Gran Bretaña, dividida por el "Brexit" y los refugiados

Mientras recrudece el aislacionismo migratorio en la Unión Europea (UE), los partidarios de que el Reino Unido la abandone (Brexit) anunciaron hoy que de ganar el referéndum del próximo día 23 implementaran un sistema migratorio por puntos -similar al australiano-, que desató una ola de críticas y amplió aún más la brecha con los partidarios de permanecer en el bloque en una campaña que alcanzó hoy su punto máximo de tensión.

01 JUN 2016 - 22:24 | Actualizado

En una declaración conjunta el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, y el ministro de Justicia británico, Michael Gove, prometieron endurecer las condiciones para que el resto de los europeos se instalen en el país si ganan el referéndum, centrando de esta forma el tema la inmigración como el principal problema de los británicos.

Johnson y Gove aseguraron, además, que van a garantizar que todos los que “vengan a trabajar, sean capaces de hablar bien inglés y estén en busca de trabajo o vengan a estudiar serán admitidos en base a sus habilidades y conocimientos sin discriminación por raza o nacionalidad”.

Según los dos políticos conservadores, que integran la misma formación política del primer ministro David Cameron, el sistema australiano puede ser mucho menos burocrático y mucho más simple que el sistema británico existente para los ciudadanos no pertenecientes a la UE.

"Si gana el voto para salir de la UE, el derecho automático de todos los ciudadanos del bloque para venir a vivir y trabajar en el Reino Unido se va a terminar", expresaron ambos en una declaración conjunta ante la prensa.

Y advirtieron que los ciudadanos de la UE estarán sujetos a la legislación hecha por los que elegimos en Westminster (municipio londinense), no en Bruselas, "entonces, podríamos crear equidad entre los ciudadanos de la UE y los otros, incluidos los de los países del Commonwealth (comunidad que incluye a la mayoría de las ex colonias británicas)".

Tanto Johnson como Gove reconocen que la inmigración cultural enriquece el panorama social y económico del Reino Unido, pero alegan que la gente necesita más confianza y que la pertenencia a la UE impide el control de la inmigración que, según ellos, está poniendo presión sobre la educación, la salud y los servicios públicos.

"Vamos a poner fin a la discriminación contra los países no comunitarios", expresaron y "vamos a terminar con nuestro apoyo a las desastrosas políticas de la UE que han animado a los traficantes de personas".

Al debate también se sumaron las declaraciones de la ministra de inmigración danesa, Inger Stoejberg, quien dijo: “tenemos que hacernos cargo de nuestras propias fronteras hasta que se haya encontrado una solución conjunta dentro de la UE” y sostuvo además que la UE permite a cinco países mantener el control de sus fronteras durante seis meses más para ayudar a controlar el flujo de inmigrantes”.

Más de un millón de personas llegaron a Europa el año pasado buscando refugio o puestos de trabajo. La enorme mayoría entraron a Grecia desde Turquía, y consiguieron llegar hasta el norte y el oeste europeo.

La declaración conjunta de los líderes de la campaña para dejar la UE enfrentó aún más al premier David Cameron, quien advirtió que el sistema basado en la inmigración podría estrellar la economía y sostuvo que el enfoque de Australia sería un error para el Reino Unido, al reducir las posibilidades para los ciudadanos británicos de trabajar en el extranjero.

Por su parte, el canciller británico George Osborne, calificó -en declaraciones radiales- a la promesa de un sistema basado en puntos como una fantasía que conducirían a un aumento de la migración.

También, la líder sindical de la confederación sindical Trade Unions Council (TUC), Frances O'Grady, cuestionó la idea de salir del bloque de la UE y sostuvo que afectaría al comercio, la inversión y a la demanda. Por lo tanto golpearía la productividad y los salarios de los trabajadores a largo plazo.

La semana pasada, Osborne afirmó que 820.000 puestos de trabajo podrían desaparecer en los próximos dos años si el Reino Unido deja la UE.

“Los buenos trabajos actuales dependen de la economía mundial conectada y en red. ¿Por qué queremos poner barreras adicionales al comercio con un mercado europeo de 500 millones de personas?, se preguntó la sindicalista.

“Es por eso que las empresas líderes tales Airbus UK, BMW Mini y Ford han salido tan fuertemente contra Brexit”, sostuvo. O'Grady, recordó, además, que la mitad de las exportaciones de manufacturas del Reino Unido tienen como destino la UE.

“La mayoría de nuestros socios comerciales más grandes están en la UE. Y la mitad de la inversión extranjera directa depende de la UE. Así que nuestro sector industrial -que ya ha sido maltratado y golpeado por la recesión, sufrirá un duro golpe", sentenció en declaraciones a la cadena BBC.

Mientras los enfrentamientos se acrecientan entre los partidarios del Brexit y los defensores de que el Reino Unido permanezca dentro del bloque, esta semana las estimaciones de las encuestas se volcaron ligeramente más cerca de la salida de la UE.

Es así que un sondeo on-line del ICM mostró una diferencia a favor de dejar la UE con un 47% contra un 44% que apoya el permanecer en la Unión.

Sin embargo, otra encuesta telefónica realizada por el periódico británico The Guardian reveló por primera vez una mayor diferencia.

El 45% se mostró a favor de salir de la UE, y el 42% por la opción de continuar siendo uno de los 28 países que integrar la Unión, al tiempo que un 13% se declaró indeciso.

