Un ladrón que sustrajo elementos del vehículo de una docente, debió huir cuando fue detectado por la víctima y a las pocas cuadras fue detenido por vecinos que fueron alertados por la mujer.
Los mismos le dieron una paliza momentos antes de que llegara un móvil policial. Testigos aseguraron que “le dieron con ganas, como para que aprenda”.
Ocurrió ayer por la mañana en Trelew, cuando un joven forzó la puerta de un vehículo en la céntrica esquina de Belgrano y Paraguay. El delincuente debió huir raudamente tras ser descubierto por la propietaria, una maestra jardinera que había ido a realizar trámites en las inmediaciones. Cuando culminó sus menesteres, salió y comenzó a gritar tras ver al ladrón con su cuerpo dentro de su auto, ya que el mismo habría quedado abierto sin seguro. El ladrón huyó pero unos vecinos lo persiguieron y lograron detenerlo a menos de 2 cuadras, en Rivadavia al 500, donde además le dieron una paliza, antes de que llegara un patrullero y se llevara detenido. Había hurtado una billetera. El delincuente pedía que no le peguen más, pero debieron someterlo a escarmientos para inmovilizarlo.
Un ladrón que sustrajo elementos del vehículo de una docente, debió huir cuando fue detectado por la víctima y a las pocas cuadras fue detenido por vecinos que fueron alertados por la mujer.
Los mismos le dieron una paliza momentos antes de que llegara un móvil policial. Testigos aseguraron que “le dieron con ganas, como para que aprenda”.
Ocurrió ayer por la mañana en Trelew, cuando un joven forzó la puerta de un vehículo en la céntrica esquina de Belgrano y Paraguay. El delincuente debió huir raudamente tras ser descubierto por la propietaria, una maestra jardinera que había ido a realizar trámites en las inmediaciones. Cuando culminó sus menesteres, salió y comenzó a gritar tras ver al ladrón con su cuerpo dentro de su auto, ya que el mismo habría quedado abierto sin seguro. El ladrón huyó pero unos vecinos lo persiguieron y lograron detenerlo a menos de 2 cuadras, en Rivadavia al 500, donde además le dieron una paliza, antes de que llegara un patrullero y se llevara detenido. Había hurtado una billetera. El delincuente pedía que no le peguen más, pero debieron someterlo a escarmientos para inmovilizarlo.