Por Daniel Ehnes / Consultor Financiero
La mejor definición que se podría dar sobre lo que acontece entre la postura argentina y las que mantienen los denominados fondos buitres, en estos momentos, la escribió el economista Alejandro Berkovich en su columna del diario BAE donde lo define como el “juego de la gallina”, que es cuando “dos conductores enfrentan sus autos a cierta distancia y empiezan a manejar a toda velocidad con curso de colisión frontal hasta que uno de ellos –la gallina– desvía su trayectoria para evitar el choque”.
Es así el gobierno, tal cual lo informara en suplementos anteriores, lejos de amedrentarse ante la situación compleja y escenarios posiblemente nocivos, responde con un contraataque donde juega a que si no hay afloje de la otra parte ellos tampoco lo harán, mi paralelismo, del suplemento anterior lo relacionaba con tirar del elástico donde el que suelta le hace pegar al otro o bien si siguen tirando en algún momento el elástico se corta y se pegarían ambos.
La firme posición Argentina hizo bajar las expectativas del mercado, que desbordaba un optimismo poco lógico, y empieza a considerar que el Gobierno está dispuesto a mantenerse en esa vía y no iniciar negociación alguna con los buitres si el Juez de Nueva York, Tomás Griesa no repone en la audiencia de este martes con Axel Kicillof, Ministro de Economía, la cautelar que frena los embargos sobre los pagos a bonistas reestructurados. Parte de lo embargable sin ese stay son los u$s 539 millones que giró Argentina al Bank of New York (BoNY), que si no llegan a los tenedores del bonistas regulares en doce días empujarán al país a default técnico.
El que afloja el elástico o desvía su curso, en el juego de la gallina, piensa que pierde, pero pierden aún más si se colisiona de frente o se rompe.
Considero que si el juez analiza bien ambas posturas y los intereses de un universo de inversores cercanos al problema que interpretan que su postura afectaría a la mayor parte de las emisiones de deuda futura, repondría la cautelar o stay en post de encontrar un camino alterno.
Mientras tanto en la City…
El mercado accionario operó abiertamente en alza las primeras ruedas rozando los 8.850 puntos el Merval el lunes 14, para luego caer hasta el Jueves a 8.341. Subiendo más del 8% desde el suplemento anterior para luego caer un 5,75% el jueves y por último finalizar el viernes con una suba cercana al 4% llegando a 8.661 puntos el índice Merval.
Tal volatilidad, aunque sostiene perspectivas favorables, demuestra una ansiedad clínica.
Si bien la mayor parte de las acciones acompañaron los vaivenes del mercado, los bancos ocuparon la pole position .Los Bonos en disputa que fueran golpeados fuertemente luego del fallo desfavorable los días posteriores al 16 de Junio y que luego recuperaran la mayor parte del terreno, se mantuvieron sin mayores cambios. Los Bonos en pesos y activos financieros con legislación no norteamericana fueron los de mejor desempeño durante el mismo período.
Por su parte, el Banco Central de la República Argentina continuó acumulando divisas y quedó a poco de alcanzar los 30 mil millones de dólares.
De todos modos la noticia más destacada de la última semana en la materia fue el anuncio del Jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, quien confirmara el pasado viernes con motivo de la visita del presidente Chino, Xi Jimping, que Argentina y China firmaron un acuerdo de swap de monedas por el equivalente a 11.000 millones de dólares, lo que permitirá “lograr estabilidad en el flujo de reservas” del Banco Central.
Esto era algo que desde la abrupta devaluación de enero estaba buscando el gobierno para mostrar mayor solvencia en un panorama que se mostraba por demás incierto y que fuera profundizando su desconfianza con el drenaje posterior de dólares desde la economía argentina hacia el exterior.
Por Daniel Ehnes / Consultor Financiero
La mejor definición que se podría dar sobre lo que acontece entre la postura argentina y las que mantienen los denominados fondos buitres, en estos momentos, la escribió el economista Alejandro Berkovich en su columna del diario BAE donde lo define como el “juego de la gallina”, que es cuando “dos conductores enfrentan sus autos a cierta distancia y empiezan a manejar a toda velocidad con curso de colisión frontal hasta que uno de ellos –la gallina– desvía su trayectoria para evitar el choque”.
Es así el gobierno, tal cual lo informara en suplementos anteriores, lejos de amedrentarse ante la situación compleja y escenarios posiblemente nocivos, responde con un contraataque donde juega a que si no hay afloje de la otra parte ellos tampoco lo harán, mi paralelismo, del suplemento anterior lo relacionaba con tirar del elástico donde el que suelta le hace pegar al otro o bien si siguen tirando en algún momento el elástico se corta y se pegarían ambos.
La firme posición Argentina hizo bajar las expectativas del mercado, que desbordaba un optimismo poco lógico, y empieza a considerar que el Gobierno está dispuesto a mantenerse en esa vía y no iniciar negociación alguna con los buitres si el Juez de Nueva York, Tomás Griesa no repone en la audiencia de este martes con Axel Kicillof, Ministro de Economía, la cautelar que frena los embargos sobre los pagos a bonistas reestructurados. Parte de lo embargable sin ese stay son los u$s 539 millones que giró Argentina al Bank of New York (BoNY), que si no llegan a los tenedores del bonistas regulares en doce días empujarán al país a default técnico.
El que afloja el elástico o desvía su curso, en el juego de la gallina, piensa que pierde, pero pierden aún más si se colisiona de frente o se rompe.
Considero que si el juez analiza bien ambas posturas y los intereses de un universo de inversores cercanos al problema que interpretan que su postura afectaría a la mayor parte de las emisiones de deuda futura, repondría la cautelar o stay en post de encontrar un camino alterno.
Mientras tanto en la City…
El mercado accionario operó abiertamente en alza las primeras ruedas rozando los 8.850 puntos el Merval el lunes 14, para luego caer hasta el Jueves a 8.341. Subiendo más del 8% desde el suplemento anterior para luego caer un 5,75% el jueves y por último finalizar el viernes con una suba cercana al 4% llegando a 8.661 puntos el índice Merval.
Tal volatilidad, aunque sostiene perspectivas favorables, demuestra una ansiedad clínica.
Si bien la mayor parte de las acciones acompañaron los vaivenes del mercado, los bancos ocuparon la pole position .Los Bonos en disputa que fueran golpeados fuertemente luego del fallo desfavorable los días posteriores al 16 de Junio y que luego recuperaran la mayor parte del terreno, se mantuvieron sin mayores cambios. Los Bonos en pesos y activos financieros con legislación no norteamericana fueron los de mejor desempeño durante el mismo período.
Por su parte, el Banco Central de la República Argentina continuó acumulando divisas y quedó a poco de alcanzar los 30 mil millones de dólares.
De todos modos la noticia más destacada de la última semana en la materia fue el anuncio del Jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, quien confirmara el pasado viernes con motivo de la visita del presidente Chino, Xi Jimping, que Argentina y China firmaron un acuerdo de swap de monedas por el equivalente a 11.000 millones de dólares, lo que permitirá “lograr estabilidad en el flujo de reservas” del Banco Central.
Esto era algo que desde la abrupta devaluación de enero estaba buscando el gobierno para mostrar mayor solvencia en un panorama que se mostraba por demás incierto y que fuera profundizando su desconfianza con el drenaje posterior de dólares desde la economía argentina hacia el exterior.