Investigadores en Estados Unidos analizaron la población en tres continentes y descubrieron que el riesgo de contraer cáncer, tanto en hombres como en mujeres, es un 10% superior por cada 10 centímetros de altura.
El cáncer se desarrolla cuando el control normal por el cuerpo de las células deja de funcionar, allanando el camino para que se desarrollen las células cancerígenas que se manifiestan como tumores.
El estudio, publicado en la revista Proceedings of Royal Society B, sugiere que el riesgo de desarrollar diferentes tipos de cáncer es más probable en las personas altas simplemente porque tienen más células, y por lo tanto más posibilidades de que esas células se conviertan en cancerígenas.
"Esto quiere decir que este riesgo extra (...) no se puede reducir", indica a AFP Leonard Nunney, de la University of California Riverside, autor del estudio.
Se cree que algunos mamíferos como los elefantes y las jirafas, cuyos cuerpos tienen una mayor cantidad de células que los animales más chicos, desarrollaron defensas adicionales contra el cáncer.
Pero no hay pruebas de que esto funcione de la misma manera en los seres humanos.
La altura promedio varía según las regiones, pero en Estados Unidos, el promedio para los hombres es de 176 cm y para las mujeres de 162.
Los investigadores ya establecieron que las personas altas tienen un riesgo mayor de cáncer generalmente, pero el estudio de Nunney sobre poblaciones de Estados Unidos, Europa y Corea del Sur demuestra que esto es probablemente así porque tienen más células en donde puede suceder algo.
En particular, las personas de mayor estatura tienen un riesgo mayor de desarrollar melanoma porque tienen un ratio mayor de células y simplemente más piel que las personas de estatura media.
No obstante, el riesgo de cáncer de estómago, bucal o cervical en las mujeres parece no estar relacionado a la altura.
La estatura está mayoritariamente determinada por los genes, pero Nunney sostiene que el entorno durante la niñez también tiene un efecto, y por lo tanto un impacto asociado al riesgo de cáncer.
"El entorno ambiental y los factores genéticos actúan durante la infancia y ambos tienen un fuerte efecto en la estatura de adulto", dijo.
Y agregó: "No hay razones para creer que sus efectos en el riesgo de cáncer sean diferentes, ya que el vector es la cantidad de células".
La obesidad en estado adulto es conocida por aumentar el riesgo individual de cáncer, pero por una razón diferente a la de la estatura.
La obesidad, a diferencia de la estatura, aumenta el tamaño de las células pero no crea muchas más.
"Por lo tanto la causalidad de un aumento en el riesgo de cáncer relacionado a la obesidad es diferente que la del efecto de la estatura", añadió Nunney.
Además Nunney dijo que la gente alta no debe preocuparse ya que la estatura no es el único o principal factor para el desarrollo de la enfermedad.
"No creo que se necesiten medidas extremas en general: el efecto es estadístico y relativamente pequeño para la mayoría de la gente", sostuvo.
Investigadores en Estados Unidos analizaron la población en tres continentes y descubrieron que el riesgo de contraer cáncer, tanto en hombres como en mujeres, es un 10% superior por cada 10 centímetros de altura.
El cáncer se desarrolla cuando el control normal por el cuerpo de las células deja de funcionar, allanando el camino para que se desarrollen las células cancerígenas que se manifiestan como tumores.
El estudio, publicado en la revista Proceedings of Royal Society B, sugiere que el riesgo de desarrollar diferentes tipos de cáncer es más probable en las personas altas simplemente porque tienen más células, y por lo tanto más posibilidades de que esas células se conviertan en cancerígenas.
"Esto quiere decir que este riesgo extra (...) no se puede reducir", indica a AFP Leonard Nunney, de la University of California Riverside, autor del estudio.
Se cree que algunos mamíferos como los elefantes y las jirafas, cuyos cuerpos tienen una mayor cantidad de células que los animales más chicos, desarrollaron defensas adicionales contra el cáncer.
Pero no hay pruebas de que esto funcione de la misma manera en los seres humanos.
La altura promedio varía según las regiones, pero en Estados Unidos, el promedio para los hombres es de 176 cm y para las mujeres de 162.
Los investigadores ya establecieron que las personas altas tienen un riesgo mayor de cáncer generalmente, pero el estudio de Nunney sobre poblaciones de Estados Unidos, Europa y Corea del Sur demuestra que esto es probablemente así porque tienen más células en donde puede suceder algo.
En particular, las personas de mayor estatura tienen un riesgo mayor de desarrollar melanoma porque tienen un ratio mayor de células y simplemente más piel que las personas de estatura media.
No obstante, el riesgo de cáncer de estómago, bucal o cervical en las mujeres parece no estar relacionado a la altura.
La estatura está mayoritariamente determinada por los genes, pero Nunney sostiene que el entorno durante la niñez también tiene un efecto, y por lo tanto un impacto asociado al riesgo de cáncer.
"El entorno ambiental y los factores genéticos actúan durante la infancia y ambos tienen un fuerte efecto en la estatura de adulto", dijo.
Y agregó: "No hay razones para creer que sus efectos en el riesgo de cáncer sean diferentes, ya que el vector es la cantidad de células".
La obesidad en estado adulto es conocida por aumentar el riesgo individual de cáncer, pero por una razón diferente a la de la estatura.
La obesidad, a diferencia de la estatura, aumenta el tamaño de las células pero no crea muchas más.
"Por lo tanto la causalidad de un aumento en el riesgo de cáncer relacionado a la obesidad es diferente que la del efecto de la estatura", añadió Nunney.
Además Nunney dijo que la gente alta no debe preocuparse ya que la estatura no es el único o principal factor para el desarrollo de la enfermedad.
"No creo que se necesiten medidas extremas en general: el efecto es estadístico y relativamente pequeño para la mayoría de la gente", sostuvo.