El resultado utilizando el método de línea es casi sin cambios, pero el sondeo teléfono parece estar recogiendo un cambio hacia salir de la UE, a pesar de una serie de advertencias por parte de los miembros de más alto rango del gobierno acerca de los riesgos económicos de hacerlo.

01 JUN 2016 - 22:24

En una declaración conjunta el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, y el ministro de Justicia británico, Michael Gove, prometieron endurecer las condiciones para que el resto de los europeos se instalen en el país si ganan el referéndum, centrando de esta forma el tema la inmigración como el principal problema de los británicos.

Johnson y Gove aseguraron, además, que van a garantizar que todos los que “vengan a trabajar, sean capaces de hablar bien inglés y estén en busca de trabajo o vengan a estudiar serán admitidos en base a sus habilidades y conocimientos sin discriminación por raza o nacionalidad”.

Según los dos políticos conservadores, que integran la misma formación política del primer ministro David Cameron, el sistema australiano puede ser mucho menos burocrático y mucho más simple que el sistema británico existente para los ciudadanos no pertenecientes a la UE.

"Si gana el voto para salir de la UE, el derecho automático de todos los ciudadanos del bloque para venir a vivir y trabajar en el Reino Unido se va a terminar", expresaron ambos en una declaración conjunta ante la prensa.

Y advirtieron que los ciudadanos de la UE estarán sujetos a la legislación hecha por los que elegimos en Westminster (municipio londinense), no en Bruselas, "entonces, podríamos crear equidad entre los ciudadanos de la UE y los otros, incluidos los de los países del Commonwealth (comunidad que incluye a la mayoría de las ex colonias británicas)".

Tanto Johnson como Gove reconocen que la inmigración cultural enriquece el panorama social y económico del Reino Unido, pero alegan que la gente necesita más confianza y que la pertenencia a la UE impide el control de la inmigración que, según ellos, está poniendo presión sobre la educación, la salud y los servicios públicos.

"Vamos a poner fin a la discriminación contra los países no comunitarios", expresaron y "vamos a terminar con nuestro apoyo a las desastrosas políticas de la UE que han animado a los traficantes de personas".

Al debate también se sumaron las declaraciones de la ministra de inmigración danesa, Inger Stoejberg, quien dijo: “tenemos que hacernos cargo de nuestras propias fronteras hasta que se haya encontrado una solución conjunta dentro de la UE” y sostuvo además que la UE permite a cinco países mantener el control de sus fronteras durante seis meses más para ayudar a controlar el flujo de inmigrantes”.

Más de un millón de personas llegaron a Europa el año pasado buscando refugio o puestos de trabajo. La enorme mayoría entraron a Grecia desde Turquía, y consiguieron llegar hasta el norte y el oeste europeo.

La declaración conjunta de los líderes de la campaña para dejar la UE enfrentó aún más al premier David Cameron, quien advirtió que el sistema basado en la inmigración podría estrellar la economía y sostuvo que el enfoque de Australia sería un error para el Reino Unido, al reducir las posibilidades para los ciudadanos británicos de trabajar en el extranjero.

Por su parte, el canciller británico George Osborne, calificó -en declaraciones radiales- a la promesa de un sistema basado en puntos como una fantasía que conducirían a un aumento de la migración.

También, la líder sindical de la confederación sindical Trade Unions Council (TUC), Frances O'Grady, cuestionó la idea de salir del bloque de la UE y sostuvo que afectaría al comercio, la inversión y a la demanda. Por lo tanto golpearía la productividad y los salarios de los trabajadores a largo plazo.

La semana pasada, Osborne afirmó que 820.000 puestos de trabajo podrían desaparecer en los próximos dos años si el Reino Unido deja la UE.

“Los buenos trabajos actuales dependen de la economía mundial conectada y en red. ¿Por qué queremos poner barreras adicionales al comercio con un mercado europeo de 500 millones de personas?, se preguntó la sindicalista.

“Es por eso que las empresas líderes tales Airbus UK, BMW Mini y Ford han salido tan fuertemente contra Brexit”, sostuvo. O'Grady, recordó, además, que la mitad de las exportaciones de manufacturas del Reino Unido tienen como destino la UE.

“La mayoría de nuestros socios comerciales más grandes están en la UE. Y la mitad de la inversión extranjera directa depende de la UE. Así que nuestro sector industrial -que ya ha sido maltratado y golpeado por la recesión, sufrirá un duro golpe", sentenció en declaraciones a la cadena BBC.

Mientras los enfrentamientos se acrecientan entre los partidarios del Brexit y los defensores de que el Reino Unido permanezca dentro del bloque, esta semana las estimaciones de las encuestas se volcaron ligeramente más cerca de la salida de la UE.

Es así que un sondeo on-line del ICM mostró una diferencia a favor de dejar la UE con un 47% contra un 44% que apoya el permanecer en la Unión.

Sin embargo, otra encuesta telefónica realizada por el periódico británico The Guardian reveló por primera vez una mayor diferencia.

El 45% se mostró a favor de salir de la UE, y el 42% por la opción de continuar siendo uno de los 28 países que integrar la Unión, al tiempo que un 13% se declaró indeciso.

El resultado utilizando el método de línea es casi sin cambios, pero el sondeo teléfono parece estar recogiendo un cambio hacia salir de la UE, a pesar de una serie de advertencias por parte de los miembros de más alto rango del gobierno acerca de los riesgos económicos de hacerlo.


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