Entre los testimonios destacados de la fecha estuvieron los de tres amigas de la víctima. En tanto que para el próximo lunes 26 se espera continuar con la recepción de la prueba testimonial del caso.
La primera testigo fue una amiga de Soledad que la conocía desde el año 2000, cuando ella va a trabajar a Puerto Deseado. También conocía al imputado Servera, describiendo en aquel momento la relación entre ellos como buena.
También relató que, luego de infidelidades, Arrieta se vuelve a Comodoro Rivadavia y cuando Arrieta le comentó que se había separado de Servera, ella no le cree. Sin embargo, cuando vino a visitar a la víctima presenció una escena en que él le djoe “de dónde sacaste ese teléfono” de mal tono. Recordó que ella le dijo a Arrieta que se vaya de ahí y le ofreció su casa en Deseado, pero no se quería ir hasta poder sacar a los chicos. Asimismo, rememoró que le aconsejaba que hiciera la denuncia por violencia de género, detalló un parte de la Fiscalía.
La segunda testigo, también amiga de Arrieta, pero del templo Umbanda, indicó que ambas pasaban por un proceso de separación y que se fue a vivir a la casa de Arrieta. Pero cuando empezaron las agresiones de parte de Servera hacia Arrieta, se mudaron al quincho de la casa.
La conducta del imputado era “agresivo, prepotente y la insultaba delante de los niños”, sostuvo para agregar que ellas “estaban tranquilas cuando el imputado se iba a trabajar”, pero que cuando el imputado regresaba “ponía a los nenes en contra de la madre, le revisaba la cartera y le sacaba la billetera, la dejaba sin plata”. Mencionó, a su vez, que una vez ingresó al quincho y Servera la estaba golpeando a la víctima, y otra vez Arrieta iba adelante y regresaba toda arañada y con marcas ene l cuello. “Vámonos de acá le decía”, sostuvo, ya que “era como que estaba presa en el quincho”.
La tercera testigo, también amiga de la víctima al compartir el culto Umbanda, recordó que este último tiempo Soledad “había tenido un cambio rotundo” y que “cada vez eran mayores los problemas y conflictos en la pareja. Llegó un momento que Soledad se cansó y se fue a vivir al quincho” y “ahí empezó la presión económica de él hacia ella. Servera entraba y la trataba de cualquiera. Dos o tres días antes del homicidio se quedó a dormir en el quincho ya que estando acompañada se sentía más tranquila”, aseguró.
El femicidio
El ilícito contra la vida ventilado en el debate aconteció el pasado 5 de febrero de 2018, en el horario comprendido aproximadamente entre las 01.30 y las 02.02 horas, cuando María Soledad Arrieta se encontraba en el inmueble ubicado en la parte posterior del predio sito en la calle Juan Manuel de Rosas al 3600 del barrio Abel Amaya de Comodoro Rivadavia. En tales circunstancias, se hizo presente su esposo, Gustavo Alejandro Servera, quien reside en el inmueble ubicado en la parte delantera del predio, ingresó a la vivienda donde se encontraba Arrieta, y mediante golpes y utilizando un lazo metálico que colocó alrededor del cuello de Arrieta, ejerció presión y la redujo. Acto seguido, la condujo al dormitorio del inmueble, donde la roció con un líquido inflamable y la prendió fuego, tras lo cual se retiró del lugar, provocando así la muerte de Arrieta por quemadura extensa y de vías aéreas.
El ataque reseñado se produjo como conclusión de una relación signada por violencia de género, en la que Arrieta se encontraba en una situación de subordinación y sometimiento hacia Servera, basada en una relación desigual de poder. El hecho fue calificado jurídicamente por la fiscal María Laura Blanco como “homicidio doblemente agravado, por haber sido cometido contra el cónyuge, y por haber sido cometido contra una mujer siendo perpetrado por un hombre, mediando violencia de género”.
El tribunal de debate stá integrado por los jueces Martín Cosmaro, Mariel Suárez y Jorge Novarino.
Entre los testimonios destacados de la fecha estuvieron los de tres amigas de la víctima. En tanto que para el próximo lunes 26 se espera continuar con la recepción de la prueba testimonial del caso.
La primera testigo fue una amiga de Soledad que la conocía desde el año 2000, cuando ella va a trabajar a Puerto Deseado. También conocía al imputado Servera, describiendo en aquel momento la relación entre ellos como buena.
También relató que, luego de infidelidades, Arrieta se vuelve a Comodoro Rivadavia y cuando Arrieta le comentó que se había separado de Servera, ella no le cree. Sin embargo, cuando vino a visitar a la víctima presenció una escena en que él le djoe “de dónde sacaste ese teléfono” de mal tono. Recordó que ella le dijo a Arrieta que se vaya de ahí y le ofreció su casa en Deseado, pero no se quería ir hasta poder sacar a los chicos. Asimismo, rememoró que le aconsejaba que hiciera la denuncia por violencia de género, detalló un parte de la Fiscalía.
La segunda testigo, también amiga de Arrieta, pero del templo Umbanda, indicó que ambas pasaban por un proceso de separación y que se fue a vivir a la casa de Arrieta. Pero cuando empezaron las agresiones de parte de Servera hacia Arrieta, se mudaron al quincho de la casa.
La conducta del imputado era “agresivo, prepotente y la insultaba delante de los niños”, sostuvo para agregar que ellas “estaban tranquilas cuando el imputado se iba a trabajar”, pero que cuando el imputado regresaba “ponía a los nenes en contra de la madre, le revisaba la cartera y le sacaba la billetera, la dejaba sin plata”. Mencionó, a su vez, que una vez ingresó al quincho y Servera la estaba golpeando a la víctima, y otra vez Arrieta iba adelante y regresaba toda arañada y con marcas ene l cuello. “Vámonos de acá le decía”, sostuvo, ya que “era como que estaba presa en el quincho”.
La tercera testigo, también amiga de la víctima al compartir el culto Umbanda, recordó que este último tiempo Soledad “había tenido un cambio rotundo” y que “cada vez eran mayores los problemas y conflictos en la pareja. Llegó un momento que Soledad se cansó y se fue a vivir al quincho” y “ahí empezó la presión económica de él hacia ella. Servera entraba y la trataba de cualquiera. Dos o tres días antes del homicidio se quedó a dormir en el quincho ya que estando acompañada se sentía más tranquila”, aseguró.
El femicidio
El ilícito contra la vida ventilado en el debate aconteció el pasado 5 de febrero de 2018, en el horario comprendido aproximadamente entre las 01.30 y las 02.02 horas, cuando María Soledad Arrieta se encontraba en el inmueble ubicado en la parte posterior del predio sito en la calle Juan Manuel de Rosas al 3600 del barrio Abel Amaya de Comodoro Rivadavia. En tales circunstancias, se hizo presente su esposo, Gustavo Alejandro Servera, quien reside en el inmueble ubicado en la parte delantera del predio, ingresó a la vivienda donde se encontraba Arrieta, y mediante golpes y utilizando un lazo metálico que colocó alrededor del cuello de Arrieta, ejerció presión y la redujo. Acto seguido, la condujo al dormitorio del inmueble, donde la roció con un líquido inflamable y la prendió fuego, tras lo cual se retiró del lugar, provocando así la muerte de Arrieta por quemadura extensa y de vías aéreas.
El ataque reseñado se produjo como conclusión de una relación signada por violencia de género, en la que Arrieta se encontraba en una situación de subordinación y sometimiento hacia Servera, basada en una relación desigual de poder. El hecho fue calificado jurídicamente por la fiscal María Laura Blanco como “homicidio doblemente agravado, por haber sido cometido contra el cónyuge, y por haber sido cometido contra una mujer siendo perpetrado por un hombre, mediando violencia de género”.
El tribunal de debate stá integrado por los jueces Martín Cosmaro, Mariel Suárez y Jorge Novarino.