Según Williams, el sujeto advirtió explícitamente que sabía quiénes lo seguían y escuchaban su teléfono y los del resto del grupo. E hizo llegar el mensaje a los sabuesos. Desde ese momento los investigados cambiaron sus movimientos habituales y, por ejemplo, hablaron con mucha menos frecuencia por teléfono. Para el fiscal esta circunstancia refleja el poder económico y político de quienes están detenidos.
Williams también advirtió sobre la precariedad para investigar debido a la falta de recursos en el Ministerio Público Fiscal, reclamo habitual del procurador general Jorge Miquelarena.
Incluso durante la recolección de evidencias hubo entrevistas personales que debieron filmar con sus celulares personales. Y hasta el subcomisario Mario Nahuelcheo, la otra pata de la investigación junto con el comisario Juan Carlos Núñez, se vio obligado a ir en bicicleta para poder concretar vigilancias en terreno.
El fiscal reveló que el grupo bajo observación usaba vehículos de tan alta gama que en los seguimientos, “cuando poníamos segunda ya se nos habían escapado y los habíamos perdido”. Y que incluso hubo un vehículo usado por la Unidad que por su antigüedad, se les plantó en una esquina mientras observaban los movimientos.
Respecto a la vivienda de Correa en Playa Unión, explicó que alguien que trabaja en el corralón de materiales que aportó para la millonaria obra le avisó al exsecretario privado de Casa de Gobierno que los fiscales buscaban esa documentación.
Williams aclaró en “Se viene la noche” que la empresa trelewense colaboró con la justicia cuando fue requirida pero que “alguien adentro” le anticipó al imputado sobre el procedimiento.
Algo similar ocurrió en una concesionaria de automóviles de Trelew. La Unidad sabía que Correa habría hecho una operación de varios ceros pero según Williams, en el comercio “nos mintieron” y negaron el episodio. “No descartamos la figura de encubrimiento”, adelantó sobre las personas que colaboraron poco y nada con el expediente.#
Según Williams, el sujeto advirtió explícitamente que sabía quiénes lo seguían y escuchaban su teléfono y los del resto del grupo. E hizo llegar el mensaje a los sabuesos. Desde ese momento los investigados cambiaron sus movimientos habituales y, por ejemplo, hablaron con mucha menos frecuencia por teléfono. Para el fiscal esta circunstancia refleja el poder económico y político de quienes están detenidos.
Williams también advirtió sobre la precariedad para investigar debido a la falta de recursos en el Ministerio Público Fiscal, reclamo habitual del procurador general Jorge Miquelarena.
Incluso durante la recolección de evidencias hubo entrevistas personales que debieron filmar con sus celulares personales. Y hasta el subcomisario Mario Nahuelcheo, la otra pata de la investigación junto con el comisario Juan Carlos Núñez, se vio obligado a ir en bicicleta para poder concretar vigilancias en terreno.
El fiscal reveló que el grupo bajo observación usaba vehículos de tan alta gama que en los seguimientos, “cuando poníamos segunda ya se nos habían escapado y los habíamos perdido”. Y que incluso hubo un vehículo usado por la Unidad que por su antigüedad, se les plantó en una esquina mientras observaban los movimientos.
Respecto a la vivienda de Correa en Playa Unión, explicó que alguien que trabaja en el corralón de materiales que aportó para la millonaria obra le avisó al exsecretario privado de Casa de Gobierno que los fiscales buscaban esa documentación.
Williams aclaró en “Se viene la noche” que la empresa trelewense colaboró con la justicia cuando fue requirida pero que “alguien adentro” le anticipó al imputado sobre el procedimiento.
Algo similar ocurrió en una concesionaria de automóviles de Trelew. La Unidad sabía que Correa habría hecho una operación de varios ceros pero según Williams, en el comercio “nos mintieron” y negaron el episodio. “No descartamos la figura de encubrimiento”, adelantó sobre las personas que colaboraron poco y nada con el expediente.#