Cristian Olazabal, fiscal de la causa “Emergencia climática” agradeció que el impacto de este caso representa una señal favorable y admite que “a los juicios hay que hacerlos ya que este es el mecanismo por excelencia para conocer la verdad”. Destacó también que los hechos que contenían la acusación y la calificación de “fraude contra la administración pública municipal” contra trece personas, efectivamente se cometieron.
“Entiendo y espero que el Tribunal comparta la valoración nuestra. Para mí, las pruebas son suficientes, pero pasan por un tamiz muy importante durante el debate y hay que ver si se alcanzó el grado de certeza para el juicio. No basta con sospechas o recelos. Los jueces tienen que estar convencidos de que esto pasó. Para nosotros ocurrió y hay que ver cómo lo ven ellos como terceros imparciales”, indicó en charla exclusiva con Jornada.
Luego de los alegatos finales y de las defensas, el Tribunal dispuso de un cuarto intermedio y el día 3 de julio al mediodía se escucharán los alegatos de la Defensa.
“Si llegara a haber una sentencia de responsabilidad penal, pasamos a una segunda etapa denominada juicio de cesura o debate sobre la pena. Quienes hayan sido declarados culpables, vamos a discutir la pena que se les puede imponer en razón de los hechos que el Tribunal considere se hayan acreditado. En este punto tenemos un tope de seis años; veremos si se acreditan los hechos y cuántos para dosificar la pena”.
En cuanto a la posibilidad de sumar al proceso a funcionarios de mayor rango o con posibles responsabilidades en el caso, el fiscal consideró que es una circunstancia que derivará de la decisión del Tribunal.
“Si se considera que hubo fraude y que no pudieron hacerlo solamente los trece acusados, nos deja la puerta abierta para investigar otros vínculos que pudieran existir quizás más fuertes y llevar a proceso a quien corresponda. Son presunciones que investigaremos en base a lo que diga el Tribunal”, remarcó Olazabal.
“Mi rol en este juicio fue la búsqueda de la verdad. Comulgo con la idea de que a nosotros nos paga el sueldo la sociedad y debemos devolverle lo mejor que podemos hacer. Venía con las piezas del rompecabezas y lo tuve que armar. Yo no podía cambiar ninguna. El camino fue siempre buscar la verdad y creo que la alcanzamos”.
En cuanto a la mirada social y al impacto que implican los casos de corrupción en la que están involucrados actores de la política y empresarios, reconoció un alto nivel de colaboración. “Todos y cada uno de los cien testigos que estaban citados, comparecieron a declarar. Si no hubiera sido por ellos que se acercaron al requerimiento nuestro, hubiera sido muy difícil hacer este juicio. No hubo nadie reticente a querer dar su testimonio”.
El fiscal no solamente se mostró partidario a que se logre la condena sino también, hacer responder a quienes tuvieron algún nivel de participación en el caso. Y en cuanto a los detalles que llevó la investigación, indicó que los expedientes que fueron la base de la facturación y los cobros que recibieron los particulares, eran “alarmantes” en cuanto a su nivel de “desprolijidad” y que observó situaciones muy llamativas.
“Una persona había trabajado veinticuatro horas durante quince días corridos, lo cual es imposible. Y más aún, escuchar a esa persona que dijo en el juicio que no sabía manejar. Mucho menos podía estar operando una máquina vial. Había partes diarios que tenían capas de corrector y no se podían leer. No se sabía cuántas máquinas operaron y sin embargo, alguien certificó que trabajaron doce o veinticuatro horas. Todo fue llamativo y en nuestro análisis, encajaba que se fraguaron partes diarios para obtener un beneficio indebido”.
Olazabal agradeció a su familia por la demanda y el tiempo que le absorbió trabajar en esta causa. “Durante dos meses prácticamente no me vieron, me acompañaron y estuvieron ahí”.
Luego hizo extensivo su reconocimiento a su equipo de trabajo y a cada uno de los testigos. “El Ministerio Público se puso a disposición, entendió la situación en llevarnos adelante los restantes casos porque la Agencia tiene trescientas causas activas y se fueron atendiendo en la medida que surgían las audiencias”.
“Es un trabajo de todos, incluidos compañeros de trabajo; peritos y Policía que me ubicaron a testigos que inclusive ya no vivían en Comodoro. Son muchas las personas que han colaborado para que esto, se hiciera como se hizo”.
Cristian Olazabal, fiscal de la causa “Emergencia climática” agradeció que el impacto de este caso representa una señal favorable y admite que “a los juicios hay que hacerlos ya que este es el mecanismo por excelencia para conocer la verdad”. Destacó también que los hechos que contenían la acusación y la calificación de “fraude contra la administración pública municipal” contra trece personas, efectivamente se cometieron.
“Entiendo y espero que el Tribunal comparta la valoración nuestra. Para mí, las pruebas son suficientes, pero pasan por un tamiz muy importante durante el debate y hay que ver si se alcanzó el grado de certeza para el juicio. No basta con sospechas o recelos. Los jueces tienen que estar convencidos de que esto pasó. Para nosotros ocurrió y hay que ver cómo lo ven ellos como terceros imparciales”, indicó en charla exclusiva con Jornada.
Luego de los alegatos finales y de las defensas, el Tribunal dispuso de un cuarto intermedio y el día 3 de julio al mediodía se escucharán los alegatos de la Defensa.
“Si llegara a haber una sentencia de responsabilidad penal, pasamos a una segunda etapa denominada juicio de cesura o debate sobre la pena. Quienes hayan sido declarados culpables, vamos a discutir la pena que se les puede imponer en razón de los hechos que el Tribunal considere se hayan acreditado. En este punto tenemos un tope de seis años; veremos si se acreditan los hechos y cuántos para dosificar la pena”.
En cuanto a la posibilidad de sumar al proceso a funcionarios de mayor rango o con posibles responsabilidades en el caso, el fiscal consideró que es una circunstancia que derivará de la decisión del Tribunal.
“Si se considera que hubo fraude y que no pudieron hacerlo solamente los trece acusados, nos deja la puerta abierta para investigar otros vínculos que pudieran existir quizás más fuertes y llevar a proceso a quien corresponda. Son presunciones que investigaremos en base a lo que diga el Tribunal”, remarcó Olazabal.
“Mi rol en este juicio fue la búsqueda de la verdad. Comulgo con la idea de que a nosotros nos paga el sueldo la sociedad y debemos devolverle lo mejor que podemos hacer. Venía con las piezas del rompecabezas y lo tuve que armar. Yo no podía cambiar ninguna. El camino fue siempre buscar la verdad y creo que la alcanzamos”.
En cuanto a la mirada social y al impacto que implican los casos de corrupción en la que están involucrados actores de la política y empresarios, reconoció un alto nivel de colaboración. “Todos y cada uno de los cien testigos que estaban citados, comparecieron a declarar. Si no hubiera sido por ellos que se acercaron al requerimiento nuestro, hubiera sido muy difícil hacer este juicio. No hubo nadie reticente a querer dar su testimonio”.
El fiscal no solamente se mostró partidario a que se logre la condena sino también, hacer responder a quienes tuvieron algún nivel de participación en el caso. Y en cuanto a los detalles que llevó la investigación, indicó que los expedientes que fueron la base de la facturación y los cobros que recibieron los particulares, eran “alarmantes” en cuanto a su nivel de “desprolijidad” y que observó situaciones muy llamativas.
“Una persona había trabajado veinticuatro horas durante quince días corridos, lo cual es imposible. Y más aún, escuchar a esa persona que dijo en el juicio que no sabía manejar. Mucho menos podía estar operando una máquina vial. Había partes diarios que tenían capas de corrector y no se podían leer. No se sabía cuántas máquinas operaron y sin embargo, alguien certificó que trabajaron doce o veinticuatro horas. Todo fue llamativo y en nuestro análisis, encajaba que se fraguaron partes diarios para obtener un beneficio indebido”.
Olazabal agradeció a su familia por la demanda y el tiempo que le absorbió trabajar en esta causa. “Durante dos meses prácticamente no me vieron, me acompañaron y estuvieron ahí”.
Luego hizo extensivo su reconocimiento a su equipo de trabajo y a cada uno de los testigos. “El Ministerio Público se puso a disposición, entendió la situación en llevarnos adelante los restantes casos porque la Agencia tiene trescientas causas activas y se fueron atendiendo en la medida que surgían las audiencias”.
“Es un trabajo de todos, incluidos compañeros de trabajo; peritos y Policía que me ubicaron a testigos que inclusive ya no vivían en Comodoro. Son muchas las personas que han colaborado para que esto, se hiciera como se hizo”.