobrevivieron a duras penas. El Reino Unido acusó a Rusia, pero Moscú lo negó.
Como en aquella ocasión con Skripal, varios países occidentales pidieron una investigación del caso de Navalny a Rusia, que rechaza cualquier vinculación con el presunto envenenamiento.
Recientemente, el Kremlin aseguró que era libre de volver a Rusia.
En una entrevista con Der Spiegel, Navalny recordó el momento en que se sintió mal a bordo del avión.
Dijo que informó a la tripulación que había sido envenenado. "Oí voces cada vez más lejanas y una mujer que decía: 'No se desmaye'. Y eso es todo, sabía que me moría. Luego me di cuenta de que me había equivocado", narró.
La OPAQ, con sede en La Haya, declaró que las muestras de sangre y orina de Navalny contenían un "inhibidor de la colinesteresa" similar a dos sustancias químicas del tipo Novichok, fabricadas por Rusia desde la época de la URSS, y que fueron prohibidas por la organización en 2019.
Esa confirmación respalda los hallazgos de laboratorios en Alemania, Francia y Suecia.
"Estos resultados constituyen un asunto muy preocupante" declaró el jefe de la OPAQ, Fernando Arias, citado por la agencia de noticias AFP.
Alemania había pedido oficialmente la "asistencia técnica" de la organización, como tienen derecho todos los miembros de la OPAQ cuando creen que enfrentan un incidente que implica el uso de armas químicas.
Arias declaró que "ahora lo importante" es renovar la lucha para que no se utilicen armas químicas, como se comprometió la comunidad internacional hace más de 25 años, cuando se adoptó la Convención de la ONU al respecto.
El organismo había enviado un equipo a Alemania a "recoger muestras biomédicas" del opositor, luego que expertos alemanes habían asegurado que descubrieron el agente nervioso soviético como "fuente de la intoxicación" sufrida por Navalny.
Para la organización, cualquier "envenenamiento de una persona mediante el uso de un agente nervioso se considera un uso de armas químicas".
El 20 de agosto pasado, Navalny se sintió mal durante un vuelo de la ciudad rusa de Tomsk a Moscú, lo que obligó a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia en Omsk, Siberia, donde fue hospitalizado y puesto en coma inducido.
Los médicos rusos dijeron que había sufrido un trastorno metabólico provocado por una fuerte caída de la azúcar en sangre.
Dos días después fue trasladado al hospital Charité de Berlín en un avión, luego que su esposa se reuniera con el presidente ruso, Vladimir Putin, para permitirle el traslado a Alemania.
El 24 de agosto, el hospital Charité informó que los datos del examen clínico apuntaban a un envenenamiento, aunque el agente concreto todavía quedaba por determinar.
Tres laboratorios europeos afirmaron después que había sido víctima de un envenenamiento con una sustancia neurotóxica de tipo Novichok, creada en la época soviética con fines militares.
La misma fue utilizada para envenenar en Londres en 2018 a Serguei Skripal, un exdoble agente ruso que trabajaba para los servicios secretos británicos, y a su hija Yulia. Ambos sobrevivieron a duras penas. El Reino Unido acusó a Rusia, pero Moscú lo negó.
Como en aquella ocasión con Skripal, varios países occidentales pidieron una investigación del caso de Navalny a Rusia, que rechaza cualquier vinculación con el presunto envenenamiento.
Recientemente, el Kremlin aseguró que era libre de volver a Rusia.
En una entrevista con Der Spiegel, Navalny recordó el momento en que se sintió mal a bordo del avión.
Dijo que informó a la tripulación que había sido envenenado. "Oí voces cada vez más lejanas y una mujer que decía: 'No se desmaye'. Y eso es todo, sabía que me moría. Luego me di cuenta de que me había equivocado", narró